JOSÉ

19 4 0
                                    

Mi familia y unos amigos rentaron dos miradores en la playa por el fin de semana y llegamos tarde en la noche.

Todo el mundo se sento en el balcón a charlar amenamente, a beber y escuchar música y yo me senté en una roca sola en la playa.

No estaba lejos de ellos, solo cruze la carretera y ellos podían verme con claridad desde el sitio donde estaban.

Las gotas de agua salada y congelada besaban mis lágrimas y yo simplemente miraba a la nada. Estaba temblando de frio.

Uno de los muchachos que andaba en otro carro me colocó su jacket en mi hombro y me dijo: Esta muy frío. ¿que haces aquí sola sentada?

No le contesté.

Hace rato te estoy observando y no puedes disimular tu trizteza. Si te causa tanto dolor, no lo hagas.

¿De qué hablas? Le dije.

Tú sabes. Me dijo.

¿Cuál es tu nombre? Le pregunté

José, me contestó

Tenias que llamarte José, le dije en tono sarcástico.

¿Alguien importante en tu vida? Me preguntó.

No. Le dije.

Si te duele tanto, no lo hagas, recalcó.

Le dije, por favor, vete, déjame sola.

Y él se fue.

A la mañana siguiente le pregunté a mis amistades que dónde estaba José. Queria devolverle su abrigo y darle las gracias.

¿José? De quién hablas, no conocemos ningún José.

Y yo mire el abrigo y en el hombro derecho escrito bien claro con letras de oro decia: JOSÉ

Luz de Estrellas

All rights Reserved
Copyright@Sirimiri
Any resemblance to actual persons, living or dead, or actual events is purely coincidental. This material may not be published, broadcast, rewritten, or redistributed.

 This material may not be published, broadcast, rewritten, or redistributed

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ESPANTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora