Ambos rostros se encontraban a escasos centímetros, Sakurako anhelaba tanto aquel dulce contacto que no pudo esperar más y besó con fuerza los labios de la mayor, de su mayor.
La peliazul correspondió de inmediato mientras que sentaba a su pequeña en la cama posicionándose en su regazo. El beso de uno dulce se tornó a uno intenso y ansiado. Himawari empezó a empujar sus labios contra los opuestos, pasando suavemente su lengua por los de ella. La castaña al darse cuenta de ello la abrió tímidamente, la lengua de la mayor explotaba por completo la cavidad bucal de Sakurako.
Las frías manos de Himawari empezaron a desabrochar el pijama que traía, al sentir el contacto la castaña no pudo evitar soltar un jadeo que sorprendió a la mayor. Cuando al fin consiguió quitar los dichosos botones, empezó a quitar el pijama por los hombros.
– Sakurako te traje la comi--- – Nadeshiko miraba la escena la mar de sorprendida, realmente no se lo esperaba.
Ambas se separaron con el rojo instalado en sus mejillas.
– O-Onee-chan. . . – Sakurako intentaba excusar lo que vio, pero le costaba recuperar el aliento.
– Siento haber entrado sin permiso, si me disculpan – la rubia albina dejó la bendeja de comida, luego de eso abandonó la habitación.
Las dos chicas se quedaron mirando la puerta varios minutos aún sonrojadas por haber sido descubiertas.
– Siento eso H-Himawari – la castaña bajó la cabeza apenada, le habría encantado continuar.
– No pasa nada Sakurako – besó de forma dulce la mejilla de la menor.
– ¿¡Q-Qué crees q-que hace-es idiooota!? – Sakurako como podía empezó a colocarse su ropa.
– . . . – ambas estaban mirándose a los ojos, así un buen rato.
– ¿Por qué me miras tanto? No me mires acosadora – le recriminó la ojicafé.
– Tu haces lo mismo – le contestó sonriendo.
Himawari se salió de encima para luego levantarse y coger la bandeja que había dejado Nadeshiko, agradeciendo que ésta aún estuviera caliente.
Se acercó a pasos lentos hacia la cama, para luego volver a sentarse. Tomó los palillos y cogió la carne que había en el plato hacercándola a Sakurako.
– Abre la boca – ordenó Himawari haciendo sonrojar a la menor.
– No creas que me dejaré alimentar por ti – bufó cruzándose de brazos.
– Bueno si no quieres, yo tampoco querré besarte – la peliazul sonrió victoriosa esperando que Sakurako aceptara.
La recién nombrada apretó sus labios haciendo un puchero, realmente quería volver a besarla.
– ¡Moo! – exclamó mordiendo la carne que le había ofrecido.
Himawari dio una cálida sonrisa al ver que había accedido, esa sonrisa llegó a calar los huesos de Sakurako por completo.
Luego de haber terminado la comida, la castaña apartó rápidamente la bandeja para mirar a la peliazul.
– ¿Sucede algo Sakurako? – preguntó extrañada al ver su actitud.
La mencionadas bajó la mirada y se sonrojó al máximo por lo que haría, Himawari la miraba confusa. La castaña no pudo más y abrazó de golpe a la ojiolivo mientras la apoyaba en la cama.
– ¿S-Sakurako? – se encontraba muy sorprendida por lo que hizo, la menor sólo la abrazó con más fuerza, ocultando su sonrojado rostro es los pechos de su mayor.
Himawari sonrió y empezó a acariciar el cabello de Sakurako hasta que sintió su ropa mojarse levemente. Muy sorprendida cogió rápido el la cara de la menor, que estaba lleno de lágrimas.
– Hay, cariño ¿Qué pasa? – empezó a darle cortos besos en ambas mejillas haciendo reír a Sakurako.
– S-Sólo estoy m-muy feliz – su voz salía entrecortada pero contenía una gran sonrisa, eso sin duda cautivó a la mayor.
– No sucederá nada, prometo que jamás te dejaré – la abrazó con fuerza, pero. . .
No todas las promesas se cumplen.
~ × ~
Siento mucho que éste capítulo fuera tan corto :"C
Muchas gracias por todos su apoyo amores míos ♥
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¡Ámame monstruo tetón!
Fanfiction¡No puede ser voy a llegar tarde! Todo esto es culpa de Himawari por ponerse enferma seguro le entró frío el los pechos y se puso enferma ¡Sí eso es! Estúpida Himawari, todo esto es su culpa . . .