XXV

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René:

-Entonces... ¿Necesita sangre de ambas?-

-Si, el tuyo ya lo puedo hacer- Me extiende un frasco -Solo con tres gotas que puedas conseguirme de la otra chica podré fabricar el collar que requieres-

Tomo el frasco.

En seguida extiendo mi mano y la bruja me pincha para sacarme la sangre.

-Listo René, puedes venir por el collar mañana mismo-

-Gracias Tali-

Me dirijo a la mansión del Alfa, coloco el frasco en mi sostén, así cuando los guardias me revisan no me lo confiscan, desde que Sofí fue envenenada hay más seguridad, y no se me permitió verla en ese momento, aún que Gabriel me avisó que se encontraba bien.

Bajo del coche, me dirijo a la puerta, pero choco con un cuerpo pequeño envuelto en una capa negra.

-¿Estás bien?-

El cuerpo le pertenece a una de las sirvientas del Alfa: Melan.

Hace una reverencia y sale corriendo al bosque, esa niña siempre ha sido demasiado extraña.

-Buenos días- Saludo a los guardias -Vengo a ver a nuestra Luna-

Ellos solo asienten, hacen las revisiones de rutina, hay algo mal en la atmósfera, todos parecen serios y demasiado alerta, más de lo normal. Una vez que entro voy a donde la última vez Sofía me dijo que es su habitación.

Pero lo que encuentro me deja helada.

Sofía está sobre su cama y tiene una gran cortada en su brazo. Me acerco a ella despacio, tiene cortadas en su cara y su cabello está desordenado.

-Amore... ¿Qué te ocurrió?-

Ella me mira asustada, después salta a darme un abrazo.

-Ne... Yo... Salí al jardín un rato... Pero alguien me agarró por la cabeza y me dirigió al bosque, intenté defenderme... Pero después recibí un golpe fuerte... Cuando desperté estaba de vuelta en el jardín con esto-

Me muestra su brazo, es una cortada grande en forma de L.

Lancaster.

-¿James lo sabe?-

Al pronunciar su nombre su mirada se vuelve triste.

-Si... Están rastreando el bosque-

-Amore... ¿Estás segura de que quieres escapar?-

Ella no me responde.

-Necesito un poco de tu sangre-

Ella no se mueve, ¿Dónde ha quedado esa Sofía sonriente y bailarina? Ahora sólo es una mujer triste con mirada pérdida.

Tomo su brazo y con el frasco recolecto la sangre que sale en un pequeño hilo.

Me dirijo al baño, saco el botiquín y con mucho cuidado le curo las heridas, sus silenciosas lágrimas me están partiendo el alma.

El llamado a la Luna #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora