Para tus personajes eres un dios, pero no por eso siempre serás bueno, particularmente porque el no serlo del todo ayudaría bastante en el desarrollo de la trama de tu historia. La historia gira en torno al incesante conflicto entre los personajes y el autor.
Al principio puede parecer que siempre quieras que tus personajes sean felices, pero verás que hacerles la vida un poco difícil te abrirá la puerta a varias situaciones de conflictos, que son los que mueven la historia. Recuerda que sin conflicto no hay historia al fin y al cabo.
Entonces, si crees que eres demasiado bueno e incapaz de arruinar la vida de tus personajes, te dejaré algunas ideas para que tu historia sea mucho más llevadera.1. El antagonista.
En este caso, este personaje será tu mano derecha porque será quien principalmente entorpezca los avances del protagonista. Recuerda que no es necesario que sea malo. Es muy común que en las historias el "bueno" se oponga al "malo", pero la realidad es que se trata de un conflicto de intereses y no de moral. Sólo basta con que los intereses de este personaje se opongan a los del protagonista.
2. La carga.
Cuanto mayor sea la carga a la que tiene que afrontarse un personaje luego de realizar una acción, mejor. Por ejemplo, cuando la vida de varios personajes depende de la decisión que tome. Esto hace que se genere más tensión en la historia que lo normal.
3. Las probabilidades.
Cuanto menores y/o peores sean las probabilidades que tenga, mejor también. Esto hará que tus lectores se enganchen más en la historia (porque así somos, nos guata ver a otros en apuros y saber qué decisión tomará para resolver o no su problema).
4. Las decisiones.
Obliga a tu personaje a tomar decisiones, en lo posible opuestas porque si fueran parecidas, quizás daría lo mismo elegir entre una y la otra. En cambio, si lo haces elegir entre una persona u otra o entre el amor a su nación o el amor a su familia, por ejemplo, aumentas mucho más la tensión porque las diferentes opciones cambiarían la historia de maneras diferentes.
5. El secreto.
Dale a tu personaje un secreto oscuro (cuanto mejor se aleje de lo ético, mejor), ya sea una relación prohibida, un tabú... Cualquier cosa que transgreda la norma. Mientras tú luchas por revelar ese secreto, el personaje lucha por guardarlo.
6. Los frenos.
Sencillo de decirlo, pero quizás no de implementarlo. Es simple: cada vez que tu personaje quiera algo, muéstrale un obstáculo. O cuando ya lo haya conseguido, prepara algo que lo sorprenda luego de algún hecho feliz.
7. Los "no quiero".
Seguramente ya hayas definido a tu personaje por lo que quiere y por las cosas que le gustan. Bueno, ahora defínelo por lo que no quiere y lo que no le gusta, y luego de esa lista haz que esas cosas sucedan.
8. La victoria amarga.
Tampoco digo que nunca hagas triunfar a tu personaje pero no hagas que estas victorias sean tan fáciles, haz que se esfuerce, pon trabas en su camino.
9. El robo.
Identifica qué cosas ama tu personaje y simplemente quítaselas. Así el personaje tendrá que aprender a vivir de un modo distinto.
10. El tiempo.
Esto no les pasa sólo a los personajes literarios. Incluso a nosotros nos molesta: el tiempo, que no estén controlando, que nos presionen. Haz que en cada misión tu personaje esté atado a un determinado tiempo y así, por más de que haga bien su tarea, estará todo el tiempo preocupado y nervioso por saber si lo logrará o no.
11. Las heridas.
Hiérelo, haz que sangre, que se lastime, demuestra que no es un robot, que está hecho de carne y hueso. Obviamente intenta no matarlo (¿o sí?).
12. Otras heridas.
Podemos lastimar a nuestros personajes haciéndolos sangrar miles y miles de veces, pero quizás haya heridas que le duelan más y esas son las traiciones, sobre todo cuando provienen de alguien a quien él tenía confianza o a quien amaba.
13. Las piezas.
Si pensamos en nuestra vida como piezas de rompecabezas que se unen para encarnar lo que somos y cómo nos comportamos, debes quitarle estas piezas a tus personajes para que él tenga que plantearse todo. Destrúyelo, haz que dude hasta de su propia existencia.
14. Los paradigmas.
Toma las cosas que tu personaje cree saber y rompe sus paradigmas, haz que toso lo que piense sea erróneo y así este debería reaccionar.
15. El triángulo amoroso (o cualquier otro polígono).
Es un cliché y como ya dije, a los clichés hay que saber usarlos para que no arruinen la originalidad de la historia. Pero esta sí es una gran forma de joderle la vida a tus personajes y se relaciona con la número cuatro. (Es más difícil aún cuando las personas que se le presentan con buenas y amorosas).
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Bueno, hasta aquí llegamos. ¿Eres un autor que puedes molestar fácilmente a tus personajes? ¿Qué otras ideas se te ocurren?
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Comenta sobre qué quieres la siguiente parte."Un héroe es una persona común y corriente que encuentra la fuerza para resistir y perseverar a pesar de obstáculos abrumadores", (1952-2004), actor y director de cine estadounidense, más conocido por interpretar al "Hombre de acero".