capítulo 19

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[Fraternidad Ladies D, Habitación de Mulán y Mérida]

Mulán llevaba más de media hora intentando dormir, pero su consciencia en definitiva no la dejaba en paz.

Aún recordaba la conversación que había escuchado esa tarde entre Shang y Adam.

El chico pensaba lo peor de ellos, de Jun.

Sus palabras llenas de decepción y notable molestia se repetían en su cabeza, aumentando el latido de su corazón, y más que eso, cultivando una enorme insatisfacción consigo misma.

Eso no la dejaría en paz, lo sabía.

Después de todo, él tenía razón. La mayoría eran unos inútiles, empezando por ella, o Jun, o como fuera...

Quería pensar que valía la pena, pero, ¿en verdad lo valía?

Entonces, Mulán tomó una decisión.

Estaba cansada y desilusionada, pero las cosas no se quedarían así. Ella no se daría por vencida así de fácil.

«Puedo hacerlo», ella pensó.

Se levantó con pasos suaves, sin intención de despertar a Mérida. Sabía que si la pelirroja se despertaba sería una lista demasiado larga de preguntas, y no estaba de humor para eso.

Escabullidiza, salió de su habitación, y así mismo de la fraternidad. Luego, con una sola intención en mente, se dirigió hacia el gimnasio de la universidad.

Estaba segura de que podía hacerlo.

[OMDU, Gimnasio]

Las horas de la madrugada pasaron sin darse cuenta, mientras ella se mantuvo entrenando sin descanso. Además de eso, encontrando una manera de conseguir llegar hasta la bandera que días atrás él les había desafiado bajar.

Mulán caminó alrededor de la columna, una y otra vez. Pensando y analizando, una y otra vez más.

—Tiene que haber una forma.

Esto significa disciplina, y esto fuerza.

Necesitan ambas para alcanzar la bandera.

De repente, algo llegó a su mente brillante.

—Como el ying y el yang —susurró para sí misma, mirando con detenimiento ambas pesas—. Se necesitan ambos.

Fue entonces cuando Mulán se detuvo con decisión frente a la columna.

—Tiene que ser.

Una vez más ella se acercó a su objetivo, y en lugar de dejar las pesas colgar de sus muñecas, esta vez las unió alrededor de la columna, impulsándose con ellas.

Su primer movimiento ascendente fue débil, pero conforme pasaban los segundos, su agarre se fue haciendo más confiado y audaz.

Estaba funcionando, y ella no podía estar más orgullosa de sí misma.

Incluso por un segundo sintió resbalarse, pero ella resistió.

Entonces estuvo un poco más cerca. Y más.

El sudor comenzaba a colarse por su frente, y la fuerza en sus brazos se sentía desgastada.

Pero debía soportar un poco más.

Sólo un poco más.

Estiró su mano alcanzando finalmente la pequeña bandera roja, pero eso sólo fue el comienzo...

No tardó en escuchar aplausos, silbidos, y su falso nombre, "Jun". Todo unido en un alegre bullicio.

Su corazón comenzó a latir con fuerza al mirar como sus compañeros, e incluso los chicos ya pertenecientes al equipo, gritaban emocionados, apoyándola.

Together & Tangled | Mulán & ShangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora