¡Tomar decisiones impulsivas no está bien!

340 54 6
                                    

Johnny llenó los espacios de las cuadrillas de Excel con todos sus movimientos financieros del mes. Estaba escuchando música en Youtube desde el televisor y cada vez que le saltaban publicidades eran de aplicaciones de ayuda económica.
Damn, tan mal voy a estar.— Se dijo a sí mismo.
Tenía que admitir que mayo fue fantástico, Ten había sido un necesario resplandeciente rayo multicolor en su vida pero si que costaba mantenerlo. No porque se esté aprovechando de él, sino que Johnny no podía darse muchos lujos siendo un universitario con trabajo de medio tiempo.
Volvió en sus memorias hace tres semanas antes cuando Ten lo invitó a pasear en trimarán –una embarcación parecida al catamarán pero con un solo casco en el medio y dos flotadores–, él se había propuesto pagar todo pero Johnny insistió en colaborar y, aunque Ten pagó la mayor parte no era algo especialmente barato.
Luego fueron a un parque de diversiones pero lo único que había para comer eran panes con fruta o ensaladas frutales y a Ten, por alguna razón, le da miedo la fruta. Tuvieron que ir a un resto bar.
Por último, fueron al cine a ver una película, ahí fue cuando Johnny perdió sus últimos dólares y ya no tenía ni para comer.
Pero lo más importante, no tenía para ir a ver a su equipo de béisbol preferido, los Yankees de New York que jugaban contra Blue Jays en Toronto. Johnny cubrió su rostro lanzando un doloroso quejido que podría haber hecho llorar a la persona más feliz del mundo.
It's alright, It's alright.— Palmeó sus mejillas y exhaló.
Sí, estaba en la ruina pero pasar el tiempo en lugares vistosos con Ten fue lo mejor de su mes.
«Y ese juego también hubiera estado en el top de los mejores eventos de tu vida» Recordó su subconsciente provocando que vuelva a llorar.
Un mensaje llegó a su celular alertado por el sonido típico de Apple,–es normal ser de clase media y tener esa marca–: era Mark diciéndole que le tenía una sorpresa y que llegaría a su casa en unos minutos. Eso, extrañamente, le subió bastante el ánimo. Johnny se vistió decentemente –es decir, estaba en boxers–, con una remera a rayas blancas y negras y un jean del segundo color.
Mark llegó diez minutos después.
—¡Hola!— Sonreía tontamente, como un muchacho avergonzado.
Yo, sunshine.— Las orejas del menor se pusieron rojas por el repentino apodo.— Pasa, pasa.
El departamento de Johnny era del tamaño de la habitación de Mark, literalmente, no resultaba una ofensa porque su cuarto era descomunal, beneficios de ser hijo de doctoras. También olía como él, un dulce aroma a ansiedad y perfume masculino. Aunque las fragancias no tienen género.
—Digamos que conseguí entradas para ver ese match de los Yankees.— Levantó las manos frente suyo para evitar cualquier indicio de emoción.— Dije digamos, porque no lo hice.
—¿Qué tienes en mente?— Preguntó con interés.
—En los edificios alrededor de la cancha hay jaulas de bateo clandestinas, los dueños están dando entradas a un dúo que pueda hacer un home run por cada uno. Nunca he jugado pero no creo que sea tan difícil así que si quieres ir...
Johnny sostuvo ambas manos contrarias cerca de sí con un rostro detonante de felicidad.
—Por supuesto, Mark.
—E-Es una cita.

Mark tenía una expresión de desconcierto importante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mark tenía una expresión de desconcierto importante. Es normal que haga decisiones impulsivas, había aprendido a vivir con eso, pero cómo se supone que pueda batear un home run cuando ni siquiera sabía sostener bien el bate. En ese momento supo que la palmó.
Él iba primero. La máquina arroja pelotas tiró una rápida, –esa era la condición que se olvidó de advertir, todas las pelotas serían rápidas–, movió el bate pero el lanzamiento ya había pasado de él.
Okay.— Segundo intento. Falló peor que en el anterior.— Okaaaay...
El tercero fue igual, ningún milagro.
Cuando salió de la jaula no se atrevió a mirar a Johnny, sin embargo este le desparramó los cabellos.
—Bastante bien para un novato.— Sonrió.— Ahora mira como se hace.
Mark pensó que nada podría sorprenderlo. Después de todo ya había presenciado muchas cosas despampanantes en los últimos años, pero ver a Johnny marcar tres home run le hizo entrar un malestar en el estómago, como si millones de mariposas estuvieran revoloteando dentro de él.
—Holy mother.— Suspiró.— Johnny eres increíble.
—Gracias.— Su voz sonaba entrecortada por el esfuerzo.— Aunque ninguno de mis entrenadores creyó eso jamás, digamos que hay muchos tipos más grandes y fuertes que yo, que se ven como jugadores. Yo, pues yo me veo como profesor de teatro. Y no me ofendo, la verdad.
El menor se sintió realizado al escuchar más sobre el pasado de su amigo.
—Lo siento, supongo que no podremos entrar legalmente a ver el partido.
—Oh, no te preocupes. Espera, ¿Legalmente?
Mark tomó la mano contraria y lo arrastró hacia las escaleras de emergencia que conducían hacia abajo.
—Bajamos por aquí, entramos a los bastidores y después nos colgamos por las barras protectoras y...
—¡Mark!— Le agarró por los hombros.— Ni siquiera lo pienses, es muy peligroso.
—Hice cosas peores, hace un par de días entre a un matadero con Ji Sung...
—No lo vale.
Mark guardó silencio repentinamente, como analizando la situación. Después dijo: —¿No?— Recibiendo otra negación.
Sus mejillas tomaron un color rojizo terriblemente fuerte.
—Pero pensé que este era tu equipo favorito.
Johnny sonrió para tranquilizarlo.
—Aun así, no debes arriesgar tu vida por eso. ¿Sabes lo altas que están las tribunas? Un paso en falso y...
—Tienes razón, yo...yo no sé por qué creí...— Se tapó la boca. ¿Qué iba a decir? “Por qué creí que arriesgar mi vida por un momento de diversión contigo sería una buena opción” ¡Eso era increíblemente tóxico!— I'm sorry, I have to go.
—Hey, wait!
Entonces Mark salió corriendo del establecimiento tan rápido que perdió a Johnny en pocos segundos.
Estaba acostumbrado a tomar decisiones impulsivas por él mismo, pero ¿por alguien más?
Paró un taxi en la calle, le dijo su ubicación dando las gracias educadamente. Supuso que este comportamiento se debía a la parte de su pasado que no recuerda, pensó que quizás tendría que decirle a sus madres que lo mandarán a un psicólogo para comprender con mejor claridad. Sin embargo no tuvo tiempo para pensar en nada más en cuanto el auto dobló por una calle que no conocía.
—Señor, por aquí no es.— Sospechó al instante por lo que se sacó el cinturón intentando no hacer ruido y puso una mano en la puerta listo para salir.
El hombre paró, Mark intentó salir corriendo pero las puertas se cerraron con lock y el cañón de una pistola posó su frío tacto en su nuca.
—No te vas a ningún lado, cariño.

🇺🇲🇨🇦🇫🇷

¡Gracias por las 100+ leídas! 💕💕💕

Gangsta [JohnMark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora