Ha pasado un año, y todo parece tranquilo. Sin embargo, Subaru y los demás deben enfrentarse a un nuevo problema luego de que sean invitados a una fiesta en Priestella, la Ciudad de las Compuertas. Aparentemente el que traducia originalmente esto pa...
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Las diversas batallas a lo largo de la ciudad iban llegando a su fin.
La destrucción causada en las partes que se habían convertido en campos de batalla era inmensa, y la facultad de la ciudad se había visto muy afectada.
Este mismo hecho, que transmitía la magnitud de la catástrofe que había ocurrido en esta ciudad de Priestellaーー, podría decirse que es el resultado de la malicia que el Culto de la Bruja trajo a la ciudad.
En una situación en que un daño tan grande se sigue produciendo, hay un campo de batalla con una naturaleza diferente.
O tal vez puede que no sea adecuado llamarlo campo de batalla.
Solo resonó el solemne sonido de espadas que chocaban, con cada una de las espadas que se deslizaban apuntando a la vida del otro.
Sólo estaba presente el deseo sin tacto de dos espadachines, con las puntas de sus espadas apuntando una hacia la otra, destrozando todo lo que no era necesario, con su, lo que al menos podría decirse, verdadero deseo sobre ellos.
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La hoja de espada seguía brillando bajo la luz de la luna, y los espadachines continuaban intercambiando amor por choques de acero.
Sonidos agudos, chispas dispersas, el pelo gris y rojo continuaba bailando bajo los rayos de la luna.
Era una danza de espadas tan magnífica y pulida, que eventualmente robaría la mirada de todas las audiencias, o les robaría sus corazones, era tal que incluso el Dios Espada terminaría sorprendido.
Un poder abrumador que no esperarías del elegante movimiento de la espada larga parecido al fluir del agua.
Rebotando hacia atrás, las espadas gemelas barrieron a través de la brisa, golpeándose unas a otras como si fueran relámpagos.
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Como si se tratara de un espectáculo de fijación recíproca, las espadas de los dos continuaron entrelazándose entre sí.
Wilhelm aceptó el corte de espada de la que tenía enfrente, de Theresia, que todavía era tan bella como cuando ella era joven, de frente, bañada en el corte de espada con el mismo vigor, y sintió pena por la reacción que sentía en la palma de su mano.
Hirviendo desde las profundidades de su cuerpo, fue la aclamación del corazón de su ser inmaduro, a pesar de su edad.
――Estaba emocionado.
――Estaba complacido.
――Estaba festejando.
Hablando con sinceridad.
El demonio de la espada Wilhelm recuerda los viejos tiempos, y ahora que se reencontró con la esposa de su juventud, se está quemando. Su corazón se quema。
