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Despues de cenar guardaron todo en el lavavagillas y se fueron a acostarse. Sarada dormiria con ambos en la cama ya que eso tambien tranquilizaba un poco a Hinata. Le pusieron el pijamita e Hinata se quedo jugando con ella mientras Sasuke se daba un ducha antes de acostarse.

Cuando el azabache se acostó, recostaron  a la pequeña y Sasuke comenzó a contarle a Sarada un cuento. Hinata estaba imnotizada  mientras Sasuke contaba la historia, no podía parar de mirarlo preguntandose cuanto habia significado el para ella.  Debia de ser mucho ya que tenía una hija en comun y un apartamento grande en el que vivir.

Despues de que la niña se durmiese, ellos tambien se fueron a dormir. Sasuke por fin podía dormir en paz porque  Hinata se encontraba bien y a salvo en  casa con su hija.  Hinata sentía que por fin podía dormir cómoda, aunqie ciertamente tenia miedo de dormirse y no despertar otra vez. Era un miedo irracional, pero no queria volver a dejarlos solos.

Por la mañana, Hinata despertó sola en la cama. Se espabiló un poco antes de levantarse e ir a buscar a su familia, los cuales debian estar en algun lugar del apartamento.

Se puso una bata que parecía haber dejado Sasuke doblada en la mesita, ¿acaso sabía que le iba a dar frío? Salió de la habitación  y comenzó a recorrer el pasillo siguiendo las risas de su hija y de Sasuke. Aquellas voces parecían enamanar de la cocina, así que fue directamente hacia allí.

Al llegar vio a Sasuke con Sarada en brazos mientras parecía preparar el desayuno. La niña cogía a su padre del pelo, pero no tiraba de él.  Ella se quedó apoyada en la puerta mientras miraba a su familia, sabía que era así como debía llamarlos. Ellos eran tan importantes para ella. Vio como el azabache se percató de su presencia y se daba la vuelta hacia ella.

-Dile hola a mamá Sarada - dijo mientras sonreia en direccion a Hinata -. Buenos dias.

-Mamá - dijo la pequeña con su vocecita y extendiendo sus manos hacia ella abriendo y cerrando sus manitas -.

Hinata se acercó a ella y la cogió en brazos. Le dió un millon de besos en la mejilla de su pequeña niña, la cual reía desenfrenadamente. Sasuke solo podía sonreír al mirar a ambas chicas de su vida.

-Buenos días Sasuke - dijo sonriendo y acercandose para darle un beso en la mejilla-.

-Sientate y desayunemos - Sasuke sentía su corazón acelerado, hacía mucho que no sentía como ella besaba su mejilla-.

Ella se sentó con la pequeña en sus piernas y después comenzaron a desayunar y a darle el desayuno a su niña. Después del desayuno fueron a vestirse y despues  bajaron al coche para poner rumbo a la empresa. La azabache estaba  nerviosa por volver a ver a su padre y por lo que le diría. Se disculparía por todo lo que había hecho o seguiría siendo como ella recordaba.

Al llegar Sasuke aparcó en lo que parecía su plaza de aparcamiento  y mientras que ella  desataba a Sarada, él dio la vuelta para  abrirle la puerta y bajar el carrito de Sarada y la bolsa.  Hinata sacó a Sarada y la puso en el carrito. Después de que Sasuke cogiese su maletin y cerrase el coche comenzaron a caminar hacia el edificio principal.  Al pasar por el recibidor todo el mundo saludaba a Sasuke y las mujeres sonreía de manera coqueta.

Al llegar al ascensor, entraron ellos y varios trabajadores mas, los cuales se sentían intimidados por la presencia del jefe. Sasuke se encontraba serio y era de esperar, ya que tenía que hacerse  hombre de personalidad inquebrantable que se esperaba que fuese.

Al llegar a la planta solo quedaban ellos, por lo que salieron. La recepcionista de la planta lo saludo coquetando, a lo cual el simplemente saludo educadamente y  ambos continuaron su camino.

Un rubio paro a su esposo no reparando en  la presencia de Hinata, ya que  no paraba de hablae con Sasuke de cosas de negocios. De repente el rubio la miró  y se quedó sorprendido.

-Hinata que alegria verte. No sabía que habías despertado -  dijo el rubio efusivamente. Hinata lo miró confusa y después miró a Sasuke-.

-Es Naruto - contestó el azabache mientras la miraba-.

-Lo siento no recuerdo nada a partir de los  16 años. Perdona por no recordalo - le extendió la mano para que se la estrechase y el rubio lo hizo despues de que Sasuke le dedicase la mirada de "ya te contaré después"-.

Cartas a Hinata: Lo que no me dio tiempo a decirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora