Caminando más al paso, alguien toma mi mano izquierda.
-Para dónde vas-pregunta un el chico de ojos tristes, tomándome fuertemente por lo mano izquierda hacia atrás.
-¡ouchhhhh! mi mano-dije muy fuerte, lamentablemente me había tomado muy fuerte por mi herida en la muñeca.
-Lo siento mucho, de verdad no fue mi intención lastimarte o algo así.-me dice.
-Está bien tranquilo,-digo mientras en incorporó a sentarme en la grama.
-¿Y qué pasa?, ¿por qué llorabas?-se dirigió a preguntar.
-Nada, tranquilo.-le respondo.
-No me digas que nada, tú y yo sabemos que algo te pasaba,-me dijo.-
-Si me pasaba, algo pero no quiero hablar de eso, ¿sí?,-pasé a responderle.
-Está bien, respeto tú decisión, pero déjame decirte algo ¿sí?
-Si-digo.
-Te he visto en esa faceta triste y te ves hermosa, no imagino feliz, así que sonríe hermosa- Dijo.
-wow que manera más linda de subirme el ánimo.-dije sin dejar de sonreír.-para ser sincera esa han sido las palabras más hermosas que me han dicho.
-¿Y cuál es tu nombre señorita?-pregunto.
-Caroline Jones, pero me puedes decir caro,- le conteste.
-¿Y el tuyo?-le agregue.
-Joseph Smith,-me respondió.-
Y hablamos un largo rato.
A lo lejos veo que mi mamá me está llamando
-Mi mamá me está llamando, debo irme pero fue un placer conocerte Joseph.-le dije.
-El placer fue mío Caroline, antes de irte cómo puedo comunicarme contigo, me gustaría hablar más.-me respondió, mientras me dirigía hacia mi madre.
-829-692-7686-llamame- dije.
-llegando donde mi madre pregunta-¿estás bien?
-Si lo estoy, ¿ya nos vamos?,-pregunte.
-Tu padre está llegando-.responde.
De camino a casa no puedo dejar de pensar en aquellos ojos tan negros como la noche, en esos hoyuelos, y esa sonrisa. En realidad no puedo creer que sea yo quien me esté refiriendo así de un chico.
Llego a casa y siento tantas emociones encontradas pero primero quiero
Sacar más de todo lo que hable
Con Jessica, tengo algunos versos estancados en mi cabeza que quiero dejarlos salir.
Le título noche rota
Tengo miedo
El aire me falta
Y mi pecho se siente romper ante la presión
Mucho miedo...
Sus manos aún están en mi piel desde aquella noche.
Aún no puedo borrar sus marcas
Mis manos tiemblan
Y las letras fluyen en desorden
Los recuerdos golpean sin parar
Me voy haciendo pedazos al pasar el tiempo.
Constantemente huyó a lugares solitarios.
Y me rompo en llanto.
Y me dejo sangrar
Son muchas heridas
Yo misma solo soy una gran herida.
Estoy sola
Y no sé qué hacer ante la noche rota.
Escribo esto mientras me vuelvo un mar en aquel escritorio, los recuerdos comienzan a torturar mi alma, de aquel 5 de mayo, aquel día que deje de ser yo, aquel día que me condeno para toda la vida, aquel día que acabaron conmigo.
Aquella persona llegó mi vida justo en un momento de debilidad, en un momento de dolor, en un momento parecía irreal, llegó en un tiempo en el cual era vulnerable, solo quería cariño, atención, y me Lo dio, pero estaba tan cegada que no veía el daño que me causaba, <<a alguien le importaba>> pensaba, no le importaba oír mis penas, todo iba bien, sus llamadas me llenaban de emoción, su voz era inexplicable, hasta que me di cuenta de lo que en realidad era, descubrí quién era el realmente, un controlador, celoso y maniático que se aprovechó de mi aquella noche, aquella que me se aprovechó de mi inocencia, y me abuso, me golpeo y me humillo, y después de ese día no volví a ser la misma, el dolor me cambio, El me cambio.
Constantemente vivo con ese sufrimiento, él me trajo inseguridades, sus palabras, sus acciones, sus gestos me volvieron insegura de mi cuerpo, el me humilló, me pisoteó, me hizo mierda. Como olvidar aquel color carmesí en el piso se su apartamento, aquel que salía de mí, como olvidar su mano aparentando para que no se escucharan mis quejidos, cómo sacar de mi cabeza la sangre que por horas vi salir de mi cuerpo, dolió el quedarme callada.
