—Va a atacar —escuchó la voz de Yara a su lado.
A Sansa le recorrió un escalofrío en todo el cuerpo. Ella sinceramente no había pensado que teniendo a los consejeros que tenía Daenerys, se viera en la situación de atacar la ciudad antes de tener una conversación política con Euron. Se sorprendió más cuando vio a los dragones de Daenerys escupiendo fuego contra los barcos de Euron. A lo lejos, en el horizonte se acercaban los barcos de los otros Greyjoy y cuando Sansa miró a Yara le encontró una sonrisa en los labios.
—La puta eligió mal —se rio Euron.
Sansa no tenía idea de cuál era el plan del isleño, siendo que nada le ganaba a tres dragones adultos.
—Te va a quemar el trasero —Yara le escupió a Euron.
Sansa deseaba que Yara dejara de hablar porque cada vez que decía algo uno de los nacidos del hierro la golpeaba. Y no faltó otro golpe en el estómago para Yara, Sansa tuvo que cerrar los ojos para no ver.
—Estoy esperando que vengan sus hermanitos a rescatarlas —dijo Euron mirando a Yara—. Cuando el bastardo se acerque lo suficiente para hacerse el héroe lo capturaré y la puta de los dragones tendrá que mamarme la verga para que no mate a su prometido.
La pelirroja miró a Euron preguntándose si entre ese alboroto podría escabullirse y escapar. Pero el hombre la volteó a ver y se acercó a ella.
—Preciosa —le dijo pasando su mano delicadamente por el rostro de Sansa—. Si sales viva de esto no me molestaría hacerte mi esposa para que tengas a mis hijos.
—¡Déjala! —Gritó Yara.
Le asestaron otro golpe en el estómago, fue tan fuerte que cayó sobre sus rodillas. Euron se rio, pero se le ahogó la risa en la garganta cuando miró cómo los barcos de Daenerys estaban desembarcando en sus puertas. El ejército de los Inmaculados comenzó a atacar las puertas y Euron llamó a los arqueros.
—Lleven a mi sobrina y a Lady Stark abajo —ordenó Euron—. Enciérrenlas en algún lado.
Los hombres levantaron a Yara, que seguía atada de las manos, y otro hombre tomó a Sansa por el brazo para llevarla escaleras abajo. Antes de bajar del todo, Sansa vio la sombra de un dragón cruzar el suelo de la ciudad. Cerró los ojos y pidió que Daenerys ganara esa batalla, incluso si ella no estaba para vivir su victoria.
Los hombres de Euron la dejaron con Yara en un establo abandonado, encerrada. La nacida del hierro se pegó a la entrada intentando salir, pero sus esfuerzos fueron en vano, la puerta no abría. Sansa se acercó a Yara.
—Gracias —dijo tímidamente.
Yara se volvió a verla, la había sorprendido.
—¿Por qué? —Preguntó.
—Euron pudo hacerme algo si no lo distraías insultándolo —contestó Sansa.
La isleña asintió. Escucharon el fuerte sonido de la batalla en su apogeo y luego el rugido de los dragones inundó la ciudad. Sansa tuvo miedo, nunca los había escuchado de esa forma. Volvió a cerrar las ojos esperando que no le haya pasado algo malo a Daenerys.
—¿Fue un grito de dolor o...? —Yara comenzó.
—Espero que no sea nada malo —dijo Sansa.
Después de unos momentos el estruendoroso sonido de escombros contra la piedra asustó a Sansa.
—Derribaron la puerta —informó Yara—. Van a entrar.
Sansa se acercó a la entrada otra vez, esperando que también las liberaran para poder huir y llegar a los brazos de Daenerys lo más rápido posible.
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Reinas de Poniente
FanfictionLa reina Daenerys Targaryen llega a Poniente con su ejército de Inmaculados y Dothraki y sus tres dragones. En su camino para conquistar el Trono de Hierro, conoce a la Dama de Invernalia, Sansa Stark, y queda completamente enamorada de ella, pero D...