Capítulo 2: Dudas

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Un director enfurecido había condenado a Evan a tratar de salvar el año escolar, cumpliendo clases adicionales en la sala de castigos junto a una veintena de los mejores alumnos que el año había dejado , entre los que se encontraban algunos de los grandes gañanes, bullís, desgraciados y demás personas de alta estirpe que, al igual que él, se jugarían el todo por el todo en una serie de examen y pruebas para intentar obtener, al final del año, un título de educación media que les permitiría, en otras instancias, conseguir un buen trabajo como cajero de algún restaurante de comida rápida, aportando así un poco de lo que la sociedad les había otorgado. Evan no se enorgullecía de estar allí, pero sabía que, si le daban una última oportunidad, la tomaría fuese cual fuese.
El clima de aquel día era completamente fresco, nada especialmente frio, fresco como primavera; un clima más que perfecto para la celebración anual del festival del deporte que ese celebraba a lo largo de la semana y que debía culminar ese día con la "gran final"
El joven, tenía claro que Aura estaba compitiendo en voleibol y en futbol soccer de la liga femenil, ya que la habían elegido como la capitana de ambos equipos. Lo que la convertía en la chica más atlética de aquella escuela y quizás la chica más energética de todo aquel pueblo.
Evan, asistió a clases recuperativas desde la mañana mientras que los demás estaban ocupados viendo los diferentes torneos a la intemperie, apoyando a sus equipos, ayudando con el evento, o simplemente pasándola bien con el resto de compañeros. Lo que, si era un hecho, era que el ruido no le dejaba concentrase para nada en lo que estaba haciendo.
El chico, se encontraba en la última planta del complejo, viendo desde allí, la multitud de alumnos conglomerados en las canchas, acababa de terminar el torneo de voleibol y estaban en un receso en lo empezaba el de futbol. Evan pensó que, desde allí, talvez, podría ver a Aura jugar y celebrar desde sus adentros las anotaciones. No era fanático de ningún deporte en específico, pero siempre que su amiga jugaba le gustaba apoyarla dese la galería, siendo que a veces lograba hacer sonrojar a la chica con algunas de sus patentadas animaciones a bases de mímicas.
El maestro Domenic, de bioquímica termino su exasperante clase, cerrando de golpe su libro y dirigiendo a su sequito de maleantes unas simples palabras para animarlos un poco:
-Saldremos treinta minutos. Al terminar exactamente ese tiempo, se deberán reportar con el maestro Albán, para registrase en sus clases el fin de semana. La persona que no se presente el fin de semana, quedara expulsado de la institución y se le redimirán sus calificaciones a cualquier otra escuela que los acepte ¡Feliz receso!
El maestro culmino con una sonrisa su discurso, al mismo tiempo que los maleantes salían de forma ordenada.
Evan, no era del tipo de personas que tuviera una cantidad grande de amigos, pero de lo que si podía jactarse era de que tenía a la chica más temida de la escuela como amiga cercana, lo que le daba cierto aire de popularidad; aunque no precisamente entre las mujeres. A diario se le acercaban hombres pedirle el número de Aura, a lo que él siempre tenía que responder: "Deberás hermano, no querrás que me maten ¿Cierto?"
Evan, se dirigió con paso perezoso, a la cafetería para intentar almorzar algo. El hambre lo venía matando desde la mañana, donde se lamentó no haberse levantado diez minutos antes para terminarse los panqueques que su mama le había preparado, con la cara de Mickey Mouse. Había salido como rayo a intentar alcanzar el autobús de las 7:30 am, pero su retraso lo hizo perderlo y tener que esperar por el de las 8:00 am, lo que acarreo una serie de regaños de parte del director Shepart y un ultimátum que le obligaba a asistir, sin descanso, todas las semanas posteriores.
- ¡Una falta más y fuera de mi escuela! - le grito el viejo panzón.
Si por Evan fuera no le habría importado en lo más mínimo el terminar en algún trabajo de mala muerte, pero él sabía que la condición en la que se encontraban no era de lo mejor, además, su mama se había esmerado tanto, para que por lo menos, terminara los estudios intermedios. Evan no era de las personas a las que no le importaran los sentimientos, y menos si provienen de su madre. Él, quería hacer lo correcto y por eso, dejaría hasta la última gota de sudor en tratar de obtener su título, entraría a una universidad y se convertiría en abogado como su padre, bueno ese era su plan.
Al llegar a la cafetería se encontró con lo peor que pudo haber imaginado en ese momento de hambruna: "Cafetería cerrada el día de hoy por mantenimiento" La cara de Evan se arrugo por la furia de no haber traído almuerzo y de saber que todavía faltaba la mitad del periodo además de un par de horas extras como refuerzo.
- ¡Maldita sea! ¡¿Que nada me va a salir bien hoy?! ¡Sabía que debía de quedarme en cama! No, no debo decir eso otra vez... -reflexionaba Evan, mientras se quedaba un rato en frente de la puerta cerrada - ¡Mierda! ¡Se me acaba el tiempo y no hay otro lugar donde ir...!
-Eh... Evan... -La vocecita de una compañera de Aura resonó en los oídos de Evan- Eh... Aura, me dijo que, si tenías hambre, podías ir a donde estaba nuestro grupo. Tenemos sándwiches, sodas, jugos y agua, por si querías venir.
Solo Aura podía entender a profundidad la idiotez de aquel muchacho. Las palabras de la chica le supieron a dulce. Evan, le pidió amablemente que le condujera hacia ese paraíso de sodas y sándwiches.
- ¡Gracias Aura! ¡Sabías que tu amigo peca de estúpido a diario y tu vienes y siempre me tiendes la mano con sabor a jugo de arándanos y soda dietética!

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⏰ Last updated: Mar 02, 2019 ⏰

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