-Alex...yo... Quería darte las gracias, hoy fue un día maravilloso para mí.- dijo karla.
-No es nada karla, sólo no desperdicies la oportunidad que te estoy dando.
-No lo haré, hasta mañana Alex.- se despidió.
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•Alexander•
El jueves por la mañana todo estuvo muy tranquilo, había asistido a dos reuniones desde que llegue a la compañía. Estaba pensando a cual restaurante iría para almorzar cuando el teléfono sonó.
-¿Sí Pamela?.- pregunté.
-Señor, su hermano James esta acá.- respondió.
-Dile que pase.- dije a mi secretaria antes de trancar el teléfono.
Dos minutos después, apareció James. Vestía tan juvenil como siempre.
¿Algún día madurará?
-Hola hermano, mamá me mando a buscarte.- dijo mientras se sentaba al frente de mi.
-¿Para qué?
-Organizó un almuerzo.- respondió.
Tocaron la puerta y fruncí el ceño.
¿Más visitas?
-Pase.- grité.
-Disculpe señor, Bob me mando a entregarle esto.- contestó Samantha a la vez que se acercaba para entregarme unas laminas de papel croquis.
Estaba tan hermosa, que me relaje y por un segundo me olvide hasta de que mi hermano estaba allí.
-¿Por que Pamela no me aviso Samantha?.- pregunté mirándola directamente a los ojos.
-Lo siento, creo que salió a almorzar igual que todos.- respondió ella.
-Y...tú ¿por que no te has ido a almorzar preciosa?.- intervino James.
Lo fulmine con la mirada, pero no le importó.
Samantha pareció haberse tensado.
-No saldré a almorzar hoy.
-¿Y eso porqué?.- quiso saber mi hermano.
Definitivamente cuando salga de aquí ¡lo mataré!
-Bueno, porque suelo comer con mis padres pero se encuentran de viaje.- confesó.
-¿Necesita algo más Samantha?.- intervine para hacerla salir lo antes posible de mi oficina.
-No señor, eso era todo.- contestó dándose una vuelta para salir.
-¡Espera!- grito James- ¿Quieres Almorzar con nosotros?
¡¿QUÉ?! No, tiene que ser una broma.
Samantha se volteó tan sorprendida como yo y se mordió el labio inferior.
Si antes dije que estaba hermosa, ahora mordiendose ese carnoso labio...es lo mejor que mis ojos han visto.
-¿-d-dis-culpe?- tartamudeó ella.
-¿Eres Samantha Parker?- preguntó mi hermano y ella asintió.
-Bueno, ayer mi hermana Isabella, Comentó a mis padres lo maravilloso que fue almorzar con tu familia...¿porqué ahora no conoces tu la de ella?- sugirió James con una sonrisa de lado.
Un momento, ¿le gusta Samantha? Ahora si mataré a este hijo de....
-James...-intervine de nuevo, pero Samantha al ver mi reacción me interrumpió.
-No, muchas gracias. Prefiero no ir, ahora si me disculpan tengo expectativas que romper.- dijo cerrando la puerta.
No pude evitar sonreír tras esas palabras.
-¿Qué coño te pasa?- pregunté a mi hermano.
-No te hagas, Samantha esta buenísima... ¿Viste como se mordió el labio? Dios...- expresó James.
-Ya basta, no te metas con Samantha.- ordené.
-Es inevitable no querer meterse con ella hermano.
-Ni siquiera lo pienses.- dije a la vez que me ponía de pie.
James me estudio por un momento.
-¿Tienes algo con Samantha?.- preguntó alzando ambas cejas.
-Claro que no, pero no quiero que te acerques a ella.- dije a mi hermano y este alzó las manos en gesto de rendición.
-Como quieras, ahora vamos que mamá nos espera.- comentó a la vez que se ponía de pie.
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•Samantha•
-¡Mamá!- contesté de inmediato- ¿como está la abuela?
-Ay, cariño. Quisiera decirte que bien, pero al parecer el cáncer a vuelto a aparecer- respondió mi madre en llanto.
-Mamá, tranquila. La abuela te necesita más fuerte que nunca ¿lo sabes verdad? Además... Ella no se dejará vencer tan fácil, ya sabes como es de terca.
Como quisiera estar en estos momentos con mi familia pero ¡no! Estoy aquí, en esta soledad de empresa.
- Lo sé, mi vida. Pero ya sabes como me pongo, ¿tú estas bien Sam?- preguntó mi madre.
-Sí, mamá. Por mi no te preocupes, yo estoy bien.
- Cariño, tengo que cortar. Manuela me esta llamando.- respondió mi madre.
-Esta bien mamá, luego llamo para preguntar por la abuela y dile a mi tía Manuela que la extraño.
- Enseguida le digo mi vida, te amo y cuídate mucho.
Mi mamá es la persona más maravillosa, fuerte y sincera que he conocido jamás. El destino se la ha jugado cientos de veces y ella ¡nunca se rinde! Aprendió a cocer desde que tenía 12 años, su familia era muy pobre y ella sentía la responsabilidad de ayudarlos.
Por esa razón mi abuela siempre ha estado orgullosa de ella, fue la única de sus tres hermanos que no estudió. Pero si no lo hizo fue porque trabajó muy duro para ayudar a mis abuelos con la casa y a mis tíos con los gastos de sus estudios. Ella nunca permitió que ninguno de los tres trabajara, sólo quería que estudiarán para que tuvieran un mejor futuro.
Mi abuela... Esa vieja si que es buena, SI SUPIERA QUE LA ESTOY LLAMANDO VIEJA ¡ME MATARÍA!
Pobre, hace ocho años tuvo cáncer y le tuvieron que amputar una pierna para que no la siguiera invadiendo. Ahora al parecer ha vuelto.
Mi abuela es otra guerrera, nunca aflojó, por más difícil que sea la situación ella se la pasa cantando y cantando... ¡De allí vengo yo!
Pues...gracias a ella me encanta la música, eso me recuerda que traigo el iPod en mi bolso.
Son la 1:25 pm aún me queda tiempo para un par de canciones. no solo me gusta escucharlas, me la paso cantando como loca.
Tras prender el iPod puse mi canción favorita "Por besarte" de Lu.
