Alexander Spark y El Arco de Hielo

Un sueño muy extraño

Estuvimos andando unos cinco minutos y ya cuando la idea de que pudiéramos encontrar al último monstruo empezaba a desvanecerse escuchamos un rugido detrás de unos arbustos, fuimos a ver que era, y nos encontramos con un toro mecánico hecho con bronce celestial, era una réplica de uno de los dos Khalkotauroi.

¿Qué que es eso? Ni yo mismo tenía ni idea, pero en ese momento lo único que pensé en hacer en ese momento fue sacar el escudo de bronce que tenía, los demás sacaron sus armas, menos Álvaro que observaba al toro con detenimiento hasta que se le abrieron los ojos como platos.

-E-Este no es el último monstruo....

-¿Qué dices Álvaro?

-¡Quiero decir que este monstruo no pertenece al juego nocturno!

Al escuchar esto los demás lo miraron con cara de preocupación.

-¿A qué narices te refieres Álvaro?

Preguntaba yo sin saber de que estaba hablando. Él iba a respondernos, pero aquel toro nos embistió y lo tuvimos que esquivar, por suerte estábamos en un bosque y aquel toro enganchó uno de sus cuernos en el tronco de un gran árbol, eso nos dio tiempo suficiente para poder escapar y escondernos en la copa de otro de los árboles que había en el bosque.

-¿Cómo sabes que ese toro no pertenece al juego?

Pregunto Héctor un poco extrañado y agitado, si el toro no pertenecía al juego significaba que aquellos monstruos averiguaron como entrar en la zona segura, y eso significaba que debíamos buscar la brecha en la que había entrado e intentar arreglar esa entrada.

-El alcalde me pide que haga la cuenta de las facturas y todo, y nosotros no pedimos una copia de un Khalkotauroi. Debemos destruir esa cosa antes de que haga más daños.

Pero era demasiado tarde para eso, aquel toro se había esfumado, el juego había terminado y teníamos que volver a la plaza para ver las puntuaciones, por lo que recuerdo, estuvimos preguntando a los demás si habían visto un toro mecánico, pero nadie lo había visto, nadie salvo ellos.

Era todo un misterio: De repente aparece de la nada un toro mecánico y luego desaparece sin dejar rastro, ¡Es totalmente imposible! Como algo que provoca tanto jaleo a podido desaparecer así sin más, sin dejar rastro. Y encima nadie lo había visto.

Recuerdo que nosotros fuimos también los que ganamos aquella actividad por matar más Risavras que los demás, todos los demás nos miraban a regañadientes. En estos momentos me siento como un pequeño enano entre gigantes, todos murmurando y diciendo cosas a mis espaldas, a mi no me gustaba eso y tenía ganas de atizar les a cada uno con el escudo, pero mi hermana conocía esa cara, la que yo ponía antes de que montase todo un barullo, y sabia simplemente como pararme, ella me agarro fuerte del brazo y me dijo:

-Tranquilizate, solo te tienen envidia, siéntete orgulloso de quien eres.

Esa frase......Esa frase me tranquilizaba siempre: "Siéntete orgulloso de quien eres"

Gracias a esa frase siempre paraba de liarla, aún, pero ahora mismo no sabía bien quien era, hace una semana era un simple crio que intentaba apañárselas para comer y ahora.....ahora soy hijo de Atenea, diosa de la sabiduría, es una pregunta que nunca me había planteado hasta ahora ¿Quién soy yo?

Volví a la casa y me tumbé en la cama pensativo, ¿Por qué Atenea necesitaba mi ayuda? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué soy yo un mestizo?

Tantas preguntas hicieron que me entrara el sueño y me quedé dormido, sin saber aun como responder a esas preguntas que me había planteado.