2012.
Quedarse dormida a lado del teléfono en el sofá no fue ninguna de sus opciones para precisamente, ésa noche. Su respiración estaba armoniosa, parecía estar en las nubes, con uno de los más deliciosos sueños. Pero en realidad su mente estaba agitada, llena de golpes de emociones y sensaciones, mas bien caracterizadas por el miedo y la preocupación en ese instante. Había estado esperando toda la noche noticias recientes, justo de la persona que había agitado toda su paz. Qué había destruido toda su emoción y entusiasmo. Qué había llenado su corazón de latidos desbocados, de nudos en la garganta y retortijones en el estómago. Su cuerpo le pidió que parara, que ya habían sido demasiadas emociones en tan solo veinticuatro horas seguidas, pero su cerebro y corazón no cedieron. Hasta que, el exigente por descanso la embistió con una oleada de sueño incontrolable, venciéndola.
El departamento estaba vacío, la única iluminación era del sol asomándose tímidamente entre los edificios, dando entender su llegada próxima. El único ruido emitido era por el aire acondicionado que refrescaba todo el lugar. Pero éste fue interrumpido por ese característico sonido, el qué escuchas cuando alguien te está buscando, el que parece timbre de la casa de tus abuelos o de una vieja residencia, pero en realidad solamente es del teléfono de tu casa.
— ¿Hola? — la ronca y pesada voz de Hannah se arrastra por su garganta liberándose. Se sienta en el sillón recargando su codo en el respaldo con su ceño fruncido. La columna le duele y es cuando se da cuenta qué durmió en la peor posición para un sofá, justamente. Cuando los recuerdos vuelven a su mente su expresión cambia por una exigente de información.
— Hann, soy yo, Douglas. Ya lo encontré. — tan sólo esas palabras son suficientes para que se levante del sofá alarmada.
— ¿Está bien? Joder, ¿dónde ha estado? ¿le ha pasado algo? Dime ya Du, por el amor a Dios.
— Él... él sí, sí está bien. No le pasó nada.
— ¿Entonces? ¡Porqué mierda no llegó! ¿Le ha surgido algún imprevisto? ¿Su familia está bien?
— Hannah, él está físicamente perfecto. Su familia está perfecta, también. — casi parece que Douglas le estuviera reclamando a Hannah. Que no estuviera bien que ella se preocupara. — Él, él no llegó porque estaba hundido en el alcohol.
Eso fue la gota que rebalsó el vaso. Eso fue suficiente para que Hannah sintiera el peor dolor en su corazón. No podía creer las palabras que habían salido de la boca de Du, y peor aún, no podía creer el significado de éstas, el dolor que le estaban causando en ése mismo instante. Siente como el nudo en su garganta se forma. Sus ojos empezaron a nublarse por capas de lágrimas. Su pecho duele tanto que le da miedo ya no saber como respirar. Una lágrima roda por su mejilla cayendo en su cuello.
— ¿E-estás seguro? — pregunta con su voz ahogada en miedo. No quiere creerlo, no quiere aceptar. Pero una parte de ella le dice que sí. Porque ella, porque todos saben perfectamente que Liam Payne es capaz de eso, y de más.
— Lo busqué Hann..., lo busqué toda la maldita noche, y lo encontré. — Y sabe que es cierto. Por la forma en qué él dice con rabia, con decepción. — Yo lo siento mucho, linda. Tú sabes que yo no apoyaría a Liam en esto, sé lo que tenían planeado anoche y... — no escucha. Ya no escucha y se aparta el auricular de su oído. Las lágrimas brotan sin permiso alguno con una rapidez impresionante. Tapa su boca con la mano y encogerse en el sofá no es suficiente para lograr desaparecer. Siente como una oleada de dolor abrumadora la embiste.
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Promises In The Wind ❯ l.p
Fanfiction❝— Tal vez, sólo teníamos que separarnos para saber que te necesito sólo a ti, Hannah ❞ Portada (bellísima) hecha por: @northwestyles