Little Princess (Lil Pump//Daddy Kink)

Capítulo 23.- Escape.

—¿Y bien? habló Daddy.—¿No me dirás que ha sucedido?—me observó seriamente.

—¿Es necesario hablar sobre ello?—intenté evadir el tema.

La noche había caído una vez más, y nosotros nos encontrábamos en casa. Salí de la ducha y daddy llegó a mi pieza para comenzar con el interrogatorio.

—Puedes contarme, no tengas miedo Alessia.—se acercó a mí, yo estaba sentada en mi cama.

—Es solo que, no se como explicarlo.—dije intentando formar alguna frase.

—Cuéntame, ¿que ha pasado?—Daddy se sentó junto a mí y me abrazó.

—Simplemente recordé cosas que no debía.—hablé lentamente.

—¿Qué tipo de cosas?—daddy habló por sobre mi cabeza.

—No quiero hablar de eso.—se me quebró la voz.—En serio no quiero.—sollocé.

—Está bien.—me calmó daddy.

Me puse cómoda en los brazos de daddy.

—Deberías dormir.—habló Daddy.

—¿Dormiré con Daddy?—pregunté.

—No.—respondió.

—¿Por qué no?—pregunté sin entender.

—Has sido una mala chica.—respondió.

—No he sido una mala chica.—dije arrugando mis cejas.

—Le estás ocultando cosas a Daddy.—específico.

Daddy tocó en mi entreceja provocando que mi ceño fruncido se esfumara.

—Buenas noches, Cherry.—habló Daddy.

Estiré mis labios para recibir un beso, Daddy tomó mi cara entre sus manos y dejó un beso en mi frente.

Me crucé de brazos e hice puchero.

—Te quiero, tonta.—sacudió mi cabello y lo vi desaparecer por la puerta de mi habitación.

Quedé sola, pero en el fondo sabía que siempre podría contar con Daddy.

Me acosté y dormí feliz de tener a Daddy cerca de mí.

Desperté y vi la hora en mi teléfono, eran las 6:57 am. Me levanté y fui al cuarto de Daddy, él dormía profundamente con su boca entre abierta.

Entré haciendo el menor ruido posible, rodee la cama y me acosté al lado opuesto de Daddy. Me corrí lentamente al lado de Daddy, hasta rozar su espalda, me acomodé y cerré mis ojos.

—Cherry.—escuché entre dormida.

—Cherry despierta.—la voz de Daddy resonó en mi cabeza.

—¿Qué pasa?—hablé a la vez que me sentaba rápidamente en la cama.

—¿Qué estás haciendo aquí?—preguntó con una cara de confusión.

—Quería dormir con Daddy.—respondí intentando abrazarlo.

Daddy no correspondió mi abrazo y me alejó suavemente de él.

—Te dije que no podías dormir con Daddy.—me regañó y se levantó de la cama con dirección al baño.

Me crucé de brazos en la cama, no estaba entendiendo la actitud de Daddy.

María entró a la pieza con las bandejas del desayuno.

—Buenos días.—saludó María.

—Buenos días María.—respondí su saludo y me dispuse a salir del cuarto.