"No sabía que estabas aquí" dice Michael a mi lado. Me encojo de hombros y cruzo mis brazos sin darle importancia a la conversación "Tu hermano nos dijo que estabas en el centro estudiando"
Genial, buena excusa Gabriel, buena excusa ...
"¿Conocías al tipo ese?" dice Michael tras unos segundos de silencio.
Niego con la cabeza y me echo hacia atrás en el ascensor apoyando mi espalda contra la pared pintada. Michael asiente con la cabeza mientras observa sus nudillos totalmente colorados, los cuales resaltan en comparación con su piel pálida.
"Gracias" digo en un susurro, Michael reacciona confuso y deja de mirarse la mano "Por lo de antes"
"Ah... uh... no es nada, no tienes por que agradecerlo" Antes de que pueda contestarle, el chirriante ruido del ascensor interrumpe la conversación y las puertas se abren dejándonos ver de nuevo el local abandonado. Michael y yo salimos sin dirigirnos la palabra pero no puedo evitar fijarme de nuevo en sus nudillos.
"No te preocupes, estoy bien" dice Michael rozándose los nudillos con su otra mano notando mi preocupación.
"Necesitas hielo" digo secamente incapaz de dirigir mi mirada a sus ojos "Creo que antes he visto una tienda donde vendían hielos"
"Estoy bien, tan solo es un rasguño"
"Déjame preocuparme por ti, es lo mínimo que puedo hacer" digo comenzando a caminar esperando a que Michael siga mis pasos, y por suerte así hace. Caminamos el uno junto al otro sin hablar, Michael no era un chico de muchas palabras, o al menos así lo recuerdo, siempre que mi hermano y yo íbamos con él y nuestros amigos a la playa Michael se pasaba el día bajo la sombrilla jugando con algún videojuego, no es que no jugase con nosotros, de hecho lo hacía siempre que no hubiera que hacer mucho esfuerzo físico.
Cuando llegamos a la tienda, encargo un par de hielos envueltos en un trapo y pago a la dependiente con el dinero que Gabriel me había dado antes. Después salgo de la tienda y le digo a Michael que me tienda la mano. El chico de pelo de colores lo hace sin rechistar. Agarro sus dedos y los doblo lentamente haciendo que Michael muestre cara de dolor, pero se que esto es por su bien, a si que después deposito la bolsa de hielo suavemente sobre sus nudillos totalmente colorados.
"Es el primer puñetazo que doy" dice Michael rompiendo el silencio entre los dos. Le observo reírse tímidamente mientras permanece inmóvil ante mi contacto. Le devuelvo la sonrisa y por primera vez en toda la noche le miro a los ojos, se me habían olvidado lo extraños que eran, quiero decir, recuerdo que eran de un verde claro pero con la oscuridad de la noche se veían casi azules.
"¿sabías que era yo?" pregunto con curiosidad "Ya sabes, antes en la fiesta"
"No" Michael responde rápidamente torciendo su sonrisa en un línea recta "tan solo escuché a alguien gritar y después vi al gilipollas ese intentando... bueno, ya sabes" dice encogiéndose de hombros.
"Eres todo un héroe" digo mientras cambio el hielo de posición para que no se le duerma la mano.
"Tan solo en los videojuegos" dice riéndose al igual que yo. Permanecemos así durante unos segundos y es agradable, es decir, su silencio no me incomoda, tan solo me hace sentir a gusto y hacía tiempo que no me sentía así con alguien, posiblemente es porque nadie antes había hecho algo así por mi.
"¿Qué hacías en la fiesta sola?" Michael pregunta levantando la ceja la cual ahora estaba perforada con un pircing, algo que no le queda nada mal.
"Estaba supuestamente con mi hermano, pero me perdí entre la multitud"
"Será capullo" dice Michael en un susurro y enseguida abre los ojos impresionado por haber dicho eso en voz alta "No me mal interpretes, él es genial y tal, es mi amigo y..."
"Tranquilo es un capullo" digo cortándole en medio de su tartamudeo.
"No debería haberte perdido de vista" dice torciendo la boca en una mueca. Asiento con la cabeza ante su comentario y aparto el hielo de su mano, ahora está más roja que antes por el frío pero al menos la hinchazón había bajado.
"Gracias" me dice Michael en un susurro, y nuestras miradas se cruzan de nuevo, realmente me gustan sus ojos, hacía tiempo que no veía unos así.
Michael roza mi mano con la suya cogiendo la bolsa de hielo.
"Será mejor que me vaya ya" dice señalando su casa que está a dos casas de la mía.
"Sí, yo también"
"Nos vemos pronto Kay"
"Si, nos vemos"