Parte III

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—Lo se papá, ahí estaremos—dijo Justin guardando los contratos en el cajón de su escritorio.

— ¿Seguro Justin? Megan está muy entusiasmada con la fiesta y quiero que todo salga bien—dijo y Justin rodó los ojos. Se sentía como un niño regañado.

—Seguro papá, Emma y yo llevaremos el pastel y ahí estaremos, deja de preocuparte—rio Justin y Jeremy suspiró aliviado. —Hasta luego papá—se despidió antes de colgar. Salió de su oficina y miró a Diane; su secretaria. —Iré a almorzar con mi esposa, vuelvo en la tarde—le aviso y esta asintió con una sonrisa. Se montó en su auto y manejó a la tienda de su chica. Necesitaba hablar con ella y saber que le pasaba. Esta mañana se había levantado molesta y lo había tratado mal. Incluso le había gritado y le había tirado las llaves del auto antes de irse. El intentó hablar con ella y defenderse, pero había sido peor. Aparcó al lado de la camioneta de su chica y se bajó a la tienda encontrándose con Sofia; la ayudante de su chica. —Sofia—sonrió al verla y esta negó pálida. —¿Qué pasa? —preguntó confundido y esta miró al final del pasillo donde estaba la oficina de su chica antes de volverlo a mirar.

—Me temo señor que si ella sigue de mal humor, perderá dos clientes más—respondió preocupada y Justin suspiró. —Lleva toda la mañana de mal humor, ya perdimos a dos clientes por ello, me temo que si sigue así no tendremos clientes al final del día—suspiró y este asintió con la mandíbula apretada. Tenía que arreglar lo que sea que le pasara a su esposa cuanto antes.

—Iré hablar con ella, entretiene a los clientes y pide almuerzo, corre por mi cuenta para mantenerlos contentos—dijo y esta asintió con una sonrisa. Si él podía calmar a su esposa, entonces no tenía nada de qué preocuparse. —Estaré con ella—dijo antes de caminar a la oficina de su esposa. Abrió la puerta encontrándose a su esposa haciendo bolitas de papel y tirándolas al zafacón. Por la cantidad de bolitas de papel en el piso debía llevar mucho tiempo haciéndolo. —Nena—sonrió y esta rodó los ojos ignorándolo. —Ahora si me dirás que te pasa—dijo acercándose a la silla de su chica que bufó tirando otra bola de papel al piso.

—No me pasa nada—contestó Emma molesta y Justin alzó una ceja. ¿Qué no le pasaba nada? ¡Era más que obvio que le pasaba algo!

—Nena mírate, estas molesta por algo y quiero saber que es—dijo Justin arrodillándose a la altura de la silla. —Ni siquiera me has mirado o me has dado un beso—dijo y esta rodó los ojos.

— ¿Acaso debo darte un beso cada vez que te vea? —preguntó molesta y este la miró mal. Odiaba cuando se ponía así. — ¿Qué? ¿El bebé necesita un beso? —se burló molesta y este bufó. Estaba actuando como una niña pequeña haciendo berrinche. —No me toques—bufó empujando su mano y Justin la miró.

—Dime que mierda te pasa Emma—dijo Justin molesto y está por fin lo miró. —He estado teniendo paciencia, pero esta se está agotando, así que dime que mierda te pasa y porque estas tan molesta—dijo y esta rodó los ojos.

— ¡Ya te dije que no me pasa nada, déjame! —gritó molesta y este apretó la mandíbula.

— ¡Claro que te pasa algo, mírate! —gritó el devuelta y esta lo miró mal. ¿Por qué diablos él le estaba gritando? ¿Acaso no podía dejarla en paz? No quería ver a nadie, no quería hacer nada.

— ¡Si no quiero besarte, no lo hago y punto, no significa que me pase algo! —gritó molesta y Justin suspiró. Si seguían gritando no iban a resolver nada; lo mejor era dejarla sola y esperar que se le pasara. Ya luego le contaría lo que le pasara.

—Bien, mejor me voy—dijo el y esta lo miró. De lejos se notaba que estaba molesto, pero se estaba aguantando. Siempre hacia lo mismo; prefería callar como se sentía que expresarlo por miedo a lastimarla y lo odiaba. Odiaba que hiciera eso. —No te saltes el almuerzo, no quiero que te enfermes otra vez—dijo antes de salir de la oficina.

Secret's {Historia corta de Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora