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Si hubiese algo que le produjese una extraña sensación de satisfacción en su software a Simon, eso sería cocinar.

Había algo de ello que le hacía sentir en armonía, sobretodo cuando los humanos probaban sus platillos y los halagaban. Aunque alguien más tuviese que llevarse todo el crédito para que los comensales no retractaran sus palabras (por el simple hecho de que el chef era un androide), a Simon le agradaba que les gustara lo que sus manos preparaban.

-Simon, cielo. -Le llamó Edith, su dueña, captando su atención. El androide alzó la vista de la caja registradora y con sus ojos azul cielo, observó a la mujer.

-¿Sí?

-Tendré que irme por unos días, ¿recuerdas ese concurso en Florida?

Él asintió.

-Quieren que vaya como jurado.

-Oh, eso es bueno.

-Lo es -confirmó ella, con una sonrisa contagiosa-. Tendrás que manejar la repostería por ti solo unos cuantos días, ¿estás bien con eso?

-Claro.

Simon recordaba a la perfección el día en el que lo habían adquirido. Era una tarde cálida de abril y el sol brillaba en el cielo despejado. Una agradable señora necesitaba ayuda para administrar su pequeña repostería que ya no era tan pequeña, y como nadie quería ni estaba lo suficientemente cualificado para el empleo, ella se cansó y decidió comprar un androide.

Edith era una persona realmente dulce y considerada, siempre amable con todos y especialmente con Simon, a quien incluso consideraba su propio hijo e incluso un buen amigo.

-Tendré que salir mañana a primera hora al aeropuerto.

-Bien, ¿quieres que te ayude a empacar?

-Lo tengo todo bajo control, Simon. No te preocupes.

Simon le dedicó una pequeña sonrisa antes de seguir con el trabajo.

El local que ocupaba la repostería "Sweet Pleasures" era modesto, ni muy pequeño como para pasar desapercibido ni muy grande como para ser llamado exagerado, decorado con colores pasteles, desde un durazno gentil hasta un turquesa suave y una mueblería moderna y cómoda.

Se podía decir que el lugar era como una joya un poco escondida de Detroit.

Al inicio sacar adelante el negocio había sido todo un reto para Edith, con pocos clientes y con los escasos siendo muy poco frecuentes parecía que su sueño de toda la vida se iba a venir abajo en cuestión de unas cuantas semanas, sin embargo, de la noche a la mañana, así de repente, la clientela comenzó a aumentar de forma considerable. Al parecer uno de los comensales había quedado fascinado con el lugar, así que con una selfie, una foto de el exquisito postre que había ordenado y un simple post en instagram, "Sweet Pleasures" se hizo considerablemente conocido.

Viendo que el reloj marcaba las cuatro de la tarde, Simon se dirigió a la cocina con el objetivo de preparar algo, lo que fuese. Su turno había acabado, no obstante le gustaba hacer algo productivo en su tiempo libre y siempre y cuando no interfiriera con las órdenes de los clientes (cosa que nunca hacía puesto a que Simon era alguien sumamente correcto y Edith lo sabía) podía preparar lo que quisiese.

Hoy más que otros días sentía esa pequeña chispa de creatividad recorriendo su sistema, por lo que decidió hacer un pastel de fresas.

Y así, sumergido en su propio mundo, pensando en todo y en nada la tarde se le escapó y eventualmente se hizo de noche.

El local cerró a las nueve treinta y Simon y Edith viajaron en coche hasta su casa. El trayecto fue en su mayoría silencioso, mas no por eso fue incómodo.

Una vez en su hogar, cuando Edith ya se retiraba a su recámara a dormir ésta le llamó y le entregó las llaves de la repostería, Simon tenía su propia copia por cualquier cosa, pero Edith concluyó que estando tan lejos aquellas llaves no le servirían de nada. Simon insistió en que las conservase, solo por si el día que volvía él no se encontraba por los alrededores.

Al día siguiente, como lo había anunciado, Edith se fue, no sin antes obviamente despedirse como era debido de su androide rubio.

Hacía ya bastante tiempo que Simon no se quedaba solo en la repostería, pero si las cosas marchaban como era debido, no habría dificultades en cuidar y administrar el local por su cuenta.

Quién diría que su primer cliente de ese día cambiaría su existencia por completo.

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[N/A]Cortito y gay, pero es porque luego se viene lo chido amiguis.

Edit: Wattpad cochino me quita los espacios y me cambia las líneas de diálogo ughhh

Why isn't it me?  [Simarkus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora