TODOS TENEMOS UN PRECIO

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Aterricemos en pleno Siglo XIX, donde se conceptualizó un estilo de vida en una solución a diferentes problemáticas que se venían suscitando y en la actualidad, solo se agudizan dichas contradicciones. Una causa, varios problemas y un sinfín de consecuencias.

Desde el inicio de la humanidad, sea cual sea la teoría de su preferencia, siempre hemos vivido rodeados de personas en pequeñas o grandes comunidades; estas pueden ser familias, vecindades, escuelas, universidades, trabajos, entre otros. De lo micro a lo macro, la sociedad se divide en dos clases sociales, aunque habrán personas que tratarán de engañar afirmando que existen aún más, sin embargo sólo existen dos, los que se preocupan por tener y los que prefieren ser, en palabras más coloquiales, esto quiere decir los que tienen y los que no tienen – estos últimos, siempre resultan ser más felices, ya que no tienen nada que perder –.

Con nuestros primeros pasos, vinieron nuestros primeros ensayos, y con ellos nuestros primeros errores, fallamos mucho pero también logramos acertar en algunas cosas, como por ejemplo, colocarle nombre a las cosas y solucionar ciertas necesidades nacientes con el pasar del tiempo con respecto a lo profesional y a lo personal.

Al llegar al Siglo XIX, se decide transformar la filosofía del interés colectivo sobre el individual, dándole un carácter más político – todo ser humano es un ser político por naturaleza, sin lugar a duda – e ideológico, cuya base son valores intrínsecos tales como: empatía, amor, respeto, responsabilidad, igualdad, equidad, fraternidad, etc., que eran compartidos con la dignidad, moral y se practicaba con el ejemplo. Pero de alguna u otra manera se dispersaban dichos idearios a lo largo de la historia, y entre tantas lecturas y observaciones es casi inevitable el surgimiento de algunas interrogantes como: ¿Por qué no se termina de establecer? ó ¿Cuál es el obstáculo?. Es por ello, que me dispuse a investigar la contra parte, a los que tienen, aquellos que prefieren tener que ser y sus estrategias por prevalecer sobre-poniéndose siempre uno o varios pasos delante de los no tienen, de los que escogen ser antes que tener.

Para que podamos entender haremos un pequeño ejercicio sencillo, de preguntas y respuestas, el cual, debe tomarse en serio para la demostración del punto.

¿Besarías a alguien que no te atrajera físicamente? ¿Intimarías con alguien que no te atrajera físicamente? Si te ofreciera dinero, además de confidencialidad, ¿Aceptarías intimar con alguien por negocio? ¿Cuál sería el monto que pedirías por esta actividad?

Sinceramente, es un ejercicio en el que se debe ser completamente honesto (a) para que el mismo funcione, el único detalle, es que sólo es un ejercicio y no se obtendrá un porcentaje exacto. Sin embargo, podemos aplicar dicha dinámica para buscar diferentes ejemplos, con diferentes tipos de recompensas y así obtendremos un común denominador.

Si después de esos ejercicios y en la vida cotidiana se preguntan sobre las personas que se reconocen a si mismas como dignas, integras, con principios – coloque cualquier adjetivo que defina un alto grado de compromiso con sus valores – solo significa que su precio es más caro.

Érase una vez un presidente que gobernaba 24 Estados; uno de ellos era muy corrupto y no sabía qué hacer con dicho Estado, por lo que decide intervenir el mismo, enviando a un integrante de su gabinete, una persona de suma confianza, idealista y comprometida con sus principios y valores, dispuesta a asumir la enorme tarea.

En el primer trimestre, el designado para la tarea asume las riendas del Estado, tal y como fue acordado con el Presidente; durante su instalación, descubre un sinfín de irregularidades de todo tipo, por lo que se dispuso, redactar un informe sobre lo encontrado para su jefe. Entrado el segundo trimestre, encontró a los responsables de las irregularidades y sin chistar los coloca a la orden de la justicia como acordado, de acuerdo a su carácter, en su designación para la purificación y recuperación del Estado antes de su colapso. Sin hacer mucho alarde de su trabajo demostraba alto índice de eficiencia y eficacia, dando una muy dura batalla contra los que tienen, contra los los ricos – aquellos que prefieren tener que ser –. Ya para el tercer trimestre las calles, a cualquier hora, tenían una mejor vibra, el Estado tenia ''otra cara'', ya había resuelto no solo el tema de la corrupción, sino también los de robo, prostitución, droga... Por tanto, decide llamar al Presidente.

- Integrante del Gabinete: ''Señor Presidente, llamo para informarle que todo está bajo control y es momento de llamar a elecciones, tiene un buen índice de popularidad además, tenemos gente de confianza en puestos claves para que sus políticas sigan dinamizándose''

- Presidente: ''Amigo, haz hecho un muy buen trabajo. Sabía que no me equivocaba al mandarte a recuperar el Estado. He podido notar significativamente los positivos cambios comparando el informe con la opinión de los habitantes del Estado, decidiendo extender tu tiempo de gobernabilidad ahí y así seguir afianzando las políticas de Estado''

Se dio por enterado y asumió la extensión de su tarea como parte de su militancia dentro del partido y en su papel de designado para construir una mejor sociedad. Ya para el cuarto trimestre, sin reto que lo desafiara, se dedica a gobernar, considerando sus limitantes y las atribuciones que su cargo le permitían. Así fue pasando el tiempo, aumentando el número de llamadas dirigidas al Presidente, las cuales seguían siendo ignoradas, quizá pensando en que serían por ataques de malcriadez o desacato a su instrucción, y, casi dos años después de su llegada al Estado encomendado, fue casi imposible evitar el tema del repentino cambio del Presidente con el Gobernador Interino.

- Integrante del Gabinete: ''Señor Presidente, ya que me cambia el tema cuando le pido encarecidamente que me designe otra tarea. Decidí dejarle este mensaje en donde le renuncio debido a su indiferencia ante mi solicitud''

El Presidente alarmado ante este ultimátum de su amigo, con principios innegociables, y persona de confianza se dispone a llamarlo inmediatamente para conocer más a fondo todo sobre el tema y así entender esta decisión.

- Presidente: ''Amigo, me preocupa de sobre manera el mensaje que me enviaste, te llamo para conocer más a fondo tu razón a rechazar la tarea que te designe y que de manera exitosa ha sabido sortear. ¿Por qué quieres renunciar si no te cambio?

- Integrante del Gabinete: ''Señor Presidente, están llegando a mi precio''

SUDaka

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⏰ Last updated: Jun 02, 2019 ⏰

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