Capitulo 59

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P.O.V Axel 

-Ok Steven, debido a tu buen entrenamiento te daré una oportunidad.- Hablo Richard, sonreí, el plan estaba saliendo como tenia que ser. - Sin embargo estarás a prueba.- Borre mi sonrisa.- Sabes todo lo que ha acontecido y la manager de Axel, o sea su madre, aun guarda mucho rencor por lo que ha sucedido y no puedes saber que eres allegado a Makena ¿lo entiendes?- Steven asintio seriamente. Yo sin embargo comenzaba a sentir un poco de rabia correr por mis venas.- Por el momento te dedicaras a entrenar a nuestros guardaespaldas, eres un buen entrenador y no puedo desperdiciar ese potencial. -Ok... el plan se esta desviando demasiado. Ya me sentía furioso. 

-Bueno, ahora que tienes un empleo seguro, no tengo mas nada que hacer aquí, me retiro, cualquier novedad no me la comuniquen, de hecho nunca lo hacen así que da lo mismo. estaré por allí en cualquier lugar de esta inmunda casa.- No hablaba yo, sino mi rabia. Richard me observo serio, como juzgando mi actitud, siempre lo ha hecho así que no me interesa. Richard y yo ya no teníamos la misma relación que antes, el quería a Makena como a una hija y la deshecho como si fuera un pedazo de mierda, cuando en verdad ella no tenia la culpa de nada de lo que había sucedido. Salí de esa oficina y me dirigí derecho al gimnasio, de alguna manera tenia que sacar todo el cumulo de mierda que llevaba dentro. Enfurecido comencé a golpear un saco de boxeo, sentir mis nudillos calientes, sentir ese ardor me hacia sentir bien. 

-No debes hacer eso sin vendarte primero, lo único que lograras es lastimar tus manos.- Sentí la voz de Steven justo detrás de mi.

-No me interesa lastimarme, ya no me interesa nada. Stev, lo único que me rescataba de este mundo de mierda está lejos de mi ahora y también me tienen como un prisionero en mi propia casa, eso no es para nada justo. 

-Bueno, lo único que tengo claro aquí es que no harás justicia con tus nudillos rotos. Sé que quieres descargar todo lo que te molesta aquí, pero si lo vas a hacer que sea correctamente.- Se acerco a mi, con sus ojos buscaba algo, no se muy bien lo que era. De repente alzo las cejas como señal de que había encontrado lo que deseaba, camino hasta allí analizando todo el gimnasio detenidamente. Llego a un armario y encontró un par de vendas, las tomo en sus manos y disfruto del contacto.- Ven aquí, deja a ese pobre saco tranquilo.- Me acerque a el, ambos nos sentamos en un banco que había en el lugar.- Sabes..-Hablo tranquilo- Makena también comenzó así, ella golpeaba a los sacos con tanta furia que se terminaba rompiendo las manos hasta sangrar, esa chica si que tenia una furia impresionante. Justo como la que tienes tu ahora.- dijo con algo de melancolía- las observe por días, no dejaba que ninguno de mis profesores le diera alguna lección, no dejaba que nadie se acercara a ella. Solo entraba al gimnasio, se cambiaba su ropa normal por una deportiva y se dirigía derecho a los sacos de box sin pre calentar. Era todo un desastre.- Sonrió tímidamente- Me costo mucho tiempo ganarme su confianza, me costo mucho poder ponerle este tipo de vendas en sus manos.- Observo las vendas que tenia en sus manos.- No seas como ella, ella en verdad estaba atormentada, trata de no ser un niño malo, ese papel no te queda. Ven aquí, dame tus manos.- Alce mis manos hacia el y comenzó a vendérmelas.- Un gimnasio no solo se utiliza para descargar tus furias, el gimnasio no tiene la culpa de que tu vida sea una mierda. Un gimnasio...-Apretó un poco la venda- un gimnasio te da fortaleza, salud...no es bueno para ti lastimarte sin sentido por algo que no solucionaras aquí...-  Trata de descargar tu ira canalizándola correctamente en este lugar.- asentí escuchándolo atentamente.- cuando mis padres me preguntaban de pequeño a que quería dedicarme solía decirles que quería tener un gimnasio, ellos sonreían claramente, todos los niños querían ser doctores, veterinarios, bomberos... yo solo quería mi propio gimnasio y con el tiempo y mucho ahorro logre tenerlo, me forme como entrenador y ayude a muchas personas, profesionales, muchos boxeadores que ahora se encuentran en la cima pasaron por mi gimnasio. Al igual que Makena, fueron formados correctamente.- Termino de vendar mis manos.- Cuando tuve que cerrar mi gimnasio, en verdad mi vida se arruino. Todos esos momentos, todas esas personas. Era mi vida a la que estaba cerrando en ese momento. Pero se que todo estará bien, ya podre abrirlo nuevamente, por eso es que aun no he vendido el local.-dijo esperanzado.

-Bueno mi querido amigo, quien dice que no volverás a la cima nuevamente. Tómalo como a un descanso.- Me levante del banco y comencé a caminar hacia el saco de box.

-Ven aquí, ¿imagino que no volverás con el saco de boxeo otra vez?- me detuve en seco...maldición ahora si que no me dejara tranquilo.- Quiero que pre calientes- dijo levantándose del banco.- ahora este es mi gimnasio por ahora, así que se hará lo que yo decida.

-Ok...-suspire, no podía ser tan malo después de todo. Si Makena pudo sobrevivir a este hombre por que yo no lo podría hacer. 

-Quiero que uses esta caminadora, correrás a velocidad media durante media hora. Tratare de saber cuales son tus limites.- ¿correr durante media hora? maldición esto comenzaba mal. Quiero ver como termina esto...de seguro que mañana no podre moverme. 

MAKENA. Terminada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora