Demasiado Patético | KookV

[10]

Se sentó en la cama, y suspiró profundamente mientras aún observaba con atención su celular.

    Lo que faltaba.

    Unas manos cálidas pasaron suavemente desde sus hombros tensos hasta parte de su pecho desnudo, masajeando con movimientos sensuales y, no, ya no se sentía tan animado como antes.

    —¿Quién era, Jung-

    —Ya puedes largarte. —le interrumpió secamente.

    —Per-

    —Que te largues, dije.

   La mujer se apartó bruscamente, arañándole con sus largas uñas, y con rapidez se vistió mientras que mantenía su mirada en él. Esperaba que el pelinegro se disculpara por ser tan grosero pero, éste ni siquiera la observó.

    Ni la siguió cuando caminó hacia la puerta.

    Ni la detuvo cuando salió.

    Nada.

    Él era tan...

    —Mierda —Se levantó de la cama de un sólo movimiento y arrojó su celular en ésta. Ni siquiera se preocupó por el que, quizá su móvil podría haber rebotado y caído al suelo hasta volverse añicos. Sí, "quizá", porque no pasó.

    ¿Qué? ¿Esperaban que le pasara lo que a alguno de ustedes sí? Jé, no.

    Se duchó, y vistió lo más rápido que pudo. ¿Mencioné "desvestirse"? ¿No, verdad? Antes ya estaba desnudo.

     Teorías, teorías.

     Continuando con el pelinegro, este volvió a tomar su celular y escribió rápidamente a su mejor amigo, Jimin, el cual, casualmente, estaba cerca del hotel en el que se encontraba.

     Casualmente, también sabía con quién se había estado revolcando.

     Pero, ojo, el azabache no tenía idea de ello.

     —¿¡A Seúl!? —exclamó en un chillido cuando estuvo frente suyo—. ¡Pero habías acordado en que estarías al pendiente de todo desde el exterior!

     —No es por eso —dijo, mientras hacía algo en su... ¿Adivinen qué? Sí, su celular—. Todo esto por mi madre.

    —¿Por tu madre? —preguntó, bufando—. ¡Entonces llámala otra vez por video-

    —No —contestó con irritación—. Según el idiota de Yoongi, está muy afligida por ello, y quiere verme... en persona. Además, sólo será unos cuantos días, volveré.

     JungKook le prestaba tan poca importancia al más bajo, que no notó cómo éste apretaba sus puños con furia. Jimin sabía que no podía hacerlo cambiar de opinión... ¡Se alejaría de él!

     Como lamentaba que la mujer que le dio la vida a su mejor amigo... permaneciera respirando, permaneciera viva.

      —Listo. Mañana a primera hora será el-

     —También voy. —musitó decidido Park Jimin.

    El contrario arrugó el ceño y le miró.

    —¿Qué?

    —Esto... uh. Me gustaría volver a Seúl, JungKookie —Su voz suave, melodiosa, e incluso, sumó un tono sensual cuando dijo—: Quiero ir contigo.