El Bromista

3 1 0
                                    

Siempre me gustó jugar, hacer bromas, poder lograr que alguien riera.

Esa mañana, antes que todos en mi casa de despertaran, salí directo a mi tienda de bromas favorita, pues era el día de los Inocentes, perfecto para poder gastar un par de travesuras a mis amigos. Entré, vi de inmediato una máscara de payaso asesino y me la puse, saludé al encargado de la tienda con la máscara puesta con un alegre "¡Buen día!", gran sorpresa me llevé cuando el encargado dio tremendo grito y salió corriendo al interior del local "Vaya, creo que no se lo esperaba" dejé la máscara donde la encontré y salí de la tienda sin nada.

Me dispuse a caminar a la casa de mi mejor amigo Daniel, para asustarlo, pues lo conocía demasiado bien para saber qué a esta hora de la mañana aún se encontraría durmiendo. Toqué la puerta "toc toc toc" nadie, "toc toc toc" nadie me habría. Decepcionado di media vuelta y volví a mi casa, en el camino veía que la gente se alejaba de mi como con miedo, no traía máscaras ni nada, no entendía nada, este día no era lo que esperaba de una mañana del Día de los Inocentes.

Entré a mi habitación, oí que mamá se estaba levantando y se dirigía hacia mi habitación, me escondí como siempre detrás de la puerta esperando a que ella estuviera lo suficientemente cerca para asustarla. Cuando la oí a unos 5 pasos de mi habitación salté diciendo un divertido "BUUUUU" ella gritó aterrorizada y huyó despavorida. Creo que mis bromas eran más divertidas cuando estaba vivo.

Adolescentes Asesinos (Sin Terminar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora