Drabbles; shipps de One Piece

AceZo

For reasons unknown

Los cafés compartidos con Luffy y los demás siempre eran mágicos y divertidos. La risa de su mejor amigo siempre invadía todo, negando cualquier sombra que pudiese abalanzarse sobre ellos. En aquel instante de luz y paz la escena siempre se había presentado igual, con aquel virus de alegría que podía apartar la vista a Nami de llevar varios años viviendo lejos de su hermana. Podía decirle a Usopp que su mejor amiga de la infancia nunca lo olvidaría a pesar de separarse sus caminos. Reconocía Robin que por fin había encontrado una familia y que su padre adoptivo seguía observándola desde el cielo con su risa tan extraña y tierna. Todos ahogaban sus penas en el néctar de la energía de Luffy.

Y luego estaba Zoro. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué ya no podía sonreír como todos? El sueño cerraba sus párpados y la pantalla del móvil lo tentaba mucho más que cualquier anécdota que saliese de los labios de sus amigos.

No lo comprendía; no quería comprenderlo. Estaba demasiado dolido de solo pensar que quizá aquella sombra tenía los dedos demasiado largos para poder ser protegido.

En aquel día se celebraban los dos años de la muerte de Ace y su pecho dolía más de lo habitual, siéndole imposible sentir como antes, ser como antes, besar como antes. No había podido olvidar al hermano de Luffy después de tanto tiempo. Los remordimientos seguían sin desaparecer a pesar del tiempo y los consuelos.

Solo de recordar que se prometió confesar sus sentimientos cuando regresase de su viaje a Estados Unidos... ¿Por qué lo había dejado ir? ¿Porque no aceptó su invitación para perderse en avión con él y por lo menos morir sin tener el pecho obstruido? Quizá hubiese podido evitar que el avión se estrellase, quizá no. Quizá su propia torpeza y mala orientación hubiese provocado que no entrase en aquel transporte fatal...

Cuando volvió a centrarse en el presente, sintió el silencio a su alrededor y alzó la vista. Todos lo estaban observando con lástima y tristeza en sus ojos y eso solo le daba más rabia. Hasta que sintió las manos de Luffy y Robin sobre sus hombros.

—No queríamos que te pasases el día encerrado en casa con todo lo que significaba, pero si realmente lo que necesitas es estar solo y recapacitar estás en tu derecho. Nos tienes aquí para lo que necesites, Zoro —La pequeña sonrisa de Robin quiso reconfortarlo.

—¡Lo mismo digo! Cuando te apetezca ir a la aventura siempre podrás acudir a nosotros —Mientras afirmaba aquello, agarró el sombrero de paja que tenía apoyada sobre la mesa de la cafetería y se lo hizo poner, tapando aquellas lágrimas que ni siquiera había notado caer.

Avergonzado y abrumado, se limitó a asentir y agachar la cabeza para limpiar todo lo que había derramado. Realmente tenía unos amigos fantásticos.