─Mama... ¿Tú crees que algún día, yo tenga un novio?
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Lorena es una mujer invalida que cree que los hombres que se acerca a ella lo hacen por lastima. Ella no cree en el amor desde hace años, hasta que conoce a Christian, un hombre que tras...
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─ ¿Que harás hoy?
─Trabajar y trabajar, ¿Necesitas algo?
─Sí. Unas amigas mías vienen hoy para pintarse las uñas y arreglarse el pelo, solo para compartir un rato. Me gustaría que salieras un rato de tu habitación y compartieras con nosotras. Hace tiempo que no te peino.
─Está bien, tú avísame cuando lleguen. Son casi las 9, voy para mi habitación a trabajar.
─Jasón me llamo ayer, me dijo que viene mañana a pasarse el día.
─ ¿Mañana? Es mejor que venga el fin de semana. Mañana tengo trabajo y él va querer que yo deje de trabajar para salir con él.
─Yo le dije eso mismo. Lo que pasa es que tu hermano viene a buscar un papel al ministerio de educación, una acta creo . Ahora quiere ir a la universidad.
─Ese idiota, tanto que lo aconseje después que termino el colegio.
─Si Lorena pero cada cual sabe lo suyo, a lo mejor cuando termino el bachillerato no tenía ninguna meta, o no le gustaba la universidad.
─Bueno si, a lo mejor es eso.
─Nunca es tarde para aprender. Él dice que tú lo inspiraste.
─Eso me alaga.
Jasón era el segundo hermano de Lorena. De los tres hijos, era el del medio. Jasón era chófer de autobuses como su padre y su hermano Johan, pero él trabajaba para un hotel en Bávaro llevando a los turistas a los lugares turísticos del país como: La zona colonial y el faro Colon. A veces tenia días donde tenía que conducir largas distancias días consecutivos y otras veces tenía 2 y 3 días libres seguidos.
Christian a las 10 de la mañana estaba en su habitación acostado viendo un programa en History Channel sobre el espacio. Tenía unos ligeros calambres en sus piernas desde el día anterior. Su mama lo noto y llamo esa mañana a la doctora.
─La doctora me dijo que te dio unas pastillas para el dolor, si te siguen doliendo las piernas que descanses y no bayas hoy.
─Me siento bien eso se me pasa horita.
Christian era muy terco para darse cuenta que si seguía ignorando el dolor pondría su salud en riesgo.
─ ¿Porque no te consigues una novia en silla de ruedas y dejas que mi hija sea feliz con alguien más?
─Veo que quieres que mi hija sea infeliz al lado tuyo.
─Mi hija ahora tiene que cuidar de ti. Ella necesita a un hombre que la cuide y que la proteja.
─ ¿Que harás si alguien intenta hacerle daño o intentan asaltarla?
Pero las palabras de su suegro lo atormentaban. Christian quería cerrarle la boca demostrándole que no iba a estar en esa silla para siempre.
