Donde YoonGi y NamJoon están casados, llevando una bonita relación desde que NamJoon había empezado a pasar más tiempo en casa, dando lugar a un nuevo acontecimiento que marcaría sus vidas de manera positiva.
Posiblemente con huellitas en las parede...
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La mañana llego y con eso le llegaron unas molestias en el estómago al omega, el cual se encontraba demasiado cómodo en los brazos de su alfa. La mañana era algo fría, por lo que era perfecta para seguir acurrucados hasta tarde, sin embargo, la molestia persistía y lo hizo despertar a él y a su alfa.
— Namiiee~ no me siento bien — Yoon se frotó levemente con la mano el vientre, Nam aún medio dormido, coloco su mano en el vientre de su pequeño, tratando quizás de aminorar la molestia, el omega se acercó más al alfa y se frotó en él para luego empezar a ronronear al sentir el calor corporal que liberaba la pantera, se sentía cálido.
— ¿Quieres que te prepare un té? — la voz del alfa salió rasposa debido al sueño que aún se cargaba, sin embargo, estaba dispuesto a levantarse si debía hacer algo por su omega.
El pequeño omega lo pensó un momento y asintió, creyó que quizá se pasaría la molestia, pero al ver que solo se intensificaba acepto a lo que su alfa ofrecía. Nam se separó de su pequeño felino y se levantó de la cama lentamente, con los ojos medio cerrados se colocó sus pantuflas y salió de la habitación. No eran más de las siete y al ser su día de descanso, esperaba poder dormir hasta tarde, pero si debía levantarse por su pequeño omega, él lo haría.
YoonGi vio salir al alfa y sonrió levemente mientras se levantaba de la cama despacio e iba al baño de la habitación, claro, después de colocarse sus pantuflas, se vio en el espejo y sonrió nuevamente a su reflejo.
Su rostro se veía más lleno de vida, sus mejillas rellenitas y con un leve sonrojo natural, sus ojos con un brillo de alegría lo hacían ver más hermoso y tierno.
Las molestias que desde días anteriores había empezado a sentir ahora lo hacían feliz al tener una idea de lo que podría tener, si resultaba ser cierto, estaba seguro de que aguantaría los síntomas por su pequeño fruto.
Se vio interrumpido de sus pensamientos gracias a que las náuseas regresaron haciendo que fuera rápidamente al retrete, sentía como algo ácido subía por su garganta y bajaba nuevamente dejándole solo el mal sabor de boca. Haciendo una mueca, Yoon se dirige de nuevo al lavamanos, esta vez a cepillarse los dientes.
— ¿YoonGi? — Ya despierto del todo, Nam entro a la habitación con una pequeña bandeja en la cual llevaba un desayuno ligero por si YoonGi se había enfermado y un té para que el malestar aminorara hasta que pasara o hasta que fueran al doctor si persistía.
Gi salió del baño y se acercó a su pareja con una sonrisa algo cansada, acababa de despertar y se sentía fatigado.
— ¿Has vomitado? Debemos ir al doctor — el alfa dejo la bandeja en la mesita de noche y se acercó hasta su omega para acariciarle el rostro.
— Ha sido solo nauseas, no he vomitado, no te preocupes — el alfa frunció el ceño y YoonGi solo sonrió ante la preocupación del más alto, poniéndose de puntitas, le dio un beso en la nariz.
