¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—FORTALEZA—
_____________☆☆☆☆_____________
SAGE.
EL INDIVIDUO QUE nos encontramos era el príncipe Caspían, quien había llamado a los antiguos reyes. Las presentaciones fueron un poco incómodas, Peter desde un principio se sintió el líder del lugar, cosa que aunque Caspian respetara no le gustaba mucho, por otro lado había ciertas miraditas raras entre él y Susan y por ultimo la desconfianza de Trumpkin a Caspian, eso me hacia sentir un poco mejor, por lo menos ya no era la única.
Caspian nos llevo de camino a la fortaleza, donde se refugiaba con los narnianos, mientras nos ponía la día de todo lo sucedido, sobretodo dirigiéndose a Peter.
—Y les robamos todas las armas, además de dejarle un mensaje a mi querido tío Miraz.—dijo Caspian riendo en voz alta.
Peter y él iban juntos hablando, los primeros, seguidos de Susan y Lucy que no hacían más que cuchichear, detrás de ellas ibamos Edmund y yo y por último el resto de los narnianos.
—¿Qué piensas de Caspian?—dijo Ed en bajito para que nadie nos escuchara.
—No se, parece una buena persona y se le ve decidido a ayudar a los narnianos.—dije mirando a Caspian.
Edmund bajo la cabeza y suspiro. Creo que podía adivinar que le pasaba por la cabeza, Edmund era un chico un poco celoso y envidioso, siempre se ha sentido en segundo lugar por su hermano Peter y cree que podría estar aún más apartado por Caspían.
No quería que se sintiera así, él es tan importante como ellos.
—¿Y a ti?—dije con una sonrisa.
—Esta bien.—dijo con indiferencia, me reí ante su respuesta.
—¿Por qué no me dices lo que realmente piensas?—dije con una sonrisa burlona.
Edmund me miro sorprendido.
—Oh vamos, te conozco mejor que nadie.—dije negando con la cabeza.
Edmund suspiro frustrado.
—No quiero que todos se olviden de mi.—dijo haciendo una mueca.—Peter es el Sumo Monarca, Susan es la reina preciosa e inteligente, Lucy es amada por todos y ahora este tipo será el futuro rey.—dijo arrugando el ceño.—Y no es que crea que lo vaya a hacer mal o que mis hermanos no se merezcan eso, estoy orgulloso de ellos y me encanta estar a su lado en todo.—suspiro.—Pero...¿donde quedo yo?—a Edmund se le cayeron los hombros al suelo y con la cabeza baja me miro como un cachorro herido, todo lo que él transmitía era ternura. Se me encogió el corazón verlo así y algo dentro de mi solo quería abrazarlo.
