Lujos | Joerick

Ⅸ

Creí que era un simple fiesta, pero al parecer estaba lleno de cámaras y amarilistas, nosotros éramos el centro de atención, recién comprometidos.

La prensa estaba vuelta loca, preguntando detalles, sacando fotos sin dudar, haciendo especulaciones.

Erick estaba a mi lado, actuado dulcemente como mi futuro esposo presumiendo su anillo de diamantes.

— Aquí, Evan del Daily Sun, su compromiso ha sido de impacto mundial y nos encantaría saber que es lo que aman el uno del otro, ya que son un ejemplo de verdadero amor.

Aguanté la risa al escuchar lo último.

Todos se quedaron en silencio esperando nuestra respuesta.

Erick dio totalmente la vuelta y me miró a los ojos, estos estaban de un verde apagado y brillosos.

— Me encanta que cuando te propones algo hace todo lo imposible para lograrlo, me encanta la manera en la que desembocas cada problema al que te afrontas, me encanta la manera en la cuidas a tu familia — Hizo una pequeña pausa —. Me encanta que en el fondo y detrás de esa espinosa fachada hay un hombre de buen corazón que siempre está preocupado de los demás.

Quedé sin palabras mirando su rostro.

— Ahora tú, Joel — Se escucha entre la multitud.

Aclaré mi garganta suavemente.

— Amo... como siempre ves algo bueno en todas la personas, sin importar si han hecho algo malo o te han hecho daño, amo como eres capaz de dar todo de ti sin pedir nada a cambio — Mi labio empezó a temblar junto a mi voz —. Amo llegar del trabajo y que ahí estés tú, esperándome con una sonrisa, amo que pueda confiar completamente en ti, ningún tipo de mentira, ningún tipo de farsa, yo sin ningún tipo de máscara, amo absolutamente todo de ti.

Todo el mundo estaba aplaudiendo.

Erick me seguía mirando fijamente.

Al momento de despegar nuestros ojos miramos nuevamente a los periodistas, pero yo me fije en alguien más.

Nuestras miradas se cruzaron una vez más y con eso bastó para acelerar a mi corazón.

Aquel hombre de cabellera rubia, ojos azules y piel pálida que alguna vez consideré mío y que sería para siempre.

Él me miraba fijamente con los brazos cruzados.

Podía sentir como hablaban, pero yo no prestaba atención, sólo estaba atento aquél chico, al que vi alejarse por uno de los pasillos, inconscientemente me levanté de mi asiento captando la atención de todos.

Di una seña de disculpa y fui al pasillo.

Inmediatamente me arrepentí cuando abrí la puerta.

— Tanto tiempo, casi tres años — Escuché esa peculiar voz, que creí que nunca me podría hacer daño.

— Sí y me gustaría que se hubieran cumplidos más — Murmuro acercándome a la puerta — Nos vemos, Thimothée.

La puerta es cerrada por él, quedando frente mío.

— ¿Qué es lo que quieres? — Dije con bastante molestia.

— A ti, Joel — Se acerca aún más, pegando su frente con la mía —. Joder, te extraño tanto.

— No digas esas palabras, ya comprendí que eran falsas — Contesté, pero no me alejé —. Te di lo mejor de mí, te lo di todo y no fue suficiente como para que no te fueras con otro hombre.

— ¿Pretendes ser feliz con él? ¿Crees que él es mejor que yo? — Presiona más fuerte su frente —. Una mierda, porque sabes que en el fondo todavía me quieres, piensas en mí en vez de él, lo besas pensando que soy yo, le haces el amor pensando que estoy ahí.

Yo estaba ahí besándolo con toda la furia y rabia acumulada, mordiendo y tomando todo lo que podía, tal vez tenía razón, cada vez que estaba con Erick de alguna manera pensaba en él, él siempre me estaba atormentado.

Abrí un poco lo ojos.

Me separé al instante al ver ese cabello rubio convertirse en azabache, al ver esos ojos azules convertirse en verdes, al ver que estaba viendo a Erick y no a él.

— ¿Ves? Ni siquiera puedes resistirte cuando se supone que estás comprometido con él.

— Te odio, te odio, te odio, tú me convertiste en esto — Reprime con fuerzas mi voz —. No vales la pena, me utilizaste como nadie lo había hecho, simplemente mo vales la pena.

— ¿Él lo vale? ¿Tú crees que él te ama por lo que eres?

— Me rompiste en mil pedazos, sin importarte, tus palabras que se convierten en mis pesadillas en las noches hasta lentamente dejarme sin nada de valor y él siempre está ahí para mí, él si vale la pena.

— ¿Vale la pena? Desde que estás con él sólo hablan mierda de ti en los medios, envuelto cada día en una nueva controversia, ¿estás seguro que con él quieres estar?

Me quedé callado.

— Me lo imaginé... yo te sigo amando, después de todo.

Mi corazón dejó de latir por unos segundos.

— De nada sirve que me quieras ahora, cuando tú no eres a quien quiero.

Salí por la puerta y caminé con furia por le pasillo, hasta que choqué frente a frente con Erick.

— ¿Dónde estabas? Te he estado buscando por todos lados.

Me aseguré que no hubiera nadie cerca.

— No te importa.

Erick abrió la boca, pero la cerró inmediatamente y se fue con las otras personas.

Fui detrás de él.

— Erick.

— Voy a casa, estoy cansado — Se acercó y dejó un crudo beso en mis labios.

Pude entender porque me besó, todos estaban mirando.