Capitulo 3

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ALICE

DIA 2

No hemos dormido en toda la noche, ella me ha enseñado algunos comandos para vigilar el instituto. Todos dormían en una esquina del salón, unos acurrucados con otros, es extraño ver esto. Los soldados se han instalado en parte aquí, llenaron las despensas y han proporcionado a todos un poco de comida y agua. Cada seis horas se cambian los turnos, he dibujado algunas escenas de lo que he vivido. El bosque al que, cuando era pequeña, todos los Sábados iba a cazar con mi abuelo, el café por la mañana en días de lluvia e imágenes de una guerra la cual nunca he peleado, todo me recuerda a casa pero es demasiado tarde. Mi abuelo ha participado en varias guerras y me ha explicado las cosas horribles que sucedían allí.

--Alice tienes algo para el dolor de cabeza?—la voz un poco chillona de Raven me regresa a la realidad

--Mhhh, a ver que tengo aquí—empecé a revolver mi mochila, esta es de medicinas y algo de comida. Es una suerte que haya guardado esas bolsas en la mochila que hoy traía—Elige lo que quieras—tomo varios pastilleros y los coloco en la mesa. Luego de vacilar un poco Raven agarra mi mochila y empieza a revisarla

--Acaso tienes un supermercado aquí?—dijo en broma

--Alguna vez has oído algo sobre la Comadreja?

--Si, la distribuidora que puede conseguir cualquier cosa, usa un antifaz plateado cada vez que hace algún trato, es tu amiga?

--Soy yo—ante esto ella se sorprende mucho, como no se ha dado cuenta?

La pantalla que mostraba mi antiguo salón de clases capto mi atención. El soldado caminaba de un lado a otro en línea recta murmurando cosas para sí. Acerco la cámara y me pongo los auriculares

--Bien jóvenes tengo algunas cosas que decirles—hiso una pausa mirando la puerta, como esperando a que alguien aparezca —El trato es el siguiente, los dejaremos vivir y les proporcionaremos todo lo que necesitan, siempre y cuando obedezcan nuestras ordenes por más absurdas que les parezcan. O de lo contrario...--fue interrumpida por un chico morocho y con ojos oscuros, bajito y un poco relleno que salió de entre la multitud con una sonrisa divertida, era Daniel, el bromista de la clase

--Y que harás sino, nos darás brócoli como a Peppa Pig?—todos rieron con nerviosismo. La mujer sonrió un poco, algo malo esta por ocurrir lo sé por la mirada de la mujer. Lo llama al frente y se para a su lado

--De hecho las consecuencias serán aún peores—saca un cuchillo de su bota y apoya el filo de este en el cuello del chico, él sonreía

--Vale Alice que buena broma, ya sal de tu escondite—mira alrededor—Ya es suficiente, casi caigo

--No conozco a esa tal Alice y... esto no es una broma—la sorpresa invade el rostro de Daniel, le he hecho algunas bromas en el pasado pero no llegaría a ese punto a menos que hayan traspasado mis limites, pero eso aún no ha pasado por suerte. La mujer desliza el cuchillo por su cuello lentamente, con placer de cada movimiento, y lo suelta en tanto la sangre sale a borbotones del cuerpo de Daniel. Lo patea a un costado y continua su discurso con las manos en la espalda, estas estaban cubiertas de la sangre del chico—Esto ocurrirá a aquellos que nos desafían, alguien mas no está de acuerdo o tiene algo que decir?—todos niegan con la cabeza

Toma un walkie-talkie y llama a alguien para que se lleve el cadáver y limpie el charco de sangre. No puedo dejar de mirar la escena, Raven me mira extrañada

--Por qué no estas llorando? Es uno de tus amigos

--Era...era uno de mis compañeros—corrijo con voz firme y encogiéndome de hombros; nadie había llegado a ser un amigo para mí, no los veía como amigos, sino como conocidos.

Raven se acomodó en su sofá y me observo con interés—Cuéntame tu historia—suelta de repente, la idea de que alguien sepa demasiado sobre mi resulta extraña

--Y que quieres que diga?—respondo con sarcasmo

--Por qué no estas preocupada por tu familia? Dudo que alguien con una vida normal sea asi de dura

--Mis padres murieron cuando era pequeña de una forma horrible, solo estaban mis abuelos y seguramente ellos ya están muertos.—digo evitando que mi voz tiemble, levanto la barbilla aun mas, respiro hondo-- A los soldados no les sirven los ancianos, así que estoy sola, y tú?

--Mi padre murió en la guerra, y tengo a mi madre y dos hermanos—en ese momento mire las pantallas y se me ocurrió una fantástica idea

--Tengo cosas ocultas por toda la escuela, en el cambio de turno hay un lapso de dos minutos en cada zona. Si corro lo suficientemente rápido creo que podría conseguir algo. Pero necesito tu ayuda y algunas cosas de los soldados

--Estás loca?, te atraparan

--No lo creo

--Esperemos una semana, quizá haya algún día en el que la guardia baja o algo así

--Bien

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