Capítulo 7

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¿Debería relatar lo aburrida que fue la clase de educación física o son capaces de imaginarlo? Aunque pensándolo bien... Mejor no lo imaginen, esta historia es muy larga como para que se duerman.

Además, la verdadera historia comienza al día siguiente, por la mañana.

Estaba terminando de peinar mi fabuloso cabello -hay que admitirlo, es fabuloso-, cuando William me sacó a flote mi tarde de ayer.

—Ayer te vi con las porristas practicando un baile de más difícil –dijo, a lo que yo sonreí.

—Era una coreografía. ¿Qué te pareció?

—¿Qué cosa? ¿La coreografía o tú gritándole a todas las lesbianas tomboy que pasaban? –sentí que me ruborizaba porque sí había estado gritando indiscriminadamente y lo miré a través del espejo. Seguía sin camisa. Desvié rápidamente la vista.

—Supongo que la coreografía –Tonta...

—¿Supones? –Me miró a través del espejo pero me negué a devolverle la mirada.

—Sí, no veo porque deba de importarte ninguna de mis agresiones verbales hacia el resto de la población femenina. –Me premié mentalmente por haber dicho algo casi inteligente. Casi.

—Porque de seguro tu novio no quiere tener a Godzilla a su lado, e incluso tu padre seguro se molestaría sabiendo que su propia hija no tolera al resto de los alumnos que representan el fruto de sus esfuerzos. -Maldito seas William ¿Podrías ponerte la camisa para que yo pueda formar oraciones sarcásticamente inteligentes?

—No tengo novio y a mi padre no le interesan mis hábitos sociales.

—Quizás conseguirías uno si te los quitaras. –Me giré en redondo para mirarlo a la cara.

—¿Te sucede algo, William? –Bajé descaradamente la mirada y descubrí que (a parte de estar muy bueno) mis ojos no se querían apartar de ahí y los obligué a volver a su rostro–. Qué rápido agarras confianza.

—Lo siento –sonrió apenado y se colocó su camisa, finalmente–. Es que ayer conocí a un chico y me siento... raro.

—¿Raro en qué sentido?–En ese momento pude jurarme de que si estaba hablando de Lucas, me pegaba un tiro.

—Cuando lo descubra, te lo diré –sonrió, dejándome con la duda–. Nos vemos más tarde.

¿Era en serio? ¿Le gustaba alguien? Pensé que moriría ahí mismo.

Luego de eso de dirigió a la puerta y salió. Acomodé mi falda, me coloqué los zapatos, tomé mi bolso y salí corriendo a la habitación de Valeria. Ella me saludó con una radiante sonrisa de Capitana del Equipo de Animadoras. Por suerte hoy no teníamos la misma ropa, ella tenía jeans y un sweater encima.

—¿Qué tal? –me saludó y se hizo a un lado para dejarme pasar. Sin rodeos, fui al grano.

—Will está raro.

—¿Raro como? –frunció el entrecejo.

—Creo que es bisexual.

—¿Y qué te hace pensar eso? –Le conté lo sucedido minutos antes, a lo que ella contestó con un-: Estás paranoica. Es lo que tu quieres, no significa que lo sea en realidad. No pensarás que hizo todo ese embrollo sólo para saber si tenías novio, ¿O si? Solamente estaba jugando contigo, y tú te lo tomas personal porque quieres tener algo con él.

—No, ahora que lo mencionas, creo que tienes razón. –Claro Kathrym, evidentemente lo que estás es loca.

—¿Te digo algo? Hoy iremos a comer la cena todos juntos en The Hideaway, ¿Te parece? Puedes invitar a William y te aseguro que en cuanto vea a Zack será tan macho como un pecesito. Nadie se resiste a Zachary.

Desafío HomosexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora