14-Cualquier tiempo pasado.... ¿fue mejor?
**Muramasa**
Me asomo por la ventana de mi habitación sonriendo al ver el buen día que hace. Desde luego Karakura se ve hermosa desde las afueras, me encanta vivir aquí. Entro en la ducha para asearme y vestirme enseguida para empezar mi trabajo. No puedo dejarme nada fuera de mi mochila, todo el material sanitario es imprescindible para atender a mis pacientes.
Salgo fuera y muestro una sonrisa al cruzarme con algunos vecinos por la calle. Llevo siendo el curandero del barrio desde que desperté en medio del bosque por casualidad. De eso ya han pasado varios años y he tardado en entender que estoy en una era que no pertenezco como un regalo de la vida o de los dioses. Esta tranquilidad no es nada comparada con mi ajetreada vida en el pasado....y la verdad estoy orgulloso de ser libre. Lo único que lamento es que me falta "él"....
Observo todas las casas que hay alrededor del bosque que son como si formaran un pequeño pueblo aparte de Karakura cruzando el río. Me he ganado fama entre los vecinos y en vez de acudir al hospital para casos leves, acuden a mí porque les viene mejor que vaya un médico a domicilio que ir ellos hasta el centro. Incluso tenemos un mercado y zonas de ocio para los niños, es un lugar agradable.
Me detengo en el mercado y veo a Aizen Sousuke, uno de los vecinos que lleva la tienda de verduras y frutas que él mismo cosecha en el huerto de su pequeña parcela. Es un hombre muy atractivo y a todas las vecinas les vuelve locas su sonrisa. Veo que hoy está como de costumbre, con sus guantes puestos para levantar las cajas de alimentos y una coleta baja para que el pelo no le estorbe en sus maniobras.
-Buenos días, Aizen-san-
-Ah, Mura ¿Cómo te va? ¿Tienes muchos pacientes a los que visitar?-
-No muchos, pero nunca me falta trabajo, estoy contento ^^ -
-Ya veo....toma, llévate esta bolsa con frutas variadas. Son muy frescas-
-¡Vaya, gracias!! Hoy te veo muy contento-
-Lo estoy, tengo a mi esposo en casa-
-¿esposo? –le miro extrañado y él me asiente sonriendo.
-¿Recuerdas a Soujun?-
-¿¿el hombre del que tanto me has hablado? Sí claro ¿pero no decías que él te había dejado tras apuñalarte...y...?.....-
-No te de miedo decirlo. Parece ser que él también ha tenido otra oportunidad para revivir en este mundo, como nosotros-
-¡es maravilloso Aizen! Felicidades-
-Gracias. Aún parece reticente a aceptarme, pero lo conseguiré-
-Te deseo suerte, ¡ya nos veremos!- me despido de él moviendo mi mano y camino pensando en lo que me ha dicho. Me alegro de que Aizen sea como yo, un hombre que despertó sin saber donde estaba pero gracias a mi ayuda pudo entender mi punto de vista milagroso que nos había hecho reencarnarnos, tal como sigue la tradición budista. Naturalmente mis recuerdos pasados están algo oscurecidos en mi mente, pero recuerdo gran parte y estoy intentando no dar vueltas a algo que ya pasó, tal como hará Aizen ahora que ha recuperado a su amante. Todos merecemos encontrar a nuestra otra mitad.
**Tsukishima**
Observo suspendido en el aire al ver al "ex" espada Muramasa caminar con una sonrisa en sus labios. Pobre chico...de veras que el tema de las resurrecciones está siendo más peligroso de lo que esperaba. Precisamente él ha tenido que volver a revivir...maldición...esta vez no sé cuanto podré ocultarle de la vista de los shinigamis que están tras todos los que han despertado antes y después de la guerra Quincy...
-Juju....jajajajajaja- escucho las risotadas de Ginjo a mi lado cuando aparece usando su shunpo y le miro con el ceño fruncido. Por suerte no ha visto a Muramasa lo cual me supone un alivio de ser el único que conoce su paradero.
-¿Qué te hace tanta gracia?-
-¿Qué va a ser Shukuro? Jamás pensé que vería al temido Aizen Sousuke viviendo como un humano tan relajado. Ni que estuviera en una película romanticona donde todos se llevan bien y son felices ¡es que no puedo evitarlo!-
-¿tú crees que Kyoraku-san nos envío de misión para estar burlándonos de los resucitados?-
-Mmm...pues la verdad yo creo que sí, jaja....-
-Te recuerdo que podríamos ser ellos ahora mismo. Tenemos suerte de haber recibido otra oportunidad-
Ginjo deja de reír y me mira serio al pensar lo mismo que yo. Tuvimos una existencia humana maldita como fullbringers. Morimos a manos de Ichigo y compañía, pero gracias a los shinigamis, hemos estado viviendo como espíritus con la familia Shiba a las afueras del Seiretei, entrenando y ayudando a Ganju y Kukaku Shiba en algunas misiones de reconocimiento en Karakura para echar una mano si surgen problemas, como la reciente guerra contra los Quincy. Kyoraku Shunsui, el actual comandante, nos llamó para pedirnos ayuda con el tema de los resucitados y las zanpakuto, aunque nosotros llevamos vigilando a Aizen Sousuke desde que se despertó como si nada. Este hombre murió antes de la guerra Quincy y solo Ginjo y yo sabemos que se ha estado escondiendo en este paraje sin hacer nada sospechoso, simplemente viviendo como un humano. Lo que Ginjo no sabe...es que el tema de las resurrecciones también nos salpica...aunque su mente no lo recuerde, yo jamás podré olvidarlo.
-Posiblemente le ha pasado como a otros shinigamis, al dividirse de su zanpakuto, ha perdido su memoria.-
-Mejor, porque el tío era un cabronazo. Dentro de poco tendremos que dar parte a los de arriba, pero por ahora vigilémosle a ver que hace. Es curioso...yo debería estar en el grupo de los desmemoriados, pero como renuncié a ser shinigami, me he librado por los pelos. No me gustaría estar como un gilipollas sin memoria y mucho menos sin mis poderes.-
Siento como el corazón me oprime en el pecho cuando dice eso con tanta despreocupación. Ginjo...tú sí eres parte de ese grupo....pero jamás lo sabrás. Prefiero tenerte a mi lado aunque no veas en mí más allá de una amistad y protección que lo que te hice pasar en nuestra vida humana. Tengo que encontrar a esos pobres desgraciados antes que los shinigamis. No soportaré otra caza de personas en esta vida.
**Shunsui**
Doy varias instrucciones a mis subordinados para que avisen al resto de shinigamis de las reuniones que tenemos previstas con urgencias y compruebo cómo va la reconstrucción del Seiretei. Dudo mucho de que Yhwach haya muerto así sin más, vale que Ichigo es el más fuerte de todos nosotros, pero incluso dudo que Aizen muriera en su momento hace años. Todo este tema me escama y estoy tan ocupado que ni siquiera he podido contactar con Ukitake ni con mi hijo. Este pesado cargo...va a separarme de mi familia y lo peor de todo es que no puedo evitarlo....
-Comandante, hemos vuelto- saludo a Tsukishima y Kugo cuando entran en mi despacho invitándoles a tomar asiento.
-¿Cómo van las cosas en el mundo humano? ¿Alguna novedad?- ambos hombres se miran y niegan a la vez con la cabeza. Sé que me están ocultando algo, pero prefiero que sean ellos los que me digan la verdad antes de descubrirla por mis medios.
-Ni rastro de tíos desmemoriados ni zanpakutos extraviadas.-
-De todos modos seguiremos buscando, Kyoraku-san...confíe en nosotros- veo la confianza que posee Tsukishima en sí mismo, lo que me hace pensar que él sabe más que Ginjo. Les permito retirarse y que sigan buscando justo cuando aparecen materializadas mi zanpakuto y Zabimaru, la de Renji-san.