SnowBaz Stories

Countdown - Flower shop.

N/A: se que ya paso desde hace mucho, pero por cuestiones escolares dejé todo esto super olvidado y atrasado.

Es una parte de un capitulo de mi fic "acorde al plan", se diría que es un poquito de spoiler haha. Enjoy it <3

Simon 

Aún seguíamos en la sala. Sentados viendo al techo y hablando de cosas que tienen sentido y otras que no. Esta es la charla más larga que hemos tenido, ¿será que por fin hay algo de confianza?. Si es así, podría confesarle algo...

—Yo ya te había visto.

El volteo a verme con cierta sorpresa.

— ¿Y yo por que a ti no?

—El día que te vi estabas sentado en una banca justamente en frente de la tienda de flores de mi madre. Recuerdo haber salido de la tienda y allí estabas. Tan concentrado leyendo un libro de economía. — Giré mi cabeza que estaba recargada en el sillón y chocamos miradas, el estaba atento por primera vez en mis historias.

—¿Y qué más pasó?.- Menciona Baz en casi un susurro. Se nota algo de cansancio en ella. Pero aquí está, conmigo, es algo que quiero disfrutar hasta el último segundo.

—Cada día que iba a la florería a ayudarle a mi madre,  esperaba encontrarte y así era, siempre con diferentes libros, pero allí estabas. Y me intrigaba, quería saber quién eras. Había algo que me atraía de ti. —El abre los ojos debido a lo que dije, creo que ni yo se que acabo de decir.- A lo que me refiero es, que... Era como si ya te había visto. Un día te acercaste a la vitrina y observabas algunas rosas, ese día estaba a punto de hablarte...

—¿Y por qué no lo hiciste?. —  Me interrumpe con su pregunta, levantando su ceja.

—Por que... Al momento de querer acercar, vi que alguien llegó contigo y  se fueron.

Su cara cambió. Creo que aún le duele recordar su pasado y su silencio lo dice todo. Sé que la primera regla es no invadir el espacio personal de ambos, sin embargo lo hago. Mi mano está ahora en su mejilla y me atrevo a hacerle una caricia. El no se quita, sólo cierra los ojos. Esto lo tomaré como un "puedes hacerlo sólo por hoy".

Desearé que esta noche sea larga. Lo más larga para romper las reglas y que el me permita. Puede que si rompo la regla número 2 corra peligro, pero creo que el peligro empezó cuando me casé con él.

Mi mano sigue en su mejilla y me acerco lentamente a su cara, el sigue con los ojos cerrados, pareciera como si ya tomara el sueño. Me acerco más y siento su respirar chocar con mi cara, y todo mi ser se llena de suspenso. ¿Si lo beso ya no querrá tener más charlas en el sillón? ¿Ya no tendré pretexto para estar en paz, cerca de él?

Lo admiro por unos segundos. Sus pestañas son largas y sus cejas gruesas. Su piel es pálida y nariz larga. Mi mano recorre su mejilla y se desliza a su mentón, él entreabre los ojos.

— ¿Que tanto me odiarías si me acerco más a tu boca?

Fija su vista en mis labios, preparando una respuesta.

—Te odiaría menos si no lo haces.

Me sorprendí un poco.

— ¿En serio? Pensé que...

Entonces el que me besa es él.