Capítulo 38.- En la Oscuridad

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Llegada la noche, se detuvieron para descansar.

—Crow-san, se lo juro ya no puedo... — Sus palabras fueron interrumpidas por el espeso liquido que comenzaba a salir de su boca, regresando el contenido que tenia en su estomago.

—¡Está vomitando! — Galimiel alarmada corrió hacia su bolso, con el fin de buscar agua para su amiga.

Einar observaba la escena abrumado — Necesitas entrenar más, no tienes mucha resistencia. 

—No seas duro con ella Cuervo, ten en cuenta que hemos caminado durante horas, yo también estoy apunto de dar mi ultimo paso —Selim se dejó caer en el pasto, agotado por el camino.

—Hace tan solo unos días atrás teníamos sirvientes que hacían todo por nosotros, la comida me la llevaban hasta mi habitación, estaban ahí hasta para darme baños, no esperes que tengamos la misma condición que tu, desde antes de comenzar tu misión ya eras un guerrero ¡el más fuerte de todos los reinos! y con los años te has mantenido en movimiento de reino en reino, peleando y entrenando, ten un poco de paciencia prometemos mejorar— De pie al lado de Tomoyo, Galimiel se encontraba jadeando del cansancio.

Observando a sus  tres compañeros, tomó una decisión —Bien, descansaremos, sin embargo al alba comenzará su entrenamiento, no podemos llegar a Primerose sin que ustedes no mejoren ni tan solo un poco.

—¡Bien! — Exclamó Galimiel emocionada — ¡Podré pulir mi habilidad con la lanza! ¡¿no es eso emocionante Selim?!

—Claro que lo es, como gran visir se supone que debía poseer grandes habilidades en combate, sin embargo al vivir en tiempos de relativa paz, nunca aproveche para aprender más allá de lo básico.

—Crow-san, comience mi entrenamiento desde esta noche no quiero descansar, quiero ser más fuerte.

—No digas tonterías Tomoyo acabas de vomitar, es mejor que descanses sabes que si te sobre esfuerzas te harás daño.

—Por lo menos enséñeme a hacer fuego sin mis espadas— La chica se encontraba cabizbaja — La ultima vez que lo intenté solamente logré humillarme sola.

Marchándose sin decir nada, Einar se internó en el bosque.

—¿A donde irá? — Galimiel confundida se dirigió a Selim — Quisiera saber que es lo que piensa, nunca lo sé.

—Fue por leña, estoy seguro de eso, necesitamos comer y para eso necesitamos fuego— Selim se puso de pie — La carne que traíamos ya se terminó y estoy seguro de que vi un pequeño lago no muy lejos de aquí.

—¿Piensas ir a pescar de noche? no lograrás ver nada.

—Yo lo acompañaré, alumbraré su camino  —Tomoyo sujetó su cabello en una coleta— Tu quédate aquí a esperar a Crow-san.

—¿No llevarás tus espadas contigo? —Galimiel tomó una de ellas en sus manos, para acercársela a Tomoyo.

—No la necesito, tengo que ser capaz de crear fuego por mi misma.

—Einar te dijo que no es recomendable esforzarse más de lo debido ¿te crees capaz de hacerlo en estos momentos? —Selim se encontraba escéptico al respecto — Tal vez es mejor que no lo hagas, estoy bien con tan solo la luz que me da la luna, tu fuego no será necesario, de verdad me preocupa que estés dispuesta a más de lo que puedes soportar.

—Más que nunca, siento que hoy lo lograré —Positiva juntó sus manos y tronó sus dedos—No pienso depender de Crow-san toda la vida.

—Si eso es lo que quieres, está bien solo que si algo llegará a pasarte, espero que el Cuervo no me culpe a mi—Selim sacó la daga de oro de uno de los bolsos —Gali, por seguridad te dejaré esto, con mi lanza estaremos seguros, si embargo tu te quedarás sola.

El Regalo de lo Sagrado y lo Maldito: Primavera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora