Capítulo 1

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7 de Noviembre
Mi despertador sonó. eran las 6:15am. tiempo suficiente para cambiarme, maquillarme y prepararme para ingresar al horario de las 7:45am al colegio.
7:05 y ya estaba lista para ir al colegio. me dirigí hacia una de las 8 sillas de la mesa principal del comedor para tomar mi mochila con mi lonchera para luego, en el almuerzo, comer mi deliciosa ensalada. Me dirigí hacia el garage, donde se encontraba mi Mercedes Benz junto con mi madre, esperándome irritada porque no me apuraba. me subí al auto, posicioné mi mochila en el lugar donde se ubican los pies y la puerta del garage se abrió. rumbo al colegio, un día más.
Llegando al colegio al horario de las 7:30, entró a la institución y me encuentro con mi preceptor, el cual me saluda amablemente diciendo las palabras: -"Buenos días Alma, cómo andas?", a lo que yo, educadamente, le respondo: -"Hola Marcelo, muy bien, gracias por preguntar". Sigo caminado y me dirijo hacia mi curso, donde se encuentran mis mejores amigas y mi único mejor amigo, Martín. Entro al salón, donde todos me saludan y me desean una buena mañana. veo a los hombres, pienso el por qué de sus risas, pienso el por qué de cuando yo entré al salón empezaron a reír, ¿por qué me señalaron?, nunca lo sabré, pero tampoco me centro mucho en la opinión de los demás o sus burlas, las cuales no me afectan en lo absoluto, o eso pensaba. Veo a Martín, me habla sobre una historia de "Yaoi" que leyó en Wattpad la noche anterior, muy detalladamente.
-No te cansas de leer ese tipo de historias? hay mucha variedad de buenas obras en Wattpad. -Dije riéndome levemente.
-No me canso, además, aunque todas tratan del típico chico heterosexual que resulta ser no tan heterosexual y se enamora de su mejor amigo, siempre tienen algo diferente, y eso es lo que me atrapa. -Dijo Martín, con una sonrisa en su rostro.
-Bueno, si a vos te gusta yo no tengo ningún derecho de juzgarte. -Dije aclarando mi posición firme y seriamente.
Sin darnos cuenta, habían acabado los 15 minutos restantes para que el timbre sonara y la profesora de Geografía entrara por la puerta del salón. Cada uno fue a su pupitre y sacó de su mochila el material necesario para la especialidad que muchos odiábamos.
Al comenzar la clase, la profesora abrió su libro y nos indicó que lo abriéramos en la página 143. Realizamos algunas actividades y el timbre sonó. ¡Por fin tenemos un receso!
Salí del curso con mi grupo de amigas y me dirigí hacia el kiosko, donde compré un agua saborizada y unas galletas para merendar a media mañana. la materia que seguía era Historia. no me convencía mucho la materia, pero nuestro profesor era lo que mejor existía.
El timbre sonó y regresamos al curso, donde mis compañeras estaban escuchando música, jugando al juego del 1 y algunas, haciendo twerking. El profesor entró al salón y nos saludó. estábamos en época de integrativas, entonces necesitábamos un temario rígido para poder estudiar. acto seguido el profesor dictó el temario de la integrativa de Historia, y el medio módulo acabó. Ahora Matemática.
Nuestra profesora de matemática tenía varios ticks nerviosos y costumbres muy raras, de las cuales mis compañeros se burlaban. como anteriormente mencioné, estábamos en época de integrativas, entonces el siguiente grupo a exponer la integrativa de matemática se presentó.  El timbre sonó marcando el final del medio módulo de matemática.
Salimos al receso, y en ese momento, fue cuando pasé uno de los peores momentos de mi vida. Martín, se acerca hacia mi, me aparta de al lado de mis mejores amigas y me cuenta de qué los varones estaban hablando. y para ser más precisos, yo era el tema de conversación. le dije a martín que no me importaba lo que ellos hicieran y que no me afectaba, cuando en realidad si lo hacía.
El timbre sonó, y la asignatura de Lengua era la que seguía. la profesora dictó los temas de la integrativa e hicimos un pequeño repaso. el timbre sonó. las horas pasaban y pasaban, y yo cada vez pensaba más y más. ¿Será mi peso? ¿Será mi cuerpo? ¿Será como me visto? ¿La culpa será mía? ¿Se ríen de mi por como soy?
Nunca lo sabría.
16:30hs. Hora de irnos a casa. me dirigí a la parada del colectivo, y cuando llegó lo tomé. Llegué a mi casa, mi mamá lo notó pero no me saludó, y yo me dirigí a mi habitación. llegué a mi cuarto, y me puse a pensar todo lo que había pasado. aunque no fuese la gran cosa, me afectaba que mis compañeros, sin que yo les haya hecho absolutamente nada, me denigraban de una manera que todo el mundo notaba, pero nadie hacía nada. en ese momento, lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. en la mañana había estado feliz, de buen humor y con ganas de divertirme. Ya no.

Doble MáscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora