Capítulo 27

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—Lo siento.

—No es... necesario que... te disculpes.

—Simplemente no deseo que algo malo te pase.

—Entonces me... volvere más fuerte para poder... permanecer a tu lado —ella no pudo negarse ante la petición y simplemente asintió para abrir su cuaderno—, ¿tienes examen?

La rubia negó con la cabeza un par de veces con la mirada clavada en el cuaderno, Azusa solo apoyó su cabeza en el hombro de ella dándole un ligero vistazo a la información ahí.

Ella bufo molesta, «no quiero ir al instituto, tengo sueño».

Había repasado un montón de veces lo escrito en las hojas, había faltado un montón de días y Karlheinz esta vez había mandado aún familiar para que tomará los apuntes por ella por unos días y que no se retrasará en las clases, «estúpido rey que solo quería ver dramas escolares», después de todo había sido instruida y su aprendizaje había sido bueno tanto asi que ni le fue tan difícil aprender un monton de cosas que hasta le resultaban familiares.

—Que dedicada eres Mneko-chan.

—No necesito estudiar en realidad, el rey solo quería que hiciera "amistades" por eso me mandó al Instituto.

—¿Amistades?

—Tengo muy pocas en el reino vampiro asi que lo creyo necesario, dijo que me serviría algun día. Me hizo estudiar a lo loco antes así que ya me se muchos de los temas que tocan en mi salón, él solía decir que era un genio.

—¿Un genio?

—Ajá.

Siguió con su mirada pegada en las hojas, y aunque el mayor de los Mukami había querido tener una respuesta más amplia y que hubiera un tema de conversación para no tener un ambiente incómodo, ella se había callado y aparentemente no deseaba hablar más.

Rui pasaba de vez en cuando las hojas haciendo ruido rompiendo el silencio pero eso era todo, hasta Kou se veía tranquilo, sin ganas de generar problemas y como Yuma aún no se había disculpado con el rubio, no hablaban.

«Tranquilizate, siempre quisiste un día tranquilo».

Abrió su libro y quiso estar completamente centrado en su lectura.

Los minutos pasaron y cada vez que llegaba al final de la página su mente se ponía en blanco y así termino repitiendo la misma tres veces.

«Suficiente».

—No pueden estar así toda la vida, ambos disculpense y hagan algo de ruido.

—¡Ja! —las mejillas del más alto obtuvieron un color rojizo pero soltó un suspiro al ver el rostro incómodo de Ruki—. Lo siento Kou.

La diabólica hermana de YuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora