La fina llovizna chocaba contra la ventana de nuestra habitación, los pajarillos comienzan con su divino canto como todas las mañanas. Lo más curioso, es que éstos vienen a cantar todos los días a mi ventana, desde aquél día. Desde hace un año.
A Jimin le hubiera encantado...
Mis ojos se fueron abriendo de a poco, acostumbrándose a la intensa luz que traspasaba mi ventana, y chocaba con mi rostro. Mis manos automáticamente, se fueron dirigidas hacia el hermoso ser que tenía al lado, sacudiéndolo un poco para que despertara, y funcionó.
-¿Qué pasa? -dijo en un largo y tierno bostezo, mientras una de sus manos tallaba uno de sus acaramelados ojos-
-Cariño, cámbiate, hoy es el día...
Sin decir nada más fui a darme una cálida y relajante ducha, sólo para ponerme un traje pintado de un color negro mate, una camisa blanca con finas y delicadas rayas verticales y una corbata formal que combinaba con el traje.
Lavé muy bien rostro y mi cabello fue peinado hacia atrás, lo que me daba un estilo demasiado "formal".
Tomé la mano de mi acompañante y nos dirigimos hacia el auto, él iba en el asiento de copiloto, y yo iba manejando.
-¿Estás emocionado? -mi voz salió un poco gruesa y temblorosa, pues me encontraba nervioso-
-Más bien nervioso, y un poco emocionado -sus manitas jugaban entre sí y entre veces jalaba las mangas de sus suéter, dándole un toque tierno a mi vista-
Se parece tanto a él...
El auto frenó sobre aquella suave y húmeda tierra, los pies de ambos tocaron suelo, y sus manos fueron unidas otra vez.
-¿Listo?
Un suspiro salió de su boca al mismo tiempo que apretaba sutilmente mi mano. Señal de su nerviosismo...
-Estoy listo...
Padre.
Sus pies se detuvieron, y la mirada del menor recayó en su mayor, notando lo mucho que le estaba costando regresar a aquel lugar, que se quedó con su amado.
La mano que estaba libre, le señaló el sobre que el más alto traía consigo, haciendo reaccionar a su padre en un dos por tres, pues éste se quedó viendo y leyendo la lápida de su amado una y otra, y otra vez.
Park Jimin
13/10/ 1995
16/09/2019
"Quiero que seas tu propia luz, cariño
Deberías ser tu luz
Así no dolerás más, así podrás sonreír más
Quiero que seas tu noche cariño
Podrías ser tu noche"-¿Si se lo vas a leer verdad?
-Si cariño, es sólo que, estoy un poco nervioso.
Extendí mi mano con los sobres hacia él, su nerviosismo era muy notable, sus manitas sudaban y temblaban, luego de tomar y abrir el blanco y suave sobre con sus manitas, besó la carta que estaba llena de una linda y clara caligrafía y con su mano libre entrelazó sus pequeños dedos a los míos mientras me entregaba la carta.Al instante en el que quise empezar a hablar, sentí cómo mi garganta se secaba, por lo que tuve que aclarármela en un ronco y fuerte sonido.
Nervioso.
«Hola Jimin-ssi, Nos conocemos muy bien y por eso he venido a contarte cómo ha sido mi vida desde que me enamoré de tí, desde que caí de rodillas a tus pies, como ha sido mi vida desde que, te fuiste...
Desde que pude saborear por sobre mi propia piel lo que es sentirse lleno con alguien al lado, espero y deseo que estés bien, aunque no sea junto a mí.
Déjame decirte, con toda la alegría del mundo, que por tí, y por el amor que nunca murió y más bien floreció en mi corazón por ti.
Tenemos un lindo hijo.
Ojos caramelo como los tuyos, cabello castaño como el mío, piel al igual de blanca como era la tuya, sonrisa y dientes de conejito como los míos, dedos pequeños y gorditos como eran los tuyos, está creciendo como yo, al parecer no se parecerá a ti en estatura y por último nariz y labios igual a los tuyos.
Es una mezcla de nosotros dos.
Su nombre es: Jeon Jimin
Decidí ponerle tu nombre, es un nombre hermoso, exactamente adecuado para un chico lindo y fuerte como él. Tiene 10 años. Y está consciente de lo que ha pasado contigo.
Espero que desde el paraíso puedas apreciarlo y cuidarlo, tanto, o más como lo hago en este momento, es un chico inteligente y tierno a la vez, es como un pequeño Park Jimin. Porque su carácter es igual al tuyo.
Lo adopté el mismo día del accidente...
Iba a presentártelo ese mismo día, pero al parecer el destino nos jugó una mala pasada.
Es gracioso, porque sé nos quedamos amando a medias...
Pero prometí amarte por toda mi vida y así sera.
No por la promesa, si no por lo que siento, ahora y siempre por tí.
Te extraño. No sabes la falta que me has hecho éste último año, no he podido venir a verte pues me acobardaba cada que me acercaba a éste lugar...
Odio el cementerio, porque él puede tenerte, y no yo...
Pero no, no he venido a soltar lágrimas fáciles, si no a agradecerte, porque me he enamorado de tí locamente, y mis heridas lo confirman, yo era virgen en eso de sentir mariposas revoloteando en el estómago, pero al parecer, tú me quitaste esa misma virginidad porque ni siquiera sabía lo que era, o como se sentía, ni siquiera un concepto básico, una explicación, ¿un sentimiento?
Pero llegaste junto aquel viento ruidoso y fuerte para quedarte en mi vida, y no, no un rato, porque aunque ya no estés aquí, conmigo, vives en mi mente y alma, te quedaste junto a mí un buen rato, aunque ese no durase toda la vida...
Me hiciste grande siendo tan pequeño, me hiciste fuerte siendo débil, subimos al cielo y ¡dejamos de ser mortales para ser eternos!
Me enamoré de tí.
Y el tiempo se detuvo en el momento exacto en el que lo hice.
Y no, no me arrepiento ni un poco de eso. Porque me di cuenta que amar es una de las tantas cosas que tienes que hacer antes de morir. Porque tienes que haber amado por lo menos una vez en la vida, para saber valorar las cosas, por más mínimas que sean. Tienes que aprender a amar y ser amado, y sin ninguna duda me atrevo a decir, que amé y fui amado de la manera más hermosa posible, por ti aprendí que el amor es necesario aunque duela.
Tú fuiste ese chico del que me enamoré porque era inevitable no hacerlo aunque quisiese, te he guardado un gran hueco en mi cabeza y te has llevado una parte de mi alma y corazón.
Te recuerdo a diario, porque siempre he dicho que cuando algo o alguien te hizo feliz por lo menos un momento, vale la pena recordarlo.
Y yo, te recordaré toda la vida.
Querido chico del que me enamoré.Gracias.»
Sus labios formaron una linea, mientras los agudos sollozos emanaban de su garganta, sus manos temblaban y sus ojos se aguaron, pequeñas perlas y saladas lágrimas se deslizaban por su morena piel, mientras que con su manga, intentaba borrar todo aquel rastro de humedad en sus mejilla, para que luego de eso...
Simplemente sonriera.
Porque sabia que su chico, siempre estaba ahí, con él, y sabía perfectamente...
Que nunca lo abandonaría.
-¿Papá?
-¿Si hijo?
-¿Puedo soltarlos ya?
-Claro cariño. Sólo deja que amarre mi carta a ellas y luego pide un deseo cuando lo hagas.
El pequeño de 10 años cerró sus acaramelados ojos con fuerza mientras meditaba el deseo que éste tendría que pedir, sus pequeñas y tiernas manos fueron aflojando en agarre en los globos que eran pintados de un fuerte amarillo y un oscuro azul, haciendo que estos, junto con la carta de Jeon se fueran elevando cada vez más por el azulado cielo mientras el más jóven susurraba su inocente deseo.
-Tráiganlo de vuelta.
»No quiero que papá siga llorando por él en las noches...FIN
______________________________________
Muchas Gracias por el apoyo que le dieron a la historia, sé que fue una historia triste, pero la idea simplemente apareció en mi cabeza, y no pude resistirme a escribirla.
Por si les interesa, pueden leer mi otra historia, "Bengalas-Kookmin".
Nuevamente Gracias por todo, y espero no ser odiada por todos, aunque quizás es lo que ya están haciendo en éste momento.
Con esto concluimos la historia "Amando a medias"
Gracias!