-¿Qué está haciendo él aquí?- le pregunté a mí tía apunto de soltar blasfemias por mí boca, ella me miró unos segundos y luego soltó un suspiro.
-Ana el cónclave toma decisiones y no me las consulta, simplemente las toma ¿qué carajos iba yo a saber qué justamente lo iban a mandas a él?- explicó, respiraba tratando de calmar su mal genio.
-Porqué el cónclave me está haciendo esto...
-¡Basta!- exclamó mí tía interrumpiendome- Anais ya deja comportarte como una niña, sabías a lo que te enfrentabas y no te importo, ¿no crees qué tú hermana ya está muy grandesita para empezar a asumir la responsabilidad de sus actos?.
-No iba a dejar que el cónclave la masacrará- contesté desafiante- viste como me volvió mierda, como me destrozó ¿ahora quieres qué pretenda que nada paso?¿acaso estás loca?.
-Decidiste desafiar al cónclave, ahora te aguantas, tengo muchas cosas que hacer.
Me di la vuelta y salí azotando la puerta a mí salida, tenía la respiración acelerada y mis nudillos blancos por estar apretando los puños, tenía tanta rabia, tanta que sentía que explotaría en cualquier momento. Cómo se les pasaba por la cabeza que yo lo soportaría, deseaba tener en mis manos a quien haya sido la persona que tomó está decisión y asesinarlo, apoye mis codos contra la pared y me dije a mí misma que debía calmarme, Evans bajaba las escaleras con si traje de entrenamiento. Cómo le diría que el ex que me destrozó la vida había vuelto para ser mí tutor, él ni siquiera sabía de Derek, otro maldito problema en que pesar.
-Princesa ¿estás bien?- preguntó cuando llego a mí.
-No, digo sí- valbucee- problemas con los novatos ¿listo para entrenar?- él asintió.
-Te recuerdo querida Ana que tú y yo tenemos asesorías pendientes- dijo Derek apareciendo en el lugar, lo que me faltaba, apreté mí quijada.
-Yo ya tengo mí cronograma listo, no te sientas en el derecho de venir a cambiar todo.
-¿Y tú quién eres?- le preguntó Evans.
-Yo soy el...
-Tutor- le interrumpí y el miró con malicia en sus ojos- es... Es mí tutor, en fin vámonos- tomé a Evans del brazo y lo arrastré conmigo, no sin antes fulminar a Derek con mí mirada, lo que me faltaba era qué ese imbécil hablará más de la cuenta.
Debía pensar cómo le diría y explicaría a Evans, que el príncipe de la corte imperial vampírica y yo habíamos tenido una relación y que estaba aquí para hacerme la miserable existencia imposible, salimos del castillo y nos dirigimos a la parte trasera del instituto en el tercer circuito. Derek me había hecho mucho daño, fueron uno meses horribles de depresión y pesadillas, me daba miedo tan sólo ir a la esquina me imaginaba que tal vez Betzzaveth aparecería en cualquier momento a terminar su trabajo, incluso, los mismos hermanos Cranwel a burlarsen de mí y mi ingenuidad. Al llegar al patio le indiqué que nos sentáramos juntos en el suelo, ambos nos miramos unos segundos a los ojos, no sabía con exactitud si esto cambiaría lo que llevábamos ganado hasta ahora, pero un chico tan bueno como él merecía la verdad.
Tanto él como yo habíamos sufrido mucho, me había contado parte de su historia de vida, sus padres se habían separado y él se quedo con su padre el cual no se preocupaba mucho por verle o saber de él, por ello se había criado en diferentes academias. Su madre por otra parte, lo había separado de su hermana Emily y no sabía mucho de ella, había sido un muto acuerdo de odio entre los dos progenitores, lo cual a mí me parecía muy cruel. con el tiempo había recuperado parte de mis memorias borradas y sabía que mí madre no me había separado de mis hermanos por decisión propia o porque odiase a mí padre, sino porque no tenía opción, él merecía la verdad, más que nadie y sería muy hipócrita de mí parte mentirle a Evans yo que odiaba las mentiras.
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Sueños #2
Vampire-Vamos- dice él con la respiración cortada- de muestrame que mereces el lugar que tienes, que mereces llevar el apellido una Braus. -No necesitó demostrarte nada- conteste con la quijada apretada. -Tienes razón, pero claro, ¿qué se puede esperar? sí...