Nunca quise ser juzgada, nunca dije nada, nunca quise un daño para él, porque aunque me había lastimado de todas las maneras posibles, lo amaba, tenía miedo de quedarme sola.
Pero llegue a un punto en el cual tuve que alejarme, entraba en pánico cada vez que lo tenía cerca.
Los peores momentos de mi vida a su lado, y lo peor es que aún debo verlo todos
Los días en el colegio, ver cómo me saluda cómo nada pasó, ¿cómo puede actuar así? Después de hacerme trizas.
Estoy vuelta una desastre, me siento horrible pero no puedo dejar de pensar en aquel chico de ojos tristes.
¿Y si el me hace daño?, ¿y si el me usa?, y si sus intenciones son las mismas que quien una vez me hizo daño. Siento miedo. Pero no sé cómo detener lo que ahora estoy sintiendo por él.
Ese chico tonos grises que mientras más lo veo, mientras más lo conozco me causa más curiosidad porque hay tanta melancolía en su ser, el lleva unos ojos de mirada triste, profunda, una mirada inquietante, que te lleva a querer adentrarse en lo más profundo de su ser.
Y cuando lo haces descubres lo maravilloso que carga dentro, un alma noble, pura que te hace caer en una red de amor, a Mendoza que pasa el tiempo vas conociendo sus miedos, silencios, sueños y anhelos; él no tiene miedo a hablar con la verdad y cuando le nace realmente, te demuestra el cariño inmenso que tiene hacia ti.
Se puede notar que alguien un día le hizo mucho daño, le mintieron y lo hicieron sentir insuficiente, así que se nota que no te entregar si confianza hasta que vea que la mereces.
Al pasar los días llega mi tercera cita con Jessica y en realidad estoy tan emocionada por ir. Quiero contarle sobre Joseph y sobre lo que estoy sintiendo por él, porque tengo miedo, miedo a volver a ser herida.
Como siempre me baño y cambio, y nos vamos para el hospital, creo que por primera vez después de mucho tiempo, siento amor por alguien y es que es raro y da miedo a la
Vez, se seguro lo hecho a perder como siempre.-pienso.
Al llegar al hospital los latidos de mi corazón se incrementan, veré por tercera vez al chico de alma rota.
Al salir del vehículo, voy y me dirijo hacia la puerta de atrás allí no veo, aquel chico de mirada perdida, esta vez sus ojos estaban llenos de tristeza en comparación de la última vez que lo vi, estaba ojerosos y sin ánimo alguno, cuando los veo me digo: yo quiero ser parte de ese desastre.
Me acerco y le digo
-Que lindos ojos tienes-
- Tú teniendo el universo en tus ojos dices que los míos son hermosos, que linda de tu parte.-Dirigió a responderme.
-¿Pasa algo Joseph?-le pregunto.
-No, señorita, tranquila.-pasó a responderme mientras me miraba con ternura.
-Está bien de creo.-respondí.
-Tengo que irme a donde la doctora pero cuando termine vendré y hablaremos ok?-agrega.
-Ok mi chica universo.-responde.
Me dirijo hacia la oficina de Jessica inevitablemente con una sonrisa en mi rostro.
Entro a la oficina y pues ella al ver mi sonrisa, sonríe también.
-¿Por qué tan feliz Caroline?-pregunta.
-Por nada-respondo
-mm seguro-pregunta.
-Sí, muy segura.
-Pues tenemos una conversación pendiente, ¿cierto?-me dijo.
-Sí, pero no quiero hablar de eso doctora, no quiero pensar en eso.-respondo.
-Quiero hablarle de un chico.-agregué.
-¿Un chico?, ¿estás conociendo a alguien? Cuéntame.
-Sí, algo así, pero tengo miedo Jessica, miedo a que me fallen de nuevo, a ser usada-le sigo mientras bajo mi cabeza y mis ojos se comienzan a nublar.
-No tengas miedo, conócelo, pero no te cohibías a conocer a alguien más por lo que te paso, no todos los chicos son iguales Caroline. Solo ten precaución.-me dijo.
-Está bien.-respondo cortante.
-Háblame de él-me dice un poco entusiasmada.
-Lo conocí aquí.-le digo.
-¿De aquí?-pregunto sorprendida.
-Si-respondo.
-Joseph Smith.-digo.
-¿Joseph?-pregunta un poco confusa.
-Sí, ¿por qué?-pregunto confundida.
-Nada tranquila, solo que no lo veía venir.-responde.-y háblame de él.-agrega,-como es contigo.
-Más que su voz.
La manera en que pronuncia mi nombre, como si acariciara cada letra, más que su sonrisa, su manera de reírse sin completar la oración, más que sus rasgos, sus gestos. Y su manera de achinar los ojos.
Más que sus palabras, sus silencios. Nuestros silencios. Llenos de deseos contenidos. Más que coincidencias, el habernos conocido, más que de todos. Mío, más que los secretos. Nuestro secreto. Más que su belleza exterior, su belleza interior, sus pensamientos y sentimientos, más allá de lo prohibido.
Lo nuestro. Más allá de los sueños. La realidad de habernos amado, más que sus ojos, su mirada. Y la manera en la que me pierdo en ella, más que su mirada. Su amor. Mi amor, más que todo eso junto. Lo que está siendo nuestra historia.
-wow está enamorada ya,-dijo sorprendida de todo lo que le había dicho.
-Si...bueno...eso creo...no se.-respondo.
-¿Te está ayudando el?-pregunta.
-Sí, bastante.-respondo.
-Quiero contarle algo ¿sí?-pregunto.
-Si puedes contarme.-afirmó prestándome toda su atención.
-No me estoy bebiendo las pastillas para dormir.-le digo.-
-¿Y por qué?, ¿estás durmiendo normal?, ¿y el insomnio?-pregunta confundía.
-He estado hablando con él en las noches, me ha ayudado mucho Jessica, hablar con él me hace feliz.-le digo.
-Está bien cariño, si es para tu bien, está bien que no te la bebas, mientras seas feliz así.-me dijo con una gran sonrisa.
-Gracias...-digo sonriendo, mientras me Paro porque ya se terminó la cita y mi mamá como siempre debe entrar.
-Antes de que te vayas, no te entregues tanto, Joseph padece de bipolaridad tipo ll, ten cuidado.-dijo.
-Está bien-respondo y terminado de salir de la oficina.
-Entra "ma", le digo a mi madre mientras voy bajando las escaleras en dirección del gran jardín en busca de Joseph.
A lo lejos puedo verlo sentado en una roca mirando al infinito, u puedo percibir por su mirada que algo iba mal, ajá algo pasaba con él, pero sé que aunque le pregunte no me diré pues me pongo a pensar que hacer para subirle los ánimos.
Y le recito mi poema favorito mientras voy acercando a él, y le digo;
No te rindas, aun estas a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo, aceptar tus sombras, enterrar tus miedos, liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas, aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto, porque no hay heridas que no cure el tiempo, abrir las puertas quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas por favor no cedas, aunque el frio queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás sola, porque yo te quiero.
Mi favorito de Mario Benedetti-le digo.
-Qué forma más hermosa de subirme los ánimos, mi pequeña flor.-me dijo mientras se paraba y se acercaba a mí.
-Qué es eso que hay atrás de ti-pregunta-
-Nada volteo mi cabeza hacia a atrás y cuando la volteo hacia delante, me besa, me mira a los ojos.-te amo mi flor hermosa,-dice mientras sus manos rodean mi rostro.
-Yo también te amo chico Estrella.-le respondo.-mientras toco sus manos que se encuentran en mi rostro.
Y cuando Lo bese
Y causó una gran catástrofe dentro de mí.
Causó torbellinos de emociones,
Causó una sonrisa a mitad de mi desastre.
Revivió sentimientos que estaban perdidos,
Y otros que quedaron en el olvido.
Lo bese
Y supe que dolería,
Pero también supe que con ese beso conseguiría
El paraíso que tanto prometían.
-Te tienes que ir ya,-me dice.-tú mamá está buscándote, mírala allá delante.-agrega.
-No quiero irme.-dije mientras lo miraba a los ojos.
-Pero tienes que-me dijo mientras me daba un beso en la frente.
-Adiós chico Estrella.-digo mientras voy caminando hacia la puerta donde se encuentra mi mamá.
-Adiós chica universo.-me dice con una cálida Sonrisa en su rostro.
Me dirijo hacia mi mamá con una sonrisa en mi cara enorme.
-¿Y ese muchacho?-pregunta.
-Un amigo-respondo riendo.
-Está bien, vamos que tu padre nos está esperando.-me dice-
-Ok,-respondo.
Vamos de camino a casa y no puedo sacar de mi cabeza aquel momento, aquel niño, aquel momento, aquel minuto, aquellas palabras, es magia, el ve arte en mí, cuando lo único que veo es desastre.
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Aun en medio del dolor
Historical FictionElla está perdida, las palabras que nunca pudo decir la están asfixiando. Está destrozada, tan rota por dentro. Cada herida es un error, motivo de una gran debilidad. Ella es manejada por fármacos, un demonio interno la controla. Ella ya no puede ha...