Soy EmMa,bueno, no soy EmMa pero a la vez sí.
En mi vida real ando siempre ensimismada en las nubes, por algo me dicen Aire. Mi vida es agobiante y sobrepasa mis límites pero me dejo llevar como una nube blanca por el viento, arrastrando todo lo malo al infierno y quedándome con lo bueno.
Así soy yo.
Soy un Hada en el Bosque de Indara que se desplaza con un afán armonioso entre las hojas del otoño recién marchitas, decorando el terreno con copos blancos que se derretirán en primavera cuando las flores me sigan fortaleciendo y en verano intentaré descansar, dando poco de mi por dicho afán de dar calor a los muertos de frío y a los acalorados darles un respiro.
Yo trabajo y a la vez no, soy pequeña, menuda, intensa y creativa, a medida que voy por el cielo me detengo frente a una esponjosidad blanquecina y la transformo en un pequeño conejo que me siente pero yo no, yo estoy en todas partes y todos me sienten...
Más yo...
No puedo sentir...
Intente de todo, purificarme a través de mis sueños y sentir el gozo del fulgor caliente del humo que me da el fuego, contaminando todo mi ser, y volviendo a mi rutina, intentar recorrer los prados tocando las mariposas, correr junto a las avestruces, acompañar a cada tormenta, refrescar en el desierto, y en los fríos polares mantener el hielo.
Pero como dije, me sienten, yo no siento.
Soy invisible, abstracta, pura y carbonizada, muy pocos se preocupan por mi, si estoy bien, mal, retando a los que me contaminan. Pobres pocos que me protegen, no saben que yo...
Ya nací contaminada.