♡C.-14

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Capítulo 14:

Tranquilidad.

Habían pasado dos meses desde que JungKook había encerrado a su chico, entrenándolo para que lo amara a él y solo a él

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Habían pasado dos meses desde que JungKook había encerrado a su chico, entrenándolo para que lo amara a él y solo a él. El pelinegro había arreglado todo para que TaeHyung no perdiera su carrera, también había hablado con JiMin para no preocuparlo, mientras JungKook hacía todo eso, diciéndole al rubio que MinJae estaba a salvo, TaeHyung estaba en el sótano perdiendo la cabeza poco a poco, él aun recordaba cierta charla, pero no sabía con quien la había tenido.

«— ¿No dijiste que querías un rey? Pues aquí tienes a un Dios justo frente a ti, te daré lo que quieras, a cambio de que seas totalmente mío.

— ¿Eso incluye estar aquí abajo?

El hombre de cabello azabache rio ante la pregunta formulada por la persona frente a él.

— Por supuesto, cariño. Nadie merece ver tu belleza y quien lo haga debe pagar. Yo te daré todo lo que mereces y más a cambio de que nadie te mire. Nunca más.»

El menudo cuerpo de TaeHyung se retorcía de vez en cuando, gracias a las constantes descargas eléctricas en su cuerpo. También había dejado de pelear haciendo feliz a JungKook y logrando estar libre en aquel cuarto. La cabeza del rubio daba vueltas siempre pues en su mente había voces que se dividían entre decir que JungKook lo amaba y debía corresponderle y en las voces que decían que debía huir de él.

TaeHyung estaba tan confundido, escuchaba una voz en su cabeza decirle que lo correcto era amar aquel hombre que tanto lo veneraba, pero también estaba una voz que poco a poco dejaba de hablar, aquella voz que le decía que no debía confiarse, que debía escapar. Haciéndolo confundir y llorar, por lo general en los brazos fuertes de JungKook, quien lo sostenía y arrullaba para calmarlo.

— Cariño, ya es tiempo de que subas, ¿No crees?

TaeHyung miró con alegría al menor, abrazándolo con toda la fuerza que su débil cuerpo poseía.

— Sí amor, quiero salir y estar contig...o —La voz de TaeHyung se fue haciendo débil gracias a la voz que le hablaba en su cabeza. No le creas, te quiere matar, huye TaeHyung. El cuerpo del rubio se tensó, pero las caricias de JungKook lo relajaron, aunque no lo suficiente. — Quiero salir y tomar un baño.

El rubio no había tomado un baño decente en mucho tiempo pues JungKook siempre le daba baños de esponja mimándolo y consintiéndolo.

— Tus deseos son órdenes cariño.

JungKook cargó al rubio quien cerró los ojos pues sabía que no debía ver donde quedaba aquel lugar horrible que fue su hogar por semanas.

— JungKookie, te-te quiero. No me dejes nunca... De verdad lamento que te hayas perdido tu fiesta de cumpleaños, lo siento. —TaeHyung no sabía que la fiesta de cumpleaños del azabache había sido hacía ya mucho tiempo, no sabía qué día estaban y tampoco le importaba mucho.

El nombrado sonrió triunfal, eso era lo que él esperaba de su mayor. JungKook llevó a TaeHyung a su baño privado, llenando la tina y echando una bomba de baño morada con aroma a lavanda.

— Vamos cariño, al agua. —TaeHyung besó la mandíbula del azabache haciéndolo sonreír en grande. — Y no tienes que disculparte, no es tu culpa cariño.

TaeHyung gimió cuando el agua tocó su piel, su cuerpo entero tenía marcas rojas o moradas, estaba más delgado que antes. Esa había sido la consecuencia de no haber amado a JungKook desde el inicio, eran los pensamientos del rubio, echándose la culpa a sí mismo en lugar de al verdadero culpable.

— J-JungKookie, no me dejes solo. —Puchereó el rubio, JungKook negó y se dedicó a lavar el cuerpo de su chico, esparciendo jabón por su cuerpo y lavando aquel cuero cabelludo largo. — ¿JungKook?

— Mande cariño.

— ¿Eres mi novio?

TaeHyung tenía esa duda en la cabeza, a veces olvidaba si eran novios o esposos, puesto que él sabía que vivían juntos por mucho tiempo.

— Claro que sí amor, somos novios.

TaeHyung rio y besó los labios del pelinegro, sintiendo mariposas en su estómago y su cabeza doler. Los sentimientos que el rubio tenía eran tan contrarios, su cabeza sentía miedo pero no sabía el porqué. JungKook le había explicado que era consecuencias de no amarlo desde el principio y TaeHyung entendió que debía amar a su JungKookie pues él era bueno.

TaeHyung sabe que su JungKookie no le haría daño, él sabe que alguien más lo daño de tal modo que ahora no se veía tan bonito, causándole miedo, miedo a que su JungKookie encuentre a alguien más lindo que él.

— No me vas a dejar, ¿Verdad? Porque tú me amas, aunque no sea bonito.

JungKook calló al rubio con un beso, levantándolo al separarse. El pelinegro se dedicó a secar el cuerpo de su novio, arropándolo con una toalla grande, cargándolo para dejarlo en la cama matrimonial de su habitación, para luego buscar una pomada para que las marcas en el cuerpo del rubio desaparecieran. JungKook sabía que no tendría cicatrices pues jamás le abrió la piel, así que TaeHyung podía estar feliz de tener su cuerpo igual de bonito que siempre.

— Claro que no cariño, no te voy a dejar jamás. Y tú eres el niño más hermoso del mundo.

TaeHyung rio infantilmente dejando que JungKook le untara la pomada en sus marcas y moretones, sintiéndose en extraña felicidad gracias a las manos blancas del contrario que acariciaban su piel, dejando castos besos murmurando palabras de amor para él.

JungKook besó al mayor, un beso tranquilo y lleno de sentimiento.

TaeHyung sabía que algún día encontraría a algún hombre que lo amara como era debido, pero jamás imaginó que sería de esa forma, con tanta intensidad. El rubio tenía claro que la forma en la que se amaban estaba mal pues técnicamente TaeHyung no amaba a JungKook por elección, sin embargo, ahora él amaba todo del pelinegro, desde lo amoroso que podía ser hasta la faceta cruel que mostraba en veces. TaeHyung ahora también podía ser feliz puesto que el azabache le daría todo el mundo en bandeja de oro. Ahora el mayor tendría todo lo que había deseado, amor y poder.

La mente de TaeHyung había bloqueado sus recuerdos traumáticos con JungKook haciéndole recordar que debía comportarse como un buen novio con el chico que lo amaba, aunque no sabía cómo había sido forzado a eso. El cuerpo del rubio sufría espasmos cuando se encontraba asustado, gracias a las descargas, JungKook sí se sentía mal cuando veía a su chico retorcerse de ese modo, pero ya no podía hacer nada contra eso.

En pocas palabras, TaeHyung solo tenía en mente que amaba a JungKook y que quería permanecer a su lado sin ser consciente de todo el maltrato que sufrió. JungKook no le haría más daño a su chico pues él ya lo amaba, aunque a ambos les gustaba jugar un poco rudo en la habitación. Ahora ambos chicos estaban juntos como JungKook lo deseó y TaeHyung tendría todo lo que siempre quiso, desde fortuna y amor hasta su propia escuela de arte después de su graduación, JungKook cumpliría con su promesa a como dé lugar, siempre lo haría.

‖ Enferma obsesión ‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora