«A»

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Después de recibir un castigo por parte del director y un fuerte regaño por parte de sus padres, Calum regresó más decidido que nunca.

Hacia el rutinario camino por los pasillos de la escuela.

Observaba a todos los estudiantes, tratando de encontrar a aquel ruloso que lo vuelve loco.

Y después de cinco minutos, lo vio.

Venía con la mirada en sus pies, las manos en los bolsillos de la sudadera azul marino, tatareando una canción.

Y Calum, sin esperar más, grita:
-¡Hey Ashton, te amo! -. Pero el ruloso hizo caso omiso.

Calum frunció el ceño. Estaba un poco molesto... Bien, estaba furioso.
Le había confesado sus sentimientos al ruloso y él solo lo ignoraba.

Se acercó a paso rápido hacia el muchacho e iba a reclamar -aunque no tenía derecho alguno-, pero se detuvo.

No es que Ashton lo haya ignorado, ni siquiera lo escucho.

Tiene audífonos, jodido imbécil. Se dijo así mismo.

- Aghr... - grito frustrado. - Debes de estar jodiéndome.

Llevó sus manos a su cabello y jaló un poco de él.

Ashton, por otro lado, lo observó confundido y con poco de miedo se acercó al moreno.

- Hey amigo... -dudó. - ¿estás bien?

Calum paró de golpe y sus mejillas se colorearon de un rojo intenso.
- Em... Sí. - dijo avergonzado. -Sí. - susurro y salió corriendo por el corredor.

Ese día, por cuarta vez, no logró decirle a Ashton que lo amaba, pero logró hablar con él... Y avergonzarse un poco en el proceso.

Hey Ashton, I love you! »Cashton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora