Cuatro

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Suspiró recargado sobre el barandal, Seungkwan se había ido desde hace algunos minutos despues de lanzarlo a su departamento. ¿ahora que hacía? Después de hablar con Jeonghan prefirió darse de lleno a su trabajo y para su sorpresa –y la de sus compañeros- lograron terminar con tiempo de sobra, el cual utilizaron para revisar que todo estuviera en orden. Mingyu ahora no tenía mucho que hacer, mirada hacia el cielo oscureciéndose con la mente en blanco.

Su departamento estaba oscuro y vacío, demasiado deprimente para él. Observó un auto llegar y algunos gritos provenientes del interior, agudizó su oído.

—¡Estoy jodidamente cansado de tus mierdas!— Reconoció la voz de su lindo vecino Jaejoon. —¡No eres un maldito niño, Wonwoo! ¡Eres mayor que yo, madura de una puta vez!

Pudo ver por el parabrisas a ambos chicos, Wonwoo con una mano puesta sobre su boca mientras miraba a otro lado desde el asiento del conductor, y Jaejoon a su lado, gritándole casi contra el oído. Mingyu no era del todo bueno leyendo el lenguaje corporal, pero si no se equivocaba Wonwoo temblaba como si estuviera llorando. Un hueco se le abrió en el estómago. No era su asunto, pero era triste de ver, por un segundo quiso bajar y defenderlo aunque fuera un poco. Se quedó ahí, mirándolos.

Wonwoo murmuró algo aun con la mano cubriendo su boca.

"Perdón"

Jaejoon bajó del coche azotando la puerta, él era jodidamente aterrador, quizás Mingyu fuera más alto, pero a Jaejoon solo le faltaban un par de centímetros para llegar a su altura, sin contar que el chico parecía un pequeño delincuente, con músculos formados en calle y no gracias a un gimnasio como los de Mingyu. En cambio Wonwoo se veía pequeño y delgado, no demasiado bajo pero si más que su hermano. Quizás por esta razón Mingyu quiso bajar y defenderlo.

Jaejoon pasó justo detrás de él sin cambiar su semblante aterrador.

—Noches— Dijo Mingyu por el mero placer de ser ignorado por el chico. La puerta fue azotada. —Qué lindo hermano.

Escuchó la puerta del coche cerrarse y bajó la mirada hasta encontrarse con Wonwoo, el chico tenía los ojos rojos e hinchados, incluso estaba tallando su rostro con ambas manos. Mingyu suspiró con pena. ¿Desde hace cuánto no veía a alguien llorar? Cuando a su hermana se le murió un pez. Mentira, la última persona a la que vio llorar fue a Minghao. Un sentimiento amargo inundó su pecho y él bajó la mirada.

Minghao fue la última persona a quien vio llorar, un llanto desconsolado, doloroso, y lo peor era que él fue el causante de esas ultimas veces. Cada vez que lo veía llorar él era el culpable, y él también lloraba amargamente por su propia culpa. Todo fue un diluvio desesperado, una inundación llena de sentimientos que al final dejó todo destruido, apenas escombros de lo que alguna vez fueron. Para cuando entró en razón Wonwoo y estaba a su lado, el humo del cigarrillo llamando su atención.

—Vaya espectáculo que te acabamos de dar— Dijo Wonwoo ofreciéndole un cigarro de la cajetilla. Mingyu negó. —¿no fumas?

—No.

—Entonces ya se porque intentas dejarte plantado en tu propia cita.— Mingyu sonrió un poco. —Supongo que ya conociste mejor a Jaejoon.

—Ah, él es adorable.

—Es un hijo de puta...Sin ofender a mi madre.— Ambos se sonrieron tontamente. Los ojos de Wonwoo seguían aguados, cristales brillando contra el poco sol que iba desapareciendo. Era lindo, sin duda era lindo. —Mi madre trabaja todo el día, llega demasiado tarde asi que ese es el momento perfecto para las discusiones entre ellos. Te sugiero que uses tapones en los oídos si quieres dormir.

—No importa.— Dijo Mingyu. —De cualquier modo no consigo dormir.

Wonwoo suspiró.

—Si no logras dormir entonces ven afuera, es lo que yo hago cuando tengo insomnio. El sonido de la ciudad nocturna me calma y me distrae. Parece un mundo distinto.

Mingyu observó, ahora el sol estaba casi completamente oculto, la oscuridad de la noche dejando ver las pocas estrellas de una ciudad. Le recordó al desierto de su cama, tan frio y solitario pero tan lejos de las estrellas. ¿Wonwoo pensaría lo mismo? ¿él también se sentiría en otros lugares que no fueran el suyo? La pregunta lo azotó con tanta fuerza que giró a verlo, el cigarrillo en los labios del chico consumiéndose. Sonrió un poco al notar lo gigantesco que era el labio inferior de Wonwoo comparado con el superior.

—¿tu hermano es demasiado joven?— Preguntó sin pensarlo bien, la pregunta cayendo pesada entre ellos, Wonwoo se quitó el cigarrillo de la boca y suspiró.

—Lo suficiente como para ser idiota. Es dos años menor que yo. Tiene 23. Somos demasiado viejos como para vivir con mamá.

Mingyu sonrió un poco dispuesto a seguir la conversación, sin embargo escuchó la puerta abrirse detrás de él y para cuando giró ahí estaba Jaejoon. Regresó su mirada hacía Wonwoo, este apagó el cigarrillo de inmediato y escupió el humo como si tuviera prisa.

—¿Qué quieres?— Preguntó Wonwoo de inmediato con un tono neutral.

—Dame las llaves del coche.— Jaejoon extendió la mano hacía el mayor, Mingyu la siguió con la mirada quedándose con la voz molesta en su cabeza. ¿así eran todos los hermanos? Él solo tenía a su hermana menor, y ella jamás le hablaría así.

—¿A dónde irás?— preguntó Wonwoo llevando una mano hasta su bolsillo y tomando las llaves, las extendió. Jaejoon se las arrebató de la mano y caminó empujando un poco a Mingyu del camino, sin haber respondido la pregunta.

No era su asunto. Se repitió Mingyu mientras torcía los labios con molestia. Regresó su mirada a Wonwoo, el cigarrillo apagado ahora estaba sobre el barandal y el chico había entrado al departamento dejándolo solo. 

Bad&Sick [Meanie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora