Capítulo 4.- Pasos cautelosos.

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Capítulo 4.- Pasos cautelosos.


El sabor del amargo café quitaba lentamente el desagradable sabor de las pastillas que más temprano había tomado junto a Tweek. Los ojos azules de Craig pasaron del termo en su mano hasta el nervioso chico de cabello rubio que se desplazaba torpemente detrás de la barra, tratando de atender a los clientes de manera eficiente entre sus pequeños tics nerviosos y su falta de concentración por sentir la mirada del moreno sobre él.

A Craig le encantaba ver las expresiones del rubio, sobre todo cuando este se ponía nervioso, llegaba un punto en el que parecía que iba a llorar y esa expresión en el rostro de Tweek por alguna razón lo hacía morderse ligeramente el labio para evitar sonreír como idiota. Darse cuenta de lo que pasaba por su cabeza hacia que el pelinegro mostrara una cara disgustada inmediatamente después.

—¿Por qué demonios estoy sonriendo como marica? —gruñó Tucker, sintiéndose mal humorado de pronto. Frunció el ceño golpeando ligeramente la mesa con la punta de los dedos.

—¡Gah! ¡L-lo siento Craig! —El nervioso rubio se había acercado a la mesa mientras el moreno refunfuñaba, claro que lo que Tweek pensaba era que Craig se encontraba de mal humor por ser dejado solo. —No pensé que mis padres fueran a ponerme a trabajar apenas pusiera un pie dentro.

—¿Eh? Ah, está bien. —El moreno se encogió de hombros restándole importancia, en realidad no sabía que era lo que esperaba al seguir a Tweek hasta ese lugar.

Sí, habían acordado tomar algo para quitarse el asqueroso sabor de las pastillas, pero ya lo había hecho. ¿Ahora qué? ¿Por qué seguía allí?

—¿Craig?

—Creo que tengo que irme ya. —Hizo un ademán de querer irse, pero en realidad no se movió ni un poco del lugar. El rubio lo observaba atento, con el rostro ligeramente inclinado hacia un lado y uno de sus ojos cerrándose rápidamente en pequeños espasmos.

Craig se mantuvo unos segundos en silencio, había algo que estaba dándole vueltas por la cabeza y era más difícil de lo que pensaría exteriorizarlo. Al final, con una póker face y un tono despreocupado preguntó:

—¿Estas bien? Te veías muy preocupado antes de que las clases finalizaran...Lo note por casualidad. —agregó eso ultimo para que no fuera evidente que había estado observando atento al rubio, y de no ser porque Tweek era despistado hubiera notado lo evidente que fue aquello.

—Sí. ¡Gah! Gracias a ti. Yo no sabía que hacer ¿Qué tal si alguien se daba cuenta? ¡Gah! ¡Es demasiada presión! —Dicho eso último se sujetó el cabello con frustración.

—Tweek, honey. No hagas eso. —De inmediato las manos de Tucker fueron hasta las del rubio, haciendo que alejara las manos de su cabello. Sí las cosas seguían así Tweek se quedaría calvo por arrancarse el cabello a causa del estrés, por el momento parecía estar bien porque Craig siempre lo detenía.

—¡L-lo siento! —El rubio se quedo un poco perplejo ante esa forma de llamarle, no le molestaba, pero escucharla de pronto le sorprendía.

—Bien, tendremos que ser más cuidadosos. ¿Entiendes?

—Sí. ¡Oh dios! Estoy tan feliz de que estés conmigo en esto, ¡Gah! T-tengo suerte de tenerte. E-espera eso sonó extraño. ¡Oh dios! ¡Lo siento!

Y mientras el rubio casi tenía un ataque de ansiedad por lo que acababa de decir el de chaqueta azul trataba de ocultar una sonrisa que se había formado gracias a las palabras del adicto al café.

—Casa... —Susurro el moreno, carraspeando la garganta luego, tratando de alejar el bochorno repentino.

—¿C-casa? —Tweek repitió la palabra, sin entender.

Afraid. -[Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora