Llega a la puerta del hotel donde se han citado, quizás esa reunión es un poco precipitada, apenas llevan un mes hablando pero él ha encendido una hoguera que no se extingue, un fuego que arrasa con el dolor y las decepciones del pasado. Respira hondo y entra. Sus tacones resuenan en el suelo de mármol y tiene la sensación de que todo el mundo la mira, se acerca lentamente a recepción pero no tiene tiempo de preguntar, suena el móvil. "Habitación 307, la puerta está entreabierta. Por cierto, estás preciosa" Así que está viéndola desde algún lugar, recorre la estancia con la mirada... No parece ninguno de los que hay sentados aquí y allí en recepción. Sabe que no bebe pero mira hacia el bar, demasiados hombres para descubrir quién es él, alguien la mira y levanta su copa. Sonríe y se dirige al ascensor. Ve su imagen reflejada en el espejo. Zapatos de tacón y gabardina negra, muy corta, labios rojos y ojos negros. La desabrocha, su pecho sube y baja en un ritmo frenético presa de la excitación del momento, sigue mirándose y sin pensarlo una mano se coloca entre sus piernas, no hay ropa interior, no hay obstáculos que le impidan acariciar esa humedad que se escurre de su sexo. Se muere de ganas de que uno de sus dedos resbale y se introduzca en el centro de su placer pero se contiene, tiene órdenes explicitas. Se lame para limpiar sus fluidos mientras se deleita con su propio sabor. Recompone el vestido, la gabardina y sale del ascensor con paso seguro.
Ahí está, habitación 307, el lugar que será testigo de su entrega y en el que al fin dejará fluir todas esas conversaciones llenas de anhelos y deseos. Está en penumbra excepto por una vela en la mesilla, se le eriza la piel, sobre la cama un mensaje
"Desnudate y ponte sólo lo que encuentres junto a esta nota. Cuando estés lista ya sabes cual es tu posición y no tardes, estoy llegando"
Se desnuda despacio, se contempla en el espejo y se siente orgullosa de la imagen que refleja. Se pone las medias con mucho cuidado, el liguero y los tacones. Por último el antifaz.
Se arrodilla frente a la puerta, las nalgas reposan sobre sus pies, las piernas separadas, las manos con las palmas extendidas sobre sus muslos y la cabeza agachada y espera....
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Encuentros con mi Amo
RomancePor fin la sumisa virtual conoce a su Amo, el hombre que la ha tomado de la mano y la guía en esta nueva andadura