Confesiones |2|

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El tiempo pasaba lento y las luciérnagas habían hecho acto de presencia en esa escena donde ambos corazones debía decirse cuanto se amaban.

Sus miradas no querían separarse y la de Mabel reflejaba muchas dudas.

¿Por qué la había llamado por su nombre?

Antes no lo hizo, excepto en su sueño, ¿por qué hacerlo ahora?

- ¿Cómo me llamaste?- pregunto en un susurro, Bill bajo la mirada y a los segundos la volvió a ver.

- Mabel- la castaña tembló ante la voz que emitía su nombre.

- sabes mi nombre...- el rubio rio.

- claro que se tú nombre, boba- Mabel entendió que su comentario fue muy estúpido pero aún así seguía con su mirada inexpresiva.

- ¿Por qué?¿Por qué ahora me llamas Mabel?- mas como pregunta sino a reclamo.

- porque... Al decir tu nombre todos los sentimientos que tengo por ti estarían desbordándose-

- Bill- el mencionado la vio con nervios- ¿Por qué querías que esta cena fuera especial?- no titubeó, soltó lo que debía de soltar.

- porque, tenía que decirte algo importante- se separó un poco de ella pero sin soltar la del todo y hablo.

- escucha, Mabel. Desde que soy humano y el tiempo a tu lado me han hecho entender que hay bondad en mi. Que puedo cambiar el concepto que tienen los humanos hacia nosotros, tal vez podamos vivir juntos sin escondernos mi dominar dimensiones. Todo empezó contigo, Mabel. Ese día cuando salvaste a tu hermano, lo admito, me quedé impresionado y muy curioso por saber más de ti y de tu mundo. Con el paso de los días, meses me fui dando cuenta que sentía por ti una extraña sensación de ansiedad, pasión, cariño... Amor- los ojos marrones de la castaña se cristalizaron alertando una llamada de pañuelos- Mabel, sé que me porte mal con ustedes en el pasado pero quiero que confíes en mí de nuevo, para tal vez algún día ganarme tu corazón y poder confesarte que estoy enamorado de ti, Mabel Pines- era oficial Mabel estaba llorando y Bill no sabía qué hacer para retener el llanto.

- ¡Por favor no llores!- pero el llanto de la muchacha no cesaba aunque le dieran dulces.

- ¡Mabel, por favor, no llores!- lo vio por unos momentos y recordó sus palabras soltando otra vez el llanto.

Bill se jalaba los cabellos y caminaba de un lado para otro.
Mabel se calmó pero aún con lágrimas en los ojos se acercó a Bill y lo tomo de la mejilla.

- solo tengo tres cosas por decir, Bill- aviso, Bill ya estaba preparando su soga para lanzarse del puente y morir pe-

Esperen un momento, no puede morir. Además de ser inmortal aún es el protagonista de la historia.

- lo primero; al principio dude mucho sobre confiar en ti, Bill, pero, me demostraste que los demonios no son malos al menos tú no eres así. Segundo; Bill, quisiera saber qué trato hiciste... Para ganarte mi corazón- Bill fijo sus ojos en ella- tercero y último; Bill Cipher, yo también te amo- con una lágrima resbalando en su mejilla lo confesó.

Ambos dijeron lo que sentían y ahora no sabían ni la más remota idea de qué hacer.

Pero si lo que anhelaban.

Bill abrazo a Mabel y ella correspondió el abrazo separándose a una distancia prudente para mirar los ojos del contrario y acercarse hacia esos deliciosos labios que antes habían probado pero que por cosas de "magia" no se toco el tema.

Juntaron lentamente sus labios, deslizándose en un vaiven lento y cariñoso. Duraron así unos minutos hasta que la falta de aire los obligo a separarse.

- te amo, Mabel- junto su frente con la de ella y entrelazó sus manos.

- y yo a ti, Bill- el mayor se separó un poco sin separar sus manos de la chica para preguntar.

- Mabel Pines, alías, Estrella fugaz- Mabel rio- me harías el honor de ¿Ser mi novia?- la castaña parpadeo perpleja para luego asentir varias veces y soltar sus manos para abrazarlo por la cintura pegando la mejilla a su pecho y sintiendo el calor que Bill propagaba.

Al regresar a casa, cada quien se fue a su habitación deseándole las buenas noches al otro de manera cariñosa y algo pasional.

Mabel ya estaba tumbada en su cama con su pijama; unos shorts lilas y un gran camisón del del mismo color.

Portaba una gran sonrisa mientras que sentía la felicidad en vez de sangre, al decidirse a dormir sintió unas manos en su cintura causando que saltará de la cama y tomara su zapato de manera protectora.

- E-Estrella soy yo- Mabel reconoció la voz de Bill y dejó el zapato en el suelo.

- ¿Bill? ¿Cómo entraste?- pregunto extrañada.

- amm me teletransporte- alzó los hombros mostrándose inocente.

- oh, me asustaste- se quejó. Bill se disculpó diciéndole su razón.

- con tantos peligros quería saber si estabas bien, Estrella- Mabel lo vio embelesada sentándose a su lado.

- jaja, contigo aquí... Nada puede pasarme- Bill se sonrojo acercándose lentamente a sus labios, Mabel cerraba sus ojos a la par que sentía su nariz rozarse con la del contrario encontrándose con esos carnosos labios de ahora, su novio.

Bill acercó una de sus manos a su cintura acercándola más a él mientras que Mabel tenías una mano en su hombro y la otra en su mejilla. Cuando el aire les faltó se separaron y sonrieron con ternura.

Mabel no pudo evitar un bostezo informando al chico que tenía sueño.

- debes dormir- la acomodó en su cama para después el hacer lo mismo del otro lado.

- ¿Qué haces?- pregunto divertida.

- dormir, contigo claro- Mabel rio- si algún ladrón entra por tu ventana estaré esperando lo- respondió.

- no creo que ladrones entren por mi ventana, Bill- el rubio la acercó a él apoyando su cabeza encima de la menor.

- lo sé, pero tenía que buscar un pretexto para dormir contigo- Mabel se sonrojo y le dio un leve golpe en el estómago.

- debería advertirte que me muevo mucho cuando duermo- aviso.

- descuida, lo único que quiero es estar contigo aunque acabe en el suelo- ambos rieron.

Mabel recostó su cabeza en su pecho y sintió las suaves caricias que daba en su cabello.

- Bill- lo llamo. El soltó un quejido.

- ¿Esto es real?- pregunto mirándolo a los ojos.

- claro que sí, Mabel- le dio un corto beso en sus labios y otro en su frente.

- buenas noches, Bill- y se quedó dormida.

- buenas noches, estrellita- se despidió y siguió la acción de ella.


AL FIN!

Ya era hora que ambos dijeran lo mucho que se querían.

Y ya era hora que leyeran esta parte, ahora viene lo difícil.

Prisionera |Mabill| •FINALIZADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora