Capitulo 8- Celos

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Él no entendía su comportamiento, si ella no hubiese deseado que él la besara, se lo hubiera negado antes de que lo hiciera, pero esperó a que terminara para reprocharle, le pareció extraño.

En cuanto a Toph, estaba en el rincón de la habitación, terriblemente enfadada, echando humo por las orejas (literalmente). "Qué degenerado era aquel hombre: aprovechó la situación para encimársele siendo que ella estaba llorando, de seguro ni siquiera estaba escuchando lo que le decía" pensaba la maestra tierra.

- ¿Cómo se te ocurre hacer una cosa así? ¡Yo te estaba relatando la triste historia de mi vida, Zuko! –le gritó ofendida.

- Yo la estaba escuchando hasta que… Bueno, solo sentí impulsos de hacerlo, te vi tan hermosa… –le dijo con su típica voz tranquila.

- ¡Quiero que te vayas, vete! –le gritó.

Zuko no tuvo otra opción, si continuaba gritando su hermana la oiría y vaya a saber Dios lo que luego sucedería, se retiró del cuarto dejándola sola.

Luego de unos minutos Toph se recostó en la cama, pensando en lo sucedido y no podía describir a Zuko de otra manera más que con la palabra: pervertido. No quiso reaccionar así frente a él, lo que sucedía era que se había sentido invadida, había sido un momento muy doloroso para ella antes de que él se le aventara. Aunque luego comenzaba a pensar en lo ocurrido y lamía sus labios buscando el sabor que le había dejado el maestro fuego y sonriendo se decía a sí misma: "Vaya, así que así son los besos…". Luego reaccionaba y se regañaba a así misma: "¿Pero en qué estás penando Toph? ¿Acaso eres tonta?

Intentaba dormir, pero no lo lograba, un pensamiento vagaba en su mente, recordó la vez que él se preocupó por sus muelas y la vez que la ayudó a vestirse en la bañera de la prisión, también recordó cuando él la rescató de esos pervertidos que querían herirla: "Ay, Zuko… ¿Por qué debes ser tan encantador a veces?" Toph se detuvo en seco al oír esa palabra salir de su boca: "¿Encantador? No, no, no Toph… ¿No me estaré encariñando con ese pervertido, o si? ¡No, claro que no, lo odio!" se decía ella misma aunque sus mejillas se sonrojaban cada vez que intentaba evitarlo y no comprendía por qué, o bien dicho: lo comprendía, pero no quería reconocer sus verdaderos sentimientos.

Luego de tanto pensar finalmente se quedó dormida. A la mañana siguiente Toph estuvo en el cuarto todo el día, odiaba el echo de estar tan cerca del Sr. Del Fuego y no poder hacer nada, pensó que tal vez sería bueno ir hacia ese tal Ozai y destruirlo pero supo que debía ser un gran maestro para ser rey de una Nación, así que sólo se quedó allí hasta que todas sus esperanzas se desvanecieron.

Zuko por otro lado había pensado mucho en Toph y en ese beso, esa muchacha le provocaba tantas cosas que eran imposibles de describir. Hacia el atardecer Mai fue al palacio a visitar a su novio y ni bien lo vio, lo atrajo hacia ella y comenzó a besarlo apasionadamente. Zuko intentaba decirle algo, algo importante, pero ella se negaba a escuchar.

- De veras Mai, debo hablarte de un tema serio –le decía mientras ella se le acomodaba en su pecho.

- Dímelo después, ¿qué te parece si ahora nos damos una ducha? Hace mucho que no estamos juntos –le dijo sonriendo pícaramente.

- Mai ya basta, enserio yo…

Ella no le permitió terminar la frase, lo llevó consigo hasta el lujoso baño del palacio y una vez dentro, comenzó a despojarse de su vestimenta.

- Ven cariño… -le decía colocando las manos de Zuko sobre su desnudo cuerpo e intentando que también él se despoje de su vestuario pero aunque lo besara con euforia, él parecía resistirse.

Toph se despertó con un humor de perros, se sentía tan sucia, hacía mucho ya que no se aseaba, deseaba tomar un baño pero no sabía en donde encontrar una bañera. De pronto alguien tocó la puerta de la habitación. Toph no supo qué hacer, lo primero que se le ocurrió fue imitar la voz de Zuko aunque no le salía para nada bien. Una sirvienta le respondió diciendo que tenía en manos la bandeja de alimentos que él había ordenado. Ella no tuvo más remedio que abrir la puerta para tomar aquella bandeja y la mujer se la quedó mirando, sorprendida. Le preguntó a Toph quién era ella, aunque luego de unos segundos la sorpresa se le esfumó y dio un suspiro, creyendo saber la respuesta.

Entre Fuego y Tierra~The Last AirbenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora