4.-HotDog

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Derek.
Pero que pesadilla.

Bajo las escaleras por la mañana dirigiéndome a la cocina.

Tengo un dolor de cabeza como si me hubieran dado un martillazo profundo, estos días ha sido jodidamente complicado poder tener un sueño agradable, aunque probablemente sea mi maldita culpa, he tenido mas drogas en mi cuerpo que alimento, las alucinaciones dejaron de ser lucidas y excitantes, ahora solo sueño con mis fantasmas.

Llego a la cocina y rebusco entre los cajones en busca de alguna golosina para calmar mi hambre rápido, no soy bueno en la cocina, soy una mierda para esas cosas. Sin éxito me dirijo al refrigerador, encuentro los restos de la cena de ayer, sólo un poco de pollo y ensalada. Que desagradable!

— ¿Vas a comerte eso?
Una voz femenina llama mi atención.

Es esa pequeña pelirroja, desde que la vi en la cena luchando con ese pedazo de pollo me hizo sentir incómodo. Nuestro anterior inquilino había sido un chico de mi edad, fue sumamente fácil poder hablar con el, tan solo hable de videojuegos y a los dos días éramos mejores amigos, incluso dejó su habitación para compartir la litera conmigo. Al principio el dormía en la de arriba, luego se adueño de la de abajo. Jamás pensé que se convertiría en la mejor persona que conocí en mi jodida vida.

Un carraspeo me trae al presente.

Bajo la mirada y me encuentro con los ojos verdes de mi vecina de habitación.
— Perdóname, te ignoré por completo— y no mentía, no recuerdo si quiera haberla visto.

— El cannabis mata tus neuronas, te preguntaba si te comerás ese pollo— comenta apuntando la charola que llevo en las manos.

No.

— Si, por algo la tengo en mis manos Mister Inteligente. — digo dándole la espalda y alejándome de ella.

— Miss — dice ella.

— ¿Qué?— me paro en seco y giro rápidamente hacia ella, la encuentro con los brazos en jarras.

— Es "miss" soy una mujer, se les dice "mister" a el hombre — responde con una sonrisa retadora.

Que fastidio.

— Pues no te he escuchado referirte a mi como un "Mister" así que de ahora en delante espero escucharlo.

Ella se ríe, a carcajadas, de mi. ¿Quién se cree esta pendeja?

— Es que no escuchaste, dije hombres, no niños, a lo mucho serías un "Kid"— dice entre risas— en fin no me importa, solo te lo preguntaba porque tengo que alimentar al señor salchichas.

— ¿Quién mierdas es ese? Por si no sabias, el señor de los HotDogs falleció hace 2 años así que no creo que su cadaver quiera éste pollo. Así qué, con permiso.

Paso sobre su hombro para meter este pollo al microondas pero ella me detiene, coloca su puño sobre mi estómago.

— Salchichas es mi perro, tal vez no lo has notado pero está sentado justo ahí.— dice apuntando justo a la izquierda de mi cuerpo, y afectivamente. Hay un perro pequeño ahi. Y estoy a punto de darme de golpes contra la pared.

— oh no, no no no y no, ese pulgoso no va a estar en mi casa. Es suficiente contigo, como para que el este aquí— en realidad no odio a los perros, pero son un tanto descuidados y orinan en todas partes — tienes que llevártelo de aquí, si mi mamá se entera te sacara a patadas de la casa y...

Mis palabras quedan suspendidas cuando la cabellera rubia de mi madre entra por la puerta. Dejando en la mesa algunas bolsas de cartón con comida dentro. Ignorando nuestra presencia.

— oh pero si es el nuevo defensor de la casa!— dice mientras toma en sus brazos al pequeño perro— ¿quieres pollo pequeña salchicha gorda?— mi madre me mira con recelo y queja — tú, dame ese pollo y prepara algo decente, esas son sobras! — deja caer al perro de nuevo en el piso con cariño y señala las bolsas del mandado— Ayúdame a meter estas provisiones a la alacena, Jess y yo calentaremos esto para el perro— arrebata la charola de mis manos y sin más salen por el comedor con la bolsa de pulgas tras de ellas.

Jess
Tal vez debería de quedarme y ayudar a Derek con la comida, señora Robinson.

Aunque no me agradaba estar ni un minuto con ese chico tenía que sacar información, tenía que saber si mi hermano iba a ser padre. Y ninguna mejor fuente que Derek.

— No querida, recuerda que los lunes y miércoles son tus días de  aseo del hogar. Los demás días como hoy son libres para que hagas lo que desees, suficiente con seguir tus estudios aquí, pagar renta, y ayudar con la comida. — me dice mientras vierte en un platon el pollo desmenuzado y tibio— Derek tiene que ser más responsable, y que mejor que pedirle que ordene las provisiones. 

— Provisiones suena como si estuviéramos en un refugio.

— Y lo estamos — sentí un pequeño escalofrío — No has encendido las noticias o la radio, ¿cierto? — me mira con una mano en la cintura y una ceja alzada.

— Mmm no... ¿ocurre algo?

— Habrá toque de queda hoy a las 17 horas, durante 48 horas. Ni si quiera yo podré salir al hospital, todos los servicios estarán suspendidos y la persona que sea encontrada fuera pasara el día en la comisaría.

¿Toque de queda?
— Y por qué han tomado la decisión de hacer tal tontería? Digo, ustedes, los médicos son indispensables.

— Sólo 3 de los 15 médicos que hay aquí tendrán trabajo este día. —al no verme muy convencida sugiere—Enciende la televisión cariño, vamos dentro.

Entramos y fui directo hacia el salón tomando asiento en uno se los tres sillones, tome el control remoto y encendí la television. El noticiero apareció en la pantalla.
"...justo después de las 18 horas comenzara el toque de queda, nunca antes tuvimos que tomar tan drástica precaución"

Decía la voz de una mujer en el noticiero del pueblo, unas imágenes de un camión lleno de bultos plásticos y negros acompañaban la voz de la mujer. ¿Esos eran.. cuerpos?

"Los cuerpos de 19 adolescentes de entre 14 y 17 años han sido encontrados en un camión al otro lado de del lago de Blossville, los policías han iniciado una investigación más profunda, solamente 2 cuerpos han sido identificados como Laura Marie "N" de 15 años y Adeline "N" de 16 años de edad, las dos chicas asistían a la misma escuela de nuestro pueblo. Las autoridades dan aviso de no salir, repito, no salir de casa, estamos en advertencia, Código Rojo."

La transmisión terminó al mismo tiempo que en la esquina derecha de la pantalla aparecía un pequeño cronometro el cual avisaba las horas que nos faltaban para las 5 de la tarde.

— Esto es horrible— dije en voz alta— no saldremos por nada del mundo.

—Tomare tu palabra Jess— me respondió la señora Robinson— estaremos aquí seguros.

Derek nos interrumpió hablando con la respiración acelerada.

— Hot Dog... salchicha — dando una gran bocanada de aire término de hablar — el perro se salió.

Mierda.

BlossvilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora