Sobre cómo atrapar el viento (Crónica del asesinato de un 8 de agosto)

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Esbozos de un atardecer:

El sol agoniza, patalea, llora, golpea todo a su alrededor, reza, miente, cierra los ojos, se hunde, suspira:

Muere

La pared blanca de la habitación 113 estaba pintada con su sangre. Los últimos rayos del día teñían la superficie de tonos anaranjados y violáceos, iluminando la estancia de una forma tan irreal que nadie diría que allí la gente se topa con la realidad más absoluta.

Y en medio de aquellos colores, de aquel silencioso funeral por una estrella muerta, había una sombra. Una oscura silueta humana sentada sobre un colchón desinfectado. Un chico de pelo revuelto que sujetaba con su mano temblorosa una elegante pluma estilográfica.

Una libreta apoyada en sus piernas. En la primera página, solo una fecha: 8 de agosto de 1998. Un día de vida que poco a poco estaba muriendo.

Hayden Nevsky gira la cabeza y suspira. En la mesilla de noche hay una foto sacada esa misma mañana. La mira y decide que debe hacerlo. Toma aire y acerca la pluma a la libreta. Una mancha de tinta recorre el papel formando una "Q".Y el resto de las letras siguen solas.

"Querida Jacky:Te prometo que habría sido el peor hermano del mundo. Un hermano de mierda: de esos que se comen el último trozo de pizza y entran en tu cuarto sin llamar. Me divertiría mucho amenazando a todos tus novios con cortarles los huevos si te hacen daño, o imitándote poniendo una estúpida vocecita chillona.Y tú me gritarías, me llamarías imbécil, me pegarías en el costado repetidas veces con tus puños de debilucha y, qué se yo, al final hasta me cogerías cariño y todo.

Gracias a ti odio todavía más esto.

Lo odio porque estaba dispuesto a ser un hermano de mierda por ti y sin embargo voy a ser tu hermano muerto.

Superman dice que soy el peor paciente que un psicólogo puede tener. Que no hablo casi nunca, y cuando abro la boca solo es para contar mentiras. Que siempre digo lo que la gente quiere oír y no lo que de verdad pienso. Que cómo espero que la terapia avance si solo soy sincero con mis sentimientos cuando escribo acerca de chicos que se ahogan en el mar porque creen que en la superficie todo es peligroso. Que todo está mal, muy mal.

Me incomoda mucho que diga esas cosas porque da la sensación de que me estuviera viendo desnudo o algo así, pero tiene razón. Lo cierto es que necesito hablar con alguien de esta locura que estoy viviendo. Y, bueno, tú eres una mocosa recién nacida que no puede juzgarme, así que la posibilidad de escribirte me resulta bastante tentadora.

Además no quiero que cuando muera tengas la misma idea equivocada sobre mí que tienen todos los demás: la del chico que toca el violín en la foto colgada en el recibidor. La de Hayden Nevsky: el adolescente perfecto y carismático al que arruinó una enfermedad.

En realidad toda mi vida he sido un capullo; uno de los grandes. Un narcisista de manual que despreciaba todo a su alrededor. Que lo sé, eso está fatal, lo dicen todas las malditas películas de Disney, pero tampoco creo que a estas alturas pueda cambiar ¿me entiendes?

Te estoy contando esto porque no quiero que te hagan creer que debes sentirte orgullosa de mí. Prefiero que me conozcas a que me admires, porque he jodido mi vida de tal modo que nadie parece saber quién soy. Ni siquiera yo mismo.

Ojalá pudiera verte dentro de unos años. Hace tan solo unas horas que llegaste a este mundo y ni siquiera te he podido observar en vivo y en directo (papá ha venido al hospital y me ha traído una foto tuya formato polaroid. No te voy a negar que físicamente no te diferencias mucho del resto de los bebés, amoratados y gritones) pero tengo la corazonada de que cuando seas mayor valdrás la pena. Como dato te diré que no creo que haya mucha gente que valga la pena y el hecho de que seas mi hermana no tenía por qué suponer una excepción.

El sabor de la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora