-¡Quieres que lo haga otra vez?- dije yo con una sonrisa, y esque nuestro pequeño ritual siempre consistía en acercarme y decir: "Hola , me llamo Locke, disculpa la molestia, espero no incomodarte, pero esque le gustas bastante a mi hermano, es aquel tipo apuesto de allà, el querìa saber si te apetecería ir a una cita con el", jamas funciono, ¿porqué funcionaria esta vez?, asì que me acerquè hacia ella, pero vaya, que esta vez funcionó ya que se rodó ese engranaje, que hizo funcionar aquèl màquina de vapor que, de un fuerte golpe, tumbaba a Lucio hacia un trìo de vaciòs llamadas obsesiòn, ansiedad y neurosis.
-¿Les parece que se vean el viernes, a las 8 PM, en Diana's Restaurant?- Sabía que tenia que ser yo el que tomara la iniciativa
-Está bien- respondió ella, su rostro cambió completamente, de recibir una respuesta un poco màs cálida o accesible del concepto de lo "neutral" cambió completamente hacia un rostro frio, temeroso, irradiando una ansiedad inconmensurable, incapaz de catalogarla en un solo adjetivo, parecía que creía que estaba apunto de ser asesinada, como aquél niño judío corriendo y luchando contra la lluvia, luego de chocar con las piernas de un sádico nazi.
Seguido de eso sonrío muy tímidamente, sin quitar aquella mórbida expresión y se marchó caminando, parecía que tenia prisa, aunque al principio se veìa calmada, disfrutando de aquél cigarro.
En aquél momento no encontré explicación a eso, simplemente caminaba con mis ojos apuntando fijamente al suelo, con mi mente no solo en blanco, sino también divagando entre diversos colores, siendo el negro predominante, llegué con Lucio e intenté sonreír lo mas verdaderamente posible pero sin emitir una sola palabra e hice contacto visual, aquella mirada de él, llena de ignorancia y esperanza, cuando atrapó mi sonrisa, se contagió de esta misma y dijo: -¿funcionó? ¿si funcionó verdad?- Si, si funcionó- respondí manteniendo aquella sonrisa forzada diciendo secamente: -tienes una cita a las 8 PM el viernes, hermano, y chocamos los puños, podía ver la felicidad en su rostro, la satisfacción, sentía inclusive que podía penetrar en sus pensamientos y lo imaginaba a él junto a aquella mujer, haciendo exactamente lo que nosotros hacemos los domingos, comiendo un hotdog al mismo tiempo mientras ríen y ven el cielo dominical, mostrando un azul poderoso con vistas al futuro.
Pasaron los días, no me pude quitar aquel rostro de esa mujer de mi cabeza, no sabíamos quien era, no sabíamos su historia, no teníamos ni idea. ¿Hicimos bien en seguir esa "estrategia"? ¿hasta qué punto la vida de Lucio se está arriesgando? ¿Irá la mujer a la cita? ¿Quién carajo es esa mujer? eran aquellas preguntas las cuales no me dejaban dormir, creía en ese momento que lo mas sensato era no dejar que Lucio fuera a la cita, o inclusive podría yo ir con él y esperarlo afuera del restaurante por si algo desconocido lo atacaba, digo "algo porque no tenia idea qué era, o tal vez si lo sabía, pero no quería llegar hasta aquél concepto, aquél lugar de la mente donde se esconde lo que puede ser, lo que puede escapar pero nos terminaría destruyendo por fuera, nuestra pequeña y vacía visión de la realidad fuera de nosotros.
Ese rostro me daba escalofríos, no podía dejar de asociarlo con algún trabajo de Bram Stoker o Lovecraft, y es que no sabemos realmente nada de lo que realmente hay allá afuera, ni siquiera de nuestro pequeño planeta. No dejaré que le pase nada a Lucio.
-Madelyn, creo que iré a la cita de Lucio- Le decía a mi novia y futura esposa, al momento cuando estábamos en la recamara, a segundos de ella quedarse dormida. -¿Qué? ¿Pero cómo vas a ir? ¿No te has dado cuenta de lo infeliz que ha sido tu hermano y quieres arruinárselo?- Decía ella
-Por supuesto que no, simplemente no quiero que le pase nada, quiero que conozca a una buena mujer, sé que lo hará, así como puede ser ella, también puede ser cualquier otra cosa, simplemente me aseguraré de que todo esté bien- dije, sólo sentía el silencio de la noche que nos atormentaba en ese momento, la cita era el día siguiente. -Entiendo que lo quieras proteger, pero tienes que dejar de ser tan paranoico, tienes que dejarlo que él viva su vida, vaya, si es mayor que tú, el en algún momento tiene que madurar y emprender su propio vuelo, creo que mañana es el momento perfecto para que lo haga, tienes que estar tranquilo, además es un restaurante, ahí habrá mucha gente, seguridad, etc.- Dijo ella, en algún punto tal vez podía tener razón, pero es tan ignorante como yo, como cualquier otra célula, ¿Qué tal si estaba equivocada? Así como también nos equivocamos en creer que éramos el centro del universo, Lucio no es el centro del universo.
-Tal vez tienes razón amor, no te preocupes, lo dejaré que vaya, espero que le vaya muy bien, por lo pronto descansa, que mañana hay mucho trabajo que hacer- dije, ella cayó rápidamente al país de los sueños profundos, pero yo no pude ni siquiera sacar un boleto, no pude ni siquiera dormir 2 horas seguidas.
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Madelyn
Science FictionLocke, un ex militar recíen llegado a Estados Unidos después de la segunda guerra mundial, con una gran crisis existencial después de haber matado a cientos de nazis, se encontraría con horrores que jamás podría explicar con un lenguaje humano, mien...