Los personajes empleados en este escrito pertenecen a J. K. Rowling
-Dime que no tienes nada que ver con esto Ronald Weasley! – Estrelló con fastidio el periódico contra el pecho del hombre frente a ella mientras lo miraba acusadoramente – Te juro que si tuviste algo que ver con esto no habrá escudo que te salve de mis hechizos
-No tengo ideo de que hablas Mione. Aun no terminaba de despertar cuando su loca esposa ya estaba frente a él gritándole incoherencias. ¿Es que acaso esa mujer no dormía?
-¿De que hablo? ¡De esto Ronald! De este estúpido artículo de periódico de un tipo que intenta ser el nuevo Rita Skeeter! Dime ya si tuviste algo que ver, dímelo porque si me mientes y yo lo averiguo no encontraras lugar seguro para esconderte. Estoy harta ¿me entiendes? Harta de ti, de la prensa, de tus infidelidades públicas y más que nada de este matrimonio...
-Pero Mione mi amor no digas eso, tu sabes que yo te amo, jamás...
-Jamás que Ronald, ¿jamás me has engañado? O jamás volverás a hacerlo... ¿Sabes que me gustaría escuchar de ti? Que me digas; ¡Hermione, jamás voy a volver a prometer cosas que no planeo cumplir!
-Yo no... El pelirrojo cada vez se encogía más sobre sí mismo, no tenía ni siquiera un lugar por donde huir, debía aguantar la furia de su esposa, al menos hasta que pudiera concretar el traspaso del dinero a esa cuenta en el exterior que se había hecho. A ratos sentía cargo de conciencia por lo que le iba a hacer a Mione, pero luego se decía que lo hacía por necesidad y por justicia, al inicio de su matrimonio él también había aportado dinero a esa cuenta, dinero que ambos habían gastado, ella también había usado ese dinero, ahora que él ya no tenía una fuente segura de ingreso pues era necesario que tomara lo que hubiera, igual y ella tenía su importante trabajo en el ministerio en el que le pagaban montones y montones de galeones, en menos de nada se recuperaría, él no tenía esa opción, tendría que valerse del dinero de la cuenta conjunta y lo que obtuviera de la venta de la casa para mantenerse cuanto pudiera. Se lo hubiera pedido pero sabía que ella, egoísta como era, no se lo daría.
-Tú no, ¿tú no qué Ronald? Tú no te has acostado con cuanta fanática pudiste o tú no te has bandereado por cada periódico y revistita tonta de chismes vendiendo nuestras intimidades a esos intentos de periodistas.
-Vamos Mione – dijo intentando sostener la mano de la esposa entre las suyas – sabes que si lo hice fue por necesidad...
-Merlín santo y todavía te excusas diciendo necesidad, estas completo Ronald, no te faltan ni las piernas, ni los brazos, ni tienes ninguna enfermedad terminal o contagiosa que no te permita trabajar ¡no lo haces porque no quieres!
-Tú sabes que ya no puedo jugar...
-Quidditch, quidditch, quidditch eso es todo lo que tienes en tu cabeza, te tengo una noticia, ese no es el único trabajo en el mundo Ronald, el hecho de que ya no puedas jugar no significa que estas inválido y debas ser mantenido por tu esposa.
-Pues mientras jugué bien que usaste el dinero que me pagaban para comprar tus cosas y darte todos los lujos que querías. – una bofetada le cruzo la cara al pelirrojo dejando su mejilla en un tono que combinaba a la perfección con sus cabellos.
-Jamás vuelvas a repetir eso, tú... tú no tienes idea de lo que ha sido mi vida contigo, mientras tu viajabas de lugar en lugar festejando, bebiendo y acostándote con cuánta ramera te encontraste yo estaba aquí trabajando sin importar la hora y el día, para poder ganar un mejor sueldo, uno que permitiera pagar tus pasajes y tu ropa para jugar...
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ESPERÁNDOTE
RomanceMucho ha pasado desde la segunda guerra mágica, Snape que sobrevivió bajo los cuidados de una ex alumna decide regresar a su país en busca del amor que dejo hace casi 10 años pensando en hacerle bien a ella. Ahora no se siente tan amable y esta disp...