10 de Febrero
Habia vivido en Castillo Boldt en Nueva York casi toda mi vida, era una isla en la que se podía ver la ciudad a la que no podía ir. Solo la visite una vez era una ciudad muggle, mi padre me prometio en mi cumpleaños 15 podria visitar la ciudad de nuevo.
Nunca teníamos visitas excepto los magos que le traigan cosas a encargo a mi padre o algunos tutores –Ambar- dijo mi padre -¿Estas lista?- me mire en el espejo muy conforme de como me veía.
-Si padre- dije.
Hoy tendríamos a una visita muy especial había dicho mi padre, debía comportarme bien -¿Mi tia estará ahí?- la única familia que tenia era mi padre y su hermana Ocean vivía con nosotros pero al terminar la guerra mágica un hechizo le había salido mal ahora pasaba la mayor parte del tiempo en una habitación en la torre mas alta del castillo aislada de todo y todos para evitar que se hiciera daño.
-La convocaron- ¿Qué quería decir con convocar? –Ya esta en la sala-.
A las 7 pm en punto un hombre alto de piel casi transparente y ojos rojos con una túnica de satin negra llego al castillo –Martel- dijo el hombre con voz seca
-Mi señor es un honor verlo de nuevo, hija el es Lord Voldemort- dijo.
–Veo que te sudiste esconder bien-.
Mi padre haciendo una reverencia exagerada –Nunca me escondí solo mantuve segura a mi familia, mi señor-.
El hombre paso su mirada de mi padre a mi –Veo que tienes una bonita adquisición aquí- dijo rodeándome y evaluándome como si fuera un hipogrifo de carreras. –Pero que tenemos aquí- acaricio mi cabello con una mano, bajo por el cuello, pechos y cintura la dejo ahí por unos segundos.
-Es mi hija señor- dijo mi padre –Ámbar-.
Quito su mano –Martel tienes lo que te di a guardar- pregunto quitando su atención de mi.
-Mi señor- dijo mi padre –Me fue robado-.
-Sabes cuales son las consecuencias por fallar- camino por la sala.
-Hare lo que me pida señor- dijo mi padre.
-Tu hermana ¿Qué le paso?- dijo señalando a mi tia Ocean jugando acariciando el cabello de la cabeza.
-Un hechizo salió mal- mi tía estaba sentada en uno de los sofás sentada una muñeca de porcelana; desde que recuerdo es muy apegada a esa muñeca –Hace mas de 13 años-.
-Debería matarte- dijo apuntando con su varita –O a tu familia- paso su varita a mí.
Mi padre se puso entre su varita y mi –Se que le he fallado pero yo debería pagar no mi familia-.
-La cosa es que te necesito vivo- dijo bajando la varita.
-Hare lo que sea señor para compensar mi error- dijo mi padre.
-Tengo una misión para ti, te daré otra oportunidad- dijo –Sin embargo no puedo dejar pasar tu error o todos los demás mortifagos creerán que pueden fallarme- sin preveerlo apunto su varita a mi tía.
-Abraquedrabra- un destello verde callo en el pecho de mi tía, su cuerpo se desplomo en el suelo.
Corrí hacia ella sin pensarlo –La mataste- acuse –Eres un monstro- dije.
-Ámbar cállate- dijo mi padre, no podía creer que mi padre no hiciera nada para defender a mi tia era su hermana.
-NO, es tu culpa no hiciste nada- dije siento las lágrimas salir.
-Basta ya niña, la vida es asi de rápida será mejor que la aproveches mejor niña- dijo lord Voldemort.
Solté el cuerpo de mi tía alce mi varita le apunte y un destello de luz rosado salió disparado a Lord Voldemort, la luz choco con el rayo de luz verde que salió de su varita.
-Ámbar baja esa varita- escuche decir a mi padre.
Estaba fuera de control no escucharía a nadie, me concentre en que el rayo de luz fuera más fuerte hasta que Lord Voldemort dio un esfuerzo sali expulsada por el impacto hacia la pared cai.
-Mi señor tenga piedad de ella es aún una niña, necesita disciplina y ver mas del mundo para saber su lugar, por favor hare lo que me pida. Solo déjela vivie- dijo mi padre que seguía interponiéndose enfrente de mi de forma protectora.
-Ven aquí niña- dijo Lord Voldemort.
Toque la sangre que salía de mi boca por el golpe con la pared, hacer eso había sido un error lo supe en el momento en que lance el rayo pero ya no podía parar. Mi padre me ayudo a levantarme –Mírame Ámbar- lagrimas aun salían por mis ojos –Haz lo que te diga ya no cometas mas errores- ordeno.
Camine dudosa hacia el al llegar, el único pensamiento por mi cabeza era mi muerte seguramente me mataria, en lugar de eso acarisio mi mejilla quito mis lagrimas –Se lo que sientes mi niña, me odias por matar a tu tia- Puso su otra mano en mi cintura –Por esta vez perdonare tu impertinencia-.
Sin tener nariz podría jurar que se acerco a mi olio mi cabello –Ahora niña híncate- hice lo que me pidió –Tus manos niña- volteo mis manos donde podría tener libre mis muñecas.
-Debes aprenderá obedecerme y por eso necesitaras una reprimenta...-.
-Mi señor yo tomaré su lugar- dijo mi padre.
Lord V sonrio –Tienes un cariño grande por tu hija, supongo que es por ser la única famiia que tienes, pero no lo permitiré- puso su varita en mis muñecas –Lepestro Incorpore- al decirlo apareció en mis muñecas dos brazaletes de oro blanco y amarillo.
-¿Qué es esto?- dije tocándolos.
-Son blass brazaletes mágicos, solo la persona que te los puso te lo pueden quitar- me ayudo a levantarme –No podría hacer magia- ¿Enserio? –Martel les dare tiempo para su luto-.
-Mi señor cuanto tiempo tendrá los brazaletes- pregunto mi padre.
-10 meses, si aprende a comportarse en ese tiempo se los quitare-.