8| Sudor y calor

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6:00 p.m | J u n g k o o k

Un teléfono sonaba.

La puerta se abrió, dejando ver a Jimin detrás de esta, con sudor cubriendo su frente y unas fuertes ojeras contorneando sus ojos.

Me sentía preocupado, pero más que nada impotente, siendo honestos no me di cuenta en el momento exacto en que este chico se volvió alguien importante para mi. Aunque me parecía ilógico, porque otra razón estaría tan empeñado en ayudarlo. Ni siquiera conocía al sujeto a fondo, solo he intercambiado un par de palabras superficiales  con Jimin.

Me tenía confundido el no saber si aquel día de nuestra salida me la había pasado tan bien con él por su presencia o por los efectos del alcohol.

Daba igual, una cosa llevo a otra y ahora este sujeto rubio, quien por alguna razón se ve igual al sujeto que tiende aparecer en mi sueños, está en mi casa y me irrita que estoy disfrutando esto más de lo que debería.

Nuevamente sonaba un teléfono. Jisoo se había encerrado en su cuarto, el cual estaba al final del departamento, podía escuchar la televisión encendida y su programa favorito se reproducía en esta, lo se porque de tanto verla con ella ya memoricé los diálogos.

—Siento causarte tantos problemas.—su voz me arrastró fuera de mis pensamientos. Su rostro reflejaba una extraña mirada de pena que no supe descifrar muy bien.

—Descuida, me gusta que haya visitas en la casa—. le sonreí, esperando pacientemente una sonrisa de su parte ante mi comentario, quería ver su sonrisa desesperadamente.

—Te lo agradezco, pero creo que debería regresar.— no hubo risa, sus ojos no se pararon en mi ni una sola vez.

—¡No! Por favor quédate— '¿que estas haciendo jungkook?'pensé, después mordí mi labio inferior algo apenado.

El sonrió, débil y muy breve, pero se que escuche su risa.

—De acuerdo, si tanto quieres que me quede—Jimin me dio una mirada altanera. Se sentó en el sillón, echó su cabeza hacia atrás, su manzana de Adán sobresalía de la piel de su ello, soltó un cansado suspiro. —Vaya que estoy cansado.— dijo.

El teléfono volvió a sonar.

Me senté a su lado, con mi cuerpo apuntando hacia él, mi vista recorrió cada facción de su rostro: desde sus gruesos labios hasta sus pequeños ojos. No había tomado el tiempo de ver lo atractivo que era Jimin, con su quijada afilada y marcada, pero sus cachetes redondos y suaves. Mi ojos siguieron la línea de su cuello, hasta llegar a su clavícula, después su pecho el cual se marcaba a través de la camisa negra, éste hombre era realmente una peligrosa combinación de ternura y pecado.

—De nuevo, gracias por dejarme dormir aquí— dijo a Jimin viéndome de reojo, aún con la cabeza hacia atrás.

—No hay de que...— tenía las palabras atoradas en la boca, la curiosidad me comía pero no sabía si era correcto preguntar.—Este...Jimin.— él levantó la cabeza para mirar.

—¿Si?

—¿Puedo saber porque peleaste con tu hermana?—Jimin bajo la cabeza.—...si no quieres hablar de ello lo entiendo.— lo miré.

Bloodline [Vampiro/Jikook] EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